Miércoles, 01 de Mayo de 2024

Las pensiones de los independientes

ChileEl Mercurio, Chile 18 de agosto de 2018

El proyecto de ley que modifica la incorporación de los independientes a la seguridad social, pese a presentar aspectos positivos, es insuficiente frente a la magnitud del desafío. Ello, pues insiste en aplazar la contribución previsional universal y obligatoria. Es de esperar que esa debilidad sea compensada durante el futuro debate de las reformas tributaria y de pensiones. El tiempo de seguir esquivando medidas que apunten a mejorar las jubilaciones en forma sustentable ya se agotó.

Cuando en todo el mundo los sistemas de pensiones basados en el reparto muestran sus falencias, aquellos construidos sobre un fuerte pilar de ahorro individual se han transformado en la opción sustentable. Y es que la aritmética previsional no tiene dos interpretaciones: ante el cambio demográfico que envejece las economías, mayores pensiones solo se pueden financiar en el largo plazo con mayor ahorro hoy.
Por eso es fundamental asegurar que todos los trabajadores, cualquiera sea su tipo de empleo o contrato, contribuyan a sus pensiones. De hecho, allí se encuentra una de las causas tras las lagunas previsionales (períodos en los cuales el afiliado no cotiza), la principal barrera para elevar las pensiones en Chile. En efecto, la Superintendencia de Pensiones estima que una disminución en la densidad de cotización (meses cotizados como proporción del total de meses en el mercado laboral) desde el 100% al 60%, concentrada al comienzo de la vida activa, reduce la pensión final en más del 70%.
En nuestro país, a pesar de los esfuerzos, la cobertura previsional entre los trabajadores dependientes se encuentra lejos de ser universal, estimándose que una fracción en torno al 20% elude tal obligación. De ahí que la mitad de la población tenga una densidad de cotización inferior al 40%. La situación de los independientes y cuenta propia amplifica el problema varias veces.
Esquivando obligaciones
De acuerdo con el INE, cerca de 2,1 millones de trabajadores son independientes. De estos, solo el 7,7% cotiza para su futura pensión. La cifra significa inmensos lastres para el fisco, que debe financiar pensiones mínimas y aportes solidarios para mejorar la situación de los jubilados. Aun así, no se ha concretado hasta ahora un esfuerzo político por implementar efectivamente la obligatoriedad de la cotización para todos los trabajadores.
Lo anterior lo demuestra el hecho de que en la reforma previsional de 2008 (Ley N° 20.255) se haya establecido que solo a partir de 2015 los independientes estarían obligados a cotizar por el 100% de su renta imponible; luego, en 2016, se decidió irresponsablemente aplazarlo para 2018. Porque aunque es clara la necesidad de esta medida, se elude asumir el costo de aparecer forzando a los trabajadores a restar una parte de sus ingresos para destinarla al ahorro previsional: esquivar obligaciones complejas parece ser no solo una característica de los independientes, sino también de la clase política.
En este contexto, resulta destacable que el proyecto de ley presentado por el Gobierno para mejorar el acceso de los independientes y cuenta propia a la protección social establezca que el pago de las cotizaciones se efectuará en la declaración anual de renta, con cargo a la devolución de impuestos. Eso garantizaría el cumplimiento de esta obligación. Sin embargo, igual que sus predecesoras, la iniciativa aplaza medidas que mejorarían las pensiones.
La previsión, al final de la filaLa propuesta del Ejecutivo establece un aumento gradual del porcentaje de retención mensual de los honorarios, el cual experimentará un crecimiento de 0,75% anual hasta 2026, y luego un incremento de 1% en 2027. Así, la retención actual del 10% permitirá, primero, cubrir las cotizaciones para el seguro de invalidez y sobrevivencia, el seguro social contra riesgos de accidentes del trabajo y enfermedades profesionales, el seguro de acompañamiento para niños y niñas, y para salud. Con esto, el pago de las cotizaciones previsionales queda relegado al último lugar por un período prolongado. La decisión es técnicamente discutible: las pensiones no son menos relevantes que los demás componentes de la seguridad social.
Pero eso no es todo. El proyecto también otorga a los independientes la posibilidad de no cotizar por el 100% de la base imponible durante el período de transición. Los trabajadores que opten por esta alternativa cotizarán el primer año por el 5% de la base imponible, porcentaje que se incrementará gradualmente, hasta llegar al 90% en el noveno año. La combinación de este mecanismo con la relegada posición de las cotizaciones previsionales resulta particularmente perjudicial para las futuras pensiones de los independientes.
Es de esperar que, en el marco de la discusión de las próximas reformas tributaria y de pensiones, se consideren fórmulas para compensar estas deficiencias. Estas pueden ir desde mayores incentivos al ahorro individual de independientes y cuenta propia, hasta limitar el acceso a determinadas franquicias tributarias para los empleadores que incumplan el pago de las cotizaciones de sus trabajadores; ello, pasando por acrecentar el ahorro previsional mediante una cotización voluntaria del trabajador que sea replicada por el empleador. Las opciones existen. Lo que falta es decisión política para implementarlas.
La Nación Argentina O Globo Brasil El Mercurio Chile
El Tiempo Colombia La Nación Costa Rica La Prensa Gráfica El Salvador
El Universal México El Comercio Perú El Nuevo Dia Puerto Rico
Listin Diario República
Dominicana
El País Uruguay El Nacional Venezuela