Jueves, 28 de Marzo de 2024

Crisis en las TIC

ColombiaEl Tiempo, Colombia 7 de octubre de 2022


Juan Manuel Ramírez M


Juan Manuel Ramírez M.
En política pública, uno mide la posibilidad de hacer realidad las promesas de una campaña por el presupuesto que le asignan a los sectores cada año. Prueba de ello fue la expectativa que tuvo la economía naranja los últimos cuatro años y que contrastaba con el reducido presupuesto para la cultura. Esta vez las TIC no solo salen mal libradas del proyecto de Presupuesto 2023, al comenzar con un recorte de $2,2 billones a $1,9 billones, sino con una desfinanciación de la iniciativa Computadores para Educar del 50 por ciento (que dice la ministra Sandra Urrutia se compensará con las licitaciones de espectro). Pero además de la tarea que tiene la jefe de esa cartera para garantizar la financiación de la conectividad, la alfabetización digital de la que habla el Presidente Petro y la transformación digital tanto del Estado como de los sectores productivos, también deberá ser el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, quien tranquilice a los inquietos con la reforma tributaria, como es el caso de los emprendedores de base tecnológica, las plataformas digitales con una permanencia significativa en Colombia, los ecommerce que se quedaron sin los Días Sin IVA y los científicos que se benefician de las iniciativas del Ministerio de Ciencias, antiguo Colciencias. En términos generales lo que se percibe es que como la economía digital es tan próspera hoy se les debe gravar a toda costa y no hay nada más peligroso que esa mirada. Primero, los emprendimientos de base tecnológica como las plataformas digitales tienen una enorme movilidad para decidir relocalizar su negocio en un país que les ofrezca condiciones más competitivas; entre la discusión del valor intrínseco y cuando un emprendimiento ya se ha consolidado como negocio se podrían espantar a cientos de buenas soluciones y a fondos de inversión. Segundo, más impuestos a los servicios digitales generaría un incremento en las tarifas de servicios de películas, música, libros electrónicos, suscripciones de todo tipo de soluciones o la publicidad en redes sociales que tanto usan los emprendedores. Y tercero pero no menos importante es recordar que la Ocde ya había planteado la importancia de que los países no impongan impuestos de manera unilateral a la economía digital y en cambio sí se acuerde un esquema tributario entre países que evite la doble tributación. Proteger la economía digital es un negocio rentable en el tiempo para Colombia porque si se están buscando alternativas para esa transición energética tienen allí a los forjadores de la denominada sociedad del conocimiento. Bien lo planteó en la conversación el presidente Petro con el expresidente Rafael Correa al referirse al éxito económico de los gigantes asiáticos, pero eso no se logra subiéndoles los impuestos. No se mata a la nueva gallina de los huevos de oro.
j@egonomista.com / Profesor Adjunto Universidad del Rosario.
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