La entidad financió infraestructura, inversión y bonos en su nueva etapa como banco de desarrollo.
Jorge Velarde, presidente de la Corporación Financiera de Desarrollo (Cofide), afirmó que la entidad ha duplicado su volumen de financiamiento en los últimos 18 meses y se encuentra ejecutando un portafolio ambicioso de proyectos, instrumentos financieros y plataformas digitales. Bajo el marco del Decreto Legislativo 1692, Cofide dejó de ser exclusivamente un banco de ?segundo piso? para convertirse en un actor activo del desarrollo nacional.
Desde la implementación de ese marco normativo, la entidad aprobó financiamientos por más de US$370 millones, frente a los US$163 millones acumulados en los cinco años previos. Solo en los últimos 18 meses, las operaciones sumaron S/1.080 millones, de los cuales S/600 millones se destinaron a infraestructura estratégica y S/110 millones a inversión productiva, especialmente en agroindustria, energía y turismo.
Entre los proyectos ya aprobados destacan el parque solar San Martín en La Joya, Arequipa ?el más grande del país hasta la fecha?, las líneas de transmisión La Niña-Hub Poroma, la infraestructura de Promigás en el norte, el aeropuerto de Pucallpa, el Proyecto Eólico Caravelí, de Celsia en Arequipa, un crédito a Sun?Fruits en Ica y la obra de defensa ribereña en Iquitos, donde Cofide participó con el 25% del financiamiento total de US$65 millones, junto con BanBif y Petrotal.
Además de recuperar su capacidad de cofinanciamiento directo, Cofide se consolidó como inversionista ancla en el mercado de capitales. A junio del 2025, su portafolio de inversión en bonos superaba los US$727 millones, con un 25,6% etiquetado como ESG. En abril, emitió un bono sostenible internacional por US$400 millones, con una demanda cinco veces superior a la oferta inicial ?una sobresuscripción que permitió reducir el ?spread? en 40 puntos básicos?. Esta fue la mayor sobresuscripción para una transacción latinoamericana desde el inicio del período de volatilidad de este año.
Velarde añadió que, si bien el país cuenta con buenas condiciones macroeconómicas, históricamente le ha dado la espalda a la banca de desarrollo.