Muestra releva el aporte de Rudolph A. Philippi
La exposición selecciona dibujos y cartas de este estudioso de la naturaleza y uno de los científicos más importantes del siglo XIX en Chile.
Llegó a Chile un poco por necesidad y otro tanto por aventurero. Nacido en 1808, Rudolph Amandus ya era reconocido entre sus pares científicos de Europa cuando arribó a Valparaíso, en diciembre de 1851. Su hermano, Bernardus Eunom, militar y navegante, había sido contratado por el Estado de Chile para traer familias alemanas al sur del país y Rudolph vio en esto la oportunidad de salir del principado de Hesse-Kassel, uno de los tantos pequeños reinos en los que se dividía Alemania, donde su apoyo a la causa liberal, derrotada en 1849, lo había puesto en problemas.
Este remoto territorio en América, con no muchos años de república, era perfecto para alejarse de Europa, y además ofrecía todo un mundo por descubrir. Philippi, alumno de Alexander von Humboldt en la Universidad de Berlín, ya era un expedicionario avezado por los campos y montañas de Suiza y Alemania, y tras recibirse de médico había viajado a Nápoles para estudiar los moluscos y otras especies del mar.
Pensaba quedarse un año en Chile, pero lo hizo por el resto de su vida, que se apagó el 23 de julio de 1904. Su aporte al país es invaluable: estudió la riqueza minera de Atacama y de los bosques de Valdivia y alrededores; dirigió el Museo de Historia Natural durante 44 años; catalogó más de mil especies de plantas y unas 600 de animales, en su mayoría insectos, y fue un gran impulsor del estudio de las ciencias naturales en el colegio.
Parte de su legado lo conserva la Biblioteca y Archivo Histórico Emilio Held Winkler, de la Liga Chileno Alemana (Av. Vitacura 5875), que ha abierto la muestra "Rudolph Philippi: Nada más sublime que el estudio de la naturaleza", hasta el 28 de septiembre, con entrada liberada, de martes a jueves, de 9:00 a 16:30 horas. Se trata de una exposición pequeña pero de muy cuidado montaje, en la que se pueden apreciar dos aspectos esenciales de un científico decimonónico: el minucioso y detallista dibujo de las especies observadas y la correspondencia con sus pares del mundo.
El científico dibujaba en pequeñas hojas que para la exposición se digitalizaron y ampliaron para ponerse sobre unas placas de aluminio de alta calidad, generando un efecto elegante, que permitió además utilizar el borde inferior para los datos de archivo. "Necesitamos relevar la importancia del archivo, porque estos documentos están en uno, tienen los resguardos necesarios, están en cajas de conservación y protegidos. Tenemos que mostrar el por qué es importante que la gente done estos documentos", señala Daniela Casanova, directora de la Biblioteca y Archivo Histórico Emilio Held Winkler, quien organizó la muestra junto con la curatoría de Macarena Cortés y Juan Pablo Soto.
La exposición reúne una selección de dibujos, sobre todo de los estudios de Philippi sobre moluscos y crustáceos en Nápoles y en Chile, y de cartas, con Charles Darwin y Humboldt, entre otros. En estas se puede ver su dominio del español y de otros idiomas, lo que le permitió mantener una correspondencia fluida con el mundo.
El eje de la exposición es una línea de tiempo desde la cual surgen detalles de la vida de Philippi como científico, como profesor y como miembro de la sociedad. Se complementa con vitrinas donde estánlos originales de las cartas y dibujos, con lupa incluida.