Trabajadores propietarios de empresas
Roberto Gutiérrez
Atraer y retener al talento, y lograr su mayor productividad, es un desafío para las empresas
Roberto Gutiérrez
Atraer y retener al talento, y lograr su mayor productividad, es un desafío para las empresas. Una forma de enfrentar estos problemas es ofrecer participación en el patrimonio de las compañías. Esta opción transforma la relación entre colaboradores y organizaciones: al ser los trabajadores copropietarios se incrementa el compromiso y motivación de quienes se acogen a esta alternativa. La conexión con el éxito de la organización es una opción ante los problemas de sucesión, un tema que empresas enfrentan cuando sus propietarios se preparan para retirarse. Cerca de 15 millones de trabajadores en Estados Unidos son beneficiarios de algún tipo de propiedad compartida. Un modelo aplicable a cualquier empresa y especialmente beneficioso para las Pyme, organizaciones que buscan aumentar productividad y atraer y retener talento. Otra característica es que los trabajadores no necesitan aportar dinero para hacerse con una participación. El pago a los propietarios se determina por el valor de la empresa y se cancela por una entidad creada para aglutinar a los nuevos propietarios. Los pagos liberan capital que puede usarse para nuevos emprendimientos por los antiguos dueños. En Norteamérica son millares las empresas creadas de esta manera. La entidad creada recibe utilidades que pasan como parte de pago a los antiguos propietarios o a intermediarios financieros. Y qué tanto control tiene cada copropietario dependerá de los acuerdos que realicen los involucrados. El modelo se implementa sin necesidad de una legislación o incentivos fiscales. ¿Es necesario un cambio cultural? Sí. Por un lado, los dueños han de considerar vender su parte. Aunque nada se regala, también existe el tema del control sobre sus operaciones. Por otro lado, el éxito de este modelo está condicionado a fomentar una mentalidad empresarial y en proporcionar una adecuada formación financiera a empleados. La apertura al cambio es fundamental. La implementación no es inmediata. Requiere gradualidad y la construcción de un talento humano empoderado y participativo. Los empleados asumen "dos sombreros": el de propietarios y el de colaboradores, lo que permite entender las dinámicas empresariales desde diferentes perspectivas. Esto promueve un entorno donde los trabajadores tienen incentivos para innovar en lugar de buscar oportunidades por fuera. El modelo genera un ambiente laboral inclusivo y motivador. Promueve el emprendimiento y el intraemprendimiento. Los empleados al recibir el pago de su labor y su participación sienten mayor interés en el crecimiento de la empresa y aportan proactividad y creatividad. A medida que más empresas experimentan este modelo, observan que la propiedad compartida es una herramienta que fortalece el capital humano y fomenta un ambiente dinámico. Hoy, cuando la retención del talento y el emprendimiento son claves para el éxito empresarial, el modelo de trabajadores propietarios aparece como una solución. Esta parece técnica, pero es un problema ético. ¿Suena conocido?
Profesor de la Facultad de Administración de la Universidad de los Andes.