Sábado, 27 de Abril de 2024

Hereda el encanto de su mejor reina

Puerto RicoEl Nuevo Dia, Puerto Rico 1 de septiembre de 2019

Apenas aprendía a caminar cuando Madison Anderson, Miss Universe Puerto Rico 2019, descubrió las coronas que Belinda Berríos, su progenitora, guardaba en un gabinete de su casa, recuerdo de cuando ganó el certamen Miss National Teen 1984, y se convirtió en la primera Miss Turismo de Puerto Rico en el 1986

Apenas aprendía a caminar cuando Madison Anderson, Miss Universe Puerto Rico 2019, descubrió las coronas que Belinda Berríos, su progenitora, guardaba en un gabinete de su casa, recuerdo de cuando ganó el certamen Miss National Teen 1984, y se convirtió en la primera Miss Turismo de Puerto Rico en el 1986. "Pero renuncié al título tres meses después porque yo estaba comprometida, y mi novio Adam Anderson (norteamericano) el papá de mi hija, me dijo: ‘el título o nosotros’ y devolví el título", recordó Belinda.
Madison, quien nació en Phoenix, Arizona, y vivió parte de su niñez en la isla, se convirtió en "una minidiva" a los 2 años de edad. Según cuenta su madre -quien mide 5’9" de estatura, una pulgada más que su hija- que cuando llegaban las visitas a su casa las recibía con la corona puesta, fuese de día o de noche, y como si fuera vestida para una gala. "Durante un tiempo la única manera en que se dejaba hacer todo era que le pusiera un traje de baño con unos taquitos de Barbie que se me ocurrió".
Otra parte del cuento de la niña que quiso ser reina es que la familia la llamaba "boca chula".
"Madison le daba besos a todo el mundo, yo le decía que no tenía que hacerlo pero era bien cariñosa. Y no quiero recordar cuando se me perdía en las tiendas. Me daba pánico pensando que me la habían robado, es que ella saluda a todo el mundo".
Pronto, la encantadora Madison aprendió a saludar, a caminar con garbo, a sonreírle a todo el que tuviera de frente, y ante todo a soñar sin que nada significara un freno.
Experiencia en certámenes
Desde los 16 años comenzó a interesarse por los concursos de belleza. Ha representado a Puerto Rico en Top Model of the World y Miss Grand International, logrando ser parte del cuadro de finalistas, mientras  en el Miss Florida resultó primera finalista. A la par con los certámenes estudiaba Comunicaciones y relaciones públicas.
Cuando se le pregunta qué heredó de su madre y de su abuela, sus más grandes cómplices en todo lo que se ha propuesto en la vida, esboza una gran carcajada, la misma que mantuvo durante toda la entrevista con El Nuevo Día.
"Tengo el color de mi abuela materna, Norma González, y su manera de bailar porque lo hace superbién, y tengo los ojos, los labios, la nariz, la forma de la cara y el pelo de mi mami que es más bella todavía. Soy la mezcla de ellas dos, sobre todo de mi abuela que es bien amorosa, mi segunda mamá, parte de mi vida. Desde que yo era chiquita hemos tenido una conexión muy especial. Mami ponía las reglas y abuelita me daba todo lo que pedía, me consentía. Siempre me ha inspirado, es una mujer valiente, trabajadora. Me siento afortunada de haberme formado como mujer con mi abuela. Tengo su ejemplo, es una mujer que trabaja actualmente en Epcot en Disney Orlando, que tiene metas y un alma bien joven", expresó la reina de belleza que esperaba que su abuela fuera parte de este reportaje, pero no pudo viajar.
No obstante, quien sí estuvo presente durante el tiempo que duró la entrevista fue el joven empresario colombiano Mauro Ocampo, con quien Madison lleva casi un año de noviazgo. Según contó Belinda, él quien es muy respetuoso con los compromisos de Madison.
Se conocieron en Orlando, Florida, donde ella residía antes de ganar el Miss Universe Puerto Rico, pero su romance inició a través de las redes sociales.
La reina tiene, además, un hermano mayor que reside en Francia y otro de un año de nacido.
El dolor de una madre
El rostro de Belinda cambia al conversar acerca la noche final de Miss Universe Puerto Rico, cuando al momento de ser coronada Madison fue abucheada por una parte del público que no estaba de acuerdo con la elección del jurado. Fue la única vez que su rostro se tornó serio durante nuestra entrevista.
"Como madre me sentí que la sangre se me fue a los pies, era una situación en que no podía hacer nada, estaba sentada en mi silla y lo único que hice fue bajar la cabeza a orar para que mi hija tuviera la fuerza de poder mantener su temple. No sabía que ella podía verme desde donde estaba en el público. Cuando todo terminó me dio un abrazo fuerte y me preguntó, ‘Mami, cuando te diste cuenta que yo te estaba viendo bajaste la vista, ¿tú estabas abochornada de mí?’ Cuando le iba a contestar me dijo, ‘Ya sé estabas orando por mí, porque una madre es la fuerza de un hijo’. Solo orar era lo que me quedaba para que ella tuviera la paz y la serenidad en todo lo que iba a hacer. Esas son las pruebas más fuertes que uno tiene que encarar", compartió Belinda, quien hace cuatro años se volvió a casar con el empresario puertorriqueño Carlos Piovanetti.
La beldad respondió: "No puedo cambiar mi forma de ser y en ese momento no podía afectarme porque la mujer boricua es fuerte, es dulce también, nos dejamos querer y sé que voy a hacer una buena representación para traer la corona".
No obstante, madre e hija recuperaron su buen humor y mostraron su fórmula para calmarse en momentos difíciles como cunado Madison era chiquita y hacía travesuras. "Le decía ‘déjame respirar’ antes de tomar la decisión de castigarla". De hecho, precisamente cuando Madison iba a responder la pregunta del jurado en el certamen, dijo antes la frase "Déjame respirar".
Su amor por los animales
Cuenta Belinda que de chiquita los miércoles llevaba a su hija a ver a los animalitos que dejaban abandonados en los albergues, y la niña se molestaba. "Lloraba con estrés porque veía que adoptaban a los bebés y a las mamás no".
"Pensé que la nena se me iba a enfermar, y para que no se sintiera frustrada lo que hacíamos era sacar perritos y gatitos de las jaulas, a los más flaquitos, los más viejitos o feítos para que la gente los viera y permitiera a los niños interactuar con ellos. Luego hacía un reporte de que esa mascota es buena con los niños, seguía los comandos y le gustaba jugar. Eso ayudaba a que los adoptaran más rápido y de esa manera mi hija fue viendo lo positivo de una situación bien triste, de esa manera ella pudo superar ese dolor. Esa lección le sirvió a Madison por el resto de su vida, que la vida es también sufrir y tener percances".
Con ese ejemplo que vivió en su niñez, la reina de belleza se ha interesado por ayudar a mascotas abandonadas en la isla, a través del certamen.
"Voy a buscar más información para ayudar a los animales. Cuando veo un gato o un perro caminando solo en la calle mi corazón se me aprieta. Sé que hay muchas cosas en las que puedo ayudar sobre ese tema  y es importante porque estos animalitos ayudan a personas mayores y a niños que sufren de depresión a sentirse mejor.  Mi madre siempre dice ’la familia no está completa si no tenemos un animal; un gato, un perro, un pez, un pajarito’ como en mi familia. Necesitas tener un animal, ellos traen energía y felicidad". Por esto, uno de los grandes propósitos de la reina es luchar por los animales, además las mujeres víctimas de la violencia de género.



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