Guía práctica para entender el cálculo de los impuestos

Los paquetes que ingresan al país a través de la modalidad de tráfico postal —la más común en los casilleros virtuales— deben cumplir tres condiciones básicas: el valor no puede superar los US$ 2.000, el peso máximo es de 50 kilogramos y, si el valor FOB (sin incluir flete ni seguro) es igual o inferior a US$ 200, no se paga arancel, esto según la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN). El cobro del IVA del 19 por ciento, en cambio, depende del país de origen. Solo están exentos los productos procedentes de países con Tratados de Libre Comercio (TLC) que contemplen expresamente esa exención y cuyos envíos no tengan fin comercial. En la práctica, esta excepción solo se aplica a Estados Unidos. Es decir, si un colombiano compra en China, Europa o cualquier país sin TLC con esa cláusula, deberá pagar el impuesto sobre la base gravable que incluye el valor del producto, el flete y el seguro internacional. "El umbral de 200 dólares evita el arancel, pero el IVA depende del origen y del TLC. Ahí es donde surgen las sorpresas si el envío no viene de EE. UU.", advierten desde Deprisa, quienes añaden que la mayoría de los paquetes menores a ese monto ingresan sin arancel, aunque algunos terminan pagando IVA por errores en la documentación o en la declaración del valor real. La DIAN insiste en la importancia de conservar la factura comercial y declarar correctamente el valor del producto. "Nuestros equipos validan peso, valor y documentos para sostener la modalidad postal; fraccionar paquetes suele generar demoras y cobros no previstos", agrega en Deprisa. Mientras tanto, el Congreso debate una reforma tributaria que busca eliminar la exención de IVA para importaciones menores a US$ 200.