Empresas y riesgos: un nuevo escenario

Las últimas semanas, la discusión sobre perspectivas económicas no ha estado libre de polémicas. El Imacec de septiembre creció 0%, lo que confirmó que el PIB no alcanzará el alza de 2,6% esperado por el Gobierno para 2024. La falta de dinamismo económico, agravada por una permisología lenta, que frena la inversión y retrasa proyectos clave para el país, hace que el panorama no se vea muy auspicioso para el mundo empresarial. Además, las condiciones económicas y geopolíticas globales, como el reciente triunfo de Trump y sus probables políticas arancelarias proteccionistas, podrían significar presiones inflacionarias adicionales para Chile y seguir afectando su rendimiento económico en el futuro.
A lo anterior deben sumarse otros riesgos, que, si bien se mencionan regularmente dentro de los desafíos que las empresas deben enfrentar, vale la pena comenzar a oficializarlos y abordarlos como parte relevante del devenir corporativo. Estos son los riesgos climáticos y cibernéticos que, independiente de la contingencia económica, nos acompañarán de manera permanente en el futuro. Por lo mismo, es crucial que las empresas comiencen a tomar acciones concretas con el fin de prepararse para escenarios en que estos riesgos irán al alza adaptando sus negocios.
A nivel local, hemos sido testigos de los efectos devastadores de las sequías, incendios e inundaciones del último tiempo. Solamente los incendios en Valparaíso a principios de año generaron pérdidas por más de US$ 1.000 millones. En el Encuentro Nacional del Agro (Enagro), se dio a conocer a través de la ONU que Chile es el país del mundo donde más han disminuido las precipitaciones de agua. Coquimbo, a su vez, sufre una escasez hídrica que ha causado la pérdida del 40% de sus cultivos agrícolas.
En materia de ciberseguridad, desde el sector asegurador, vemos que Chile se ha convertido en un mercado atractivo para los cibercriminales, especialmente en el rubro tecnológico y financiero. Solo en el 2023, en nuestro país se registraron 253 ciberataques de malware ( software malicioso diseñado para dañar cualquier dispositivo y robar sus datos) a empresas de diferentes industrias.
Es esencial que avancemos en robustecer la protección frente a los ciberataques en las organizaciones, implementando programas de capacitación y conciencia general, estableciendo roles y responsabilidades clave de ciertos ejecutivos, además de la realización de pruebas para tener más práctica y conocimiento en caso de una situación real. Pero por sobre todo, es importante conseguir la conciencia e involucramiento de la alta dirección en estas materias. Si bien en marzo se promulgó la Ley Marco de Ciberseguridad, aún su desconocimiento es considerable. De hecho, el Instituto de Directores de Chile registró que un 65% de los directores no conoce o no sabe el impacto que tendrá la aplicación de la ley en su empresa.
Ciertamente el último año no ha sido fácil en materia económica. El mundo empresarial se ha visto enfrentado a una ralentización de la economía. Los riesgos climáticos y cibernéticos no hacen la tarea más fácil. Pero tener la voluntad de identificarlos para implementar medidas acordes a cada negocio puede, al menos, ayudar a mitigar su impacto. No hacerlo nos expone a que los daños en los activos y en el negocio puedan ser permanentes y catastróficos.
Es esencial que avancemos en robustecer la protección frente a los ciberataques en las organizaciones, implementando programas de capacitación y conciencia general, estableciendo roles y responsabilidades clave.