Martes, 09 de Diciembre de 2025

Un Nobel por la libertad

ColombiaEl Tiempo, Colombia 9 de diciembre de 2025


Ricardo Santamaría
No sabemos si finalmente María Corina Machado se hará presente esta semana en Oslo para recibir su Nobel de Paz


Ricardo Santamaría
No sabemos si finalmente María Corina Machado se hará presente esta semana en Oslo para recibir su Nobel de Paz. Esperamos que así sea. Será un momento estelar para su cruzada por la libertad de Venezuela. Y quizás el inicio de una etapa definitiva de contactos internacionales para cerrar el cerco al régimen de Maduro, para que abandone el poder que hoy usurpa. El Nobel de Paz no es solo un reconocimiento personal a Machado: Es una reivindicación histórica para millones de venezolanos que han resistido, entre el dolor y la dignidad, la represión sistemática de una dictadura que ha anulado libertades, fracturado familias y obligado a un éxodo sin precedentes en América Latina. Este Nobel no premia a una figura política; Premia la perseverancia de un pueblo cuya causa ha sido minimizada o ignorada por sectores de la comunidad internacional. Toda la izquierda Latinoamericana sin excepción, desde Lula hasta Petro, han ignorado los desmanes y la represión en Venezuela. Hicieron silencio cómplice del fraude electoral de Maduro, o apenas levantaron tímidamente una voz de rechazo que dejó al descubierto que para esta izquierda solamente las tropelías de la derecha son condenables, mientras se hacen los de la vista gorda de los excesos y el autoritarismo de sus amigos de la izquierda. Buena parte del fracaso de los partidos de izquierda de América Latina tiene que ver con este doble racero que aplican, según el cual todo le es permitido a los gobiernos afines a su ideología, no importa si se convierten en dictadura y no respetan los mínimos derechos humanos. Por ese camino son y serán marginales y minorías en política, porque carecen de coherencia y credibilidad democrática. Con todo este episodio venezolano, estamos asistiendo al fin de los gobiernos de izquierda en la región. La reputación de estos proyectos mal llamados progresistas, está por el suelo y su capacidad de armar mayorías en los países es nula. Será el fin de una era de más de 60 años, en la cual América Latina ha sido fracturada desde sus bases y la integración regional ha sido imposible. Ni las revoluciones comunistas, ni el socialismo del siglo XXI han traído paz, estabilidad ni progreso a la región. Esperamos que se instale un centro progresista, que privilegie el desarrollo social, la libertad y la democracia plena. Esa es la oportunidad que se abre con el fin de la dictadura en Venezuela. María Corina encarna la voz de una Venezuela que se negó a rendirse. Representa el espíritu nuevo de América Latina. Su gesta por la libertad nos inspira a todos. No se alzó en armas ni promovió la violencia; Insistió en la vía institucional y electoral. Ese compromiso con la no violencia es lo que el Nobel destaca: La fuerza de quienes luchan sin odio.
Analista.
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