Niemann sucumbe y queda fuera de otro major

Todo partió mal para Joaquín Niemann. Muy mal. Después de una positiva primera ronda el jueves, el talagantino pegó su primer drive en la soleada mañana de Portrush y la tiró fuera del campo.
Golpe de penalidad, salir de nuevo y doble bogey para iniciar la vuelta, augurio de que el destino se le oscurecería en su segunda jornada en el British Open.
Tal cual. Así como el día que lució prácticamente las cuatro estaciones, con un viento que iba y venía, y una lluvia que cayó a ratos en el campo, Niemann vivió un día de altibajos. Hasta el hoyo 12, de hecho, se mantenía -1 para el campeonato, producto de tres birdies merced a un notable juego corto.
Pero la alegría duraría poco. En el 13, un par 3 al que no llegó al green con su tiro de salida, sufrió un bogey . En el 15 lanzó la pelota al búnker que rodea el green y no logró sacarla bien: otro golpe de más. Y en el 18, que ya lo había amargado el jueves, pegó un mal segundo tiro y finiquitó su ronda con otro bogey para terminar con 74 palos (+3).
Con ello, acumuló dos palos sobre la exigencia del campo y se marchó al clubhouse sin saber qué destino tendría. Un pisotón a su bolsa de palos fue el símbolo de la frustración tras su recorrido. Finalmente quedó fuera por un palo y, por segundo grande consecutivo, no logró llegar al fin de semana, alimentando el debate respecto de la respuesta del chileno en los majors : ya completa 26 participaciones, solo un top 10 y nunca ha estado realmente en la pelea por los primeros lugares.
La lucha en la parte alta la lidera el estadounidense Scottie Scheffler, número uno del mundo, que hizo caso omiso a las complicaciones del campo y le robó siete golpes, que le permiten instalarse al tope de la tabla con 132 palos (-10), uno menos que el inglés Matt Fitzpatrick.
"Sentí que acerté algunos fairways más que ayer, pegué unos hierros muy buenos y emboqué algunos putts . Estaba súper soleado y de repente empieza a llover a cántaros", analizó el líder.