El Comercio, Perú
29 de septiembre de 2024
Desafío. Según el Mincetur, el turismo receptivo se recuperaría recién en el 2026. No obstante, la creciente inseguridad haría más lento este proceso.
Por instituto peruano de economía (ipe)
Recientemente se celebró el Día Mundial del Turismo, pero en el Perú este sector aún no se recupera de la pandemia. Según el Mincetur, la recuperación plena se lograría recién en el 2026. El aumento de la inseguridad, que esta semana hizo que los transportistas pararan y que los gremios empresariales exigieran respuestas de los poderes del Estado, haría esta recuperación más lenta. Atrás quedó el anuncio del Ejecutivo de mediados del 2023 que anunciaba acciones para que las cifras de turistas extranjeros se recuperaran en el 2024. Sin un liderazgo desde la presidencia, al menos 1,3 millones de peruanos empleados directa e indirectamente en este sector verán lejana aún la recuperación de sus ingresos.
?Lento avance?
El Mincetur proyecta que el aporte del turismo a la economía ascenderá a 2,9% en el 2024, menor al aporte prepandemia de 3,9%. Ello equivale a una caída de casi S/10 mil millones en el PBI turístico. En consecuencia, el empleo generado de manera directa e indirecta por el sector cerrará el 2024 aún un 10% por debajo del 2019, lo que equivale a 145 mil puestos de trabajo por recuperar.
Esta lenta recuperación está asociada a la pérdida de liderazgo del Perú como uno de los principales destinos turísticos de la región. Entre enero y agosto de este año, llegaron 790 mil turistas extranjeros menos que en el mismo período del 2019, una caída de 27%. Con ello, el ingreso de divisas asciende a 1,6% del PBI en 2024, menor al 2% de 2019. En contraste, Colombia ya supera en 34% a sus niveles prepandemia de turismo receptivo y pasó de recibir menos visitantes extranjeros que el Perú antes del 2019 a casi el doble de turistas en el último año.
Al cierre del 2024, el Mincetur espera alcanzar cerca de 3,5 millones de turistas extranjeros, 20% por debajo de los 4,4 millones registrados en el 2019, y estima que recién se superarán los niveles prepandemia en el 2026. Si dicha recuperación se hubiese dado este año, el IPE estima que el crecimiento de la economía sería de 3,5%, en lugar de la proyección de 3%, un aporte que equivale a cerca de S/5 mil millones. Ese es el tamaño del impulso económico que se perderá en el 2024 y que, sin acciones concretas, también en el 2025.
?Nuevas oportunidades?
Un entorno económico internacional más favorable será positivo para el turismo global en un contexto de menor inflación, menores tasas de interés y mejores perspectivas del consumo privado. No obstante, aprovechar los buenos vientos externos requiere fortalecer la competitividad de la infraestructura y los servicios turísticos, además de mayores acciones de promoción del Perú como destino. En esa línea, según el Índice de Desarrollo de Viajes y Turismo 2024, del Foro Económico Mundial, si bien el Perú obtiene una mejor posición en el pilar vinculado a la disponibilidad de recursos naturales, se encuentra rezagado frente a Chile y Colombia en la infraestructura de transporte aéreo y terrestre, y en los servicios e infraestructura turística.
Frente a estos desafíos, el desarrollo de infraestructura como la del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez juega un papel clave. Sin embargo, según Juan Stoessel, CEO de Casa Andina, el nuevo terminal ya enfrenta problemas de gestión: hace falta radares y equipos de aproximación, así como capacitación suficiente para el uso de estos.
Además, luego de la puesta en operaciones de la nueva pista, la pista antigua cerraría por tres meses, lo que ocasionaría una reducción de 13% en el número de pasajeros y pérdidas por casi US$500 millones. Por su parte, según Evans Avendaño, gerente general de Aeropuertos del Perú, resulta prioritario desarrollar la conectividad interregional,para lo cual se requiere infraestructura de aeropuertos y trámites simplificados para impulsar un mayor tráfico aéreo.
Promover la inversión privada y el crecimiento económico que genere empleos de calidad requiere aprovechar el enorme potencial dinamizador del turismo, que no debe verse limitado por fallas en la gestión y coordinación multisectorial ni insuficiente promoción. Tampoco por la creciente inseguridad ciudadana que afecta la reputación del Perú como un país seguro para los turistas.
