Columna de APPCU: los tiempos públicos... y las calendas griegas...
Miren..., en Chile, en temas vinculados a la construcción, cumplido cierto plazo sin que la administración se pronuncie, existe una aprobación tácita a los requerimientos del ciudadano.
No estoy en condiciones de generalizar, pero sí me lo han dicho promotores-desarrolladores que allí invierten.
Aquí tenemos naturalizado el problema. Manidos tiempos públicos... Forma parte del paisaje, estamos tan acostumbrados a estar sujetos a tanta requisitoria, que está incorporado en nuestro intelecto.
La paradoja es notoria y más en estos tiempos: es determinante CRECER, para eso es imprescindible INVERTIR...y ese combo virtuoso demandará MANO DE OBRA..., que seguramente abatirá el DESEMPLEO..., y tal vez permita que alguna familia que vive en un asentamiento, por ejemplo, pueda alquilar una vivienda y vivir con dignidad.
El Ministro Oddone no se cansa de reiterar que el sector privado debería invertir 12 mil millones de dólares anuales, más otros cuatro mil millones del sector público, para poder crecer al 2.5% aproximadamente.
Pero entonces surge inexorable la relevancia del título de la nota... Y ES UN TEMA ENQUISTADO EN NUESTRO PAÍS. No es de ningún gobierno y ES DE TODOS LOS GOBIERNOS.
Estoy cansado de expresarlo desde antiquísimos tiempos y lo sigo apreciando hoy, SE FRUSTRAN INVERSIONES, y el cobarde capital toma rumbos donde las soluciones se diluciden más rápidamente.
No sería pertinente copiar otras realidades y DESBUROCRATIZAR EN LO PERTINENTE, lo que corresponda? La de Chile, expresada.
Hay un índice de relevancia mundial, DOING BUSINESS, ahora desactualizado, donde entre uno de los aspectos que hacen a un país desarrollado, refiere al PERMISO DE CONSTRUCCIÓN y su buena diligencia. Hay 10 ítems que chequean, pues uno es éste.
Que precisamente hace al fomento, al empuje, de la actividad vinculada a la inversión, y para ello se requiere el permiso de construcción, imprescindible para llevar a cabo una actividad productiva y que será de beneficio para el país. Pero el trámite muchas veces no fluye (escribimos sobre Montevideo) y gana el abatimiento y por qué no, se desiste del negocio.
Miren que es una cantinela SIN FIN. Estamentos del gobierno nacional o departamental, que, por alguna razón, no agilizan los procedimientos y el promotor privado, no puede lograr entre otras cosas, demandar mano de obra que está expectante para incursionar a trabajar y comenzar a generar un salario.
NO ES DE ESTE GOBIERNO, ES ANCESTRAL, ES TÓXICO, ES PERNICIOSO, ES LOGRAR QUE CLAUDIQUEN LAS INVERSIONES.
Y no estoy atribuyendo mala fe a las personas con quienes se interactúa. Diría que hasta sucede lo contrario: los jerarcas con quienes nos vinculamos en dependencias que tienen que ver con la obra privada, hacen lo imposible por generar una relación dinámica y con pronta culminación. Y se abocan con gran profesionalismo a un machacado esfuerzo, tenaz y de responsabilidad.
Y en algún aspecto específico, se logran resultados. Pero es puntual.
El problema es SISTÉMICO. Y nos gana la inercia y siempre estamos como predispuestos a que el tiempo de espera será eterno y hasta la propia inviabilidad del negocio que fuera.
Capaz y sin capaz a esta altura, hay que determinar o habría que determinarlo, que el silencio administrativo por un plazo prudente que se convenga, equivale a aprobación como fue dicho líneas arriba.
Y así no se está al socaire, que también pasa, de la decisión de algún funcionario remolón que, sentado en su poltrona, luce imperturbable ante el destino de un proyecto de inversión que no se compadece con las prioridades de aquél...
Las calendas griegas es una expresión para referirse a algo que NUNCA sucederá.
Hay manifiesta intención de DESBUROCRATIZAR..., si agilizamos entre cosas lo expuesto líneas arriba, no habrá lugar para dichas calendas...
Aníbal Durán