Papa Francisco aboga por "ciencia con consciencia" para el desarrollo rural

Javier Orellana/Roma, Italia
La participación del sector privado, mejorar el acceso de la juventud en las zonas rurales a actividades tradicionalmente urbanas y la innovación son factores que permitirían impulsar el desarrollo agrícola e incluso ayudaría a reducir la migración forzada. Estas son algunas de las posturas que trascendieron durante la inauguración de la reunión anual de los gobernadores del Fondo de Inversión para el Desarrollo de la Agricultura (FIDA) de las Naciones Unidas.
El FIDA funciona como un banco que invierte a través de los gobiernos en el desarrollo rural. A la fecha han financiado unos 10 proyectos en El Salvador con unos $142.7 millones. El más reciente fue de competitividad rural en sectores como las hortalizas y el café; el próximo se basa en la adaptación de la agricultura a la variabilidad climática en el oriente del país.
Durante la inauguración del evento, que se llevó a cabo en Roma, el papa Francisco abogó por el involucramiento de la sociedad civil para combatir el hambre, uno de los puntos focales de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
"Cuando un pueblo se acostumbra a depender, no se desarrolla (...). Es necesario apostar por la innovación, la capacidad de emprendimiento y desarrollar de forma sostenible el medio campesino. Apostar por una ciencia con consciencia", apuntó el religioso.
Enfatizó en que las nuevas tecnologías no deben oponerse a las culturas locales ni al conocimiento tradicional y que estas tecnologías deben de estar al servicio de los pobres.
Al ser consultado sobre la crisis de migración del triángulo norte de Centroamérica, Tom Anyonge, experto del FIDA en juventud, afirmó que se tiene que garantizar que las personas tengan la oportunidad de tomar decisiones y no verse forzados a dejar sus hogares. Asimismo, explicó que el sector agrícola sí puede ser un nicho atractivo para la juventud, pero esto no depende solo de la rentabilidad -o de la producción- sino de otros factores.
Afirmó que los jóvenes también buscan comodidades a las que tradicionalmente se tiene más acceso en las ciudades, incluso en cuanto al esparcimiento.
En El Salvador, la edad promedio de los agricultores es de 57 años de acuerdo al Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG). El sector no solo tiene salarios mínimos vigentes inferiores a los de los trabajadores del comercio, la industria y la maquila, sino que recibe menos vigilancia estatal en cuanto al cumplimiento de derechos laborales. En 2016, el Ministerio de Trabajo solo cubrió con inspecciones laborales al 3.7 % de las personas que se desempeñan en el agro.
"Cuando un pueblo se acostumbra a depender, no se desarrolla (...). Es necesario apostar por la innovación, la capacidad de emprendimiento y desarrollar de forma sostenible el medio campesino".