Medallas al esfuerzo

Los Juegos Panamericanos de Lima terminaron. Más de 6600 atletas de 41 países compitieron en 39 deportes, en los que la Argentina celebró un total histórico de 101 medallas. Días después, tuvieron lugar también allí los VI Parapanamericanos; una denominación que inicialmente remitía a juegos para "parapléjicos", según se los definió en sus comienzos, allá por 1967 en Winnipeg. Este año, 1900 de los mejores atletas con capacidades diferentes, de 33 delegaciones, participaron en 17 deportes a lo largo de 11 días de competencia.
Hay muchos que afirman que se han de integrar ambos capítulos deportivos. Los atletas tienen en todos los casos los mismos derechos y las mismas obligaciones. En todo caso, lo que cuenta es que ambas instancias ofrezcan las mismas oportunidades. Del mismo modo, debería promoverse que un niño con discapacidad no sea apartado de la clase de Educación Física en su escuela, sino que se lo involucre y aliente para que participe, de forma tal de propiciar que los demás también se adapten a él.
Dentro de la larga lista de deportes participantes en estas particulares competencias podemos mencionar al básquetbol, al tenis, al tenis de mesa, al rugby y a la esgrima, en todos los cuales se emplean sillas de ruedas. También se realizan diferentes especialidades de atletismo, bádminton, ciclismo, equitación, fútbol, judo, pesas, natación, taekwondo, tiro y voleibol sentado, entre otros.
La Argentina consiguió un destacadísimo quinto lugar en el medallero con 26 oros, 38 platas y 43 bronces, mejorando la performance de Toronto 2015, cuando concluyó en el séptimo lugar. Once fueron los deportes en los que los argentinos brillaron. Gustavo Fernández, el ya consagrado tenista cordobés, fue uno de ellos. El corredor Alejandro Maldonado fue el más ganador: obtuvo cuatro medallas en la categoría T54, reservada para atletas en silla de ruedas. Brian Impellizzeri consiguió tres preseas, incluyendo el oro en salto en largo. Yanina Martínez obtuvo doble medalla dorada en atletismo. Varios jóvenes nadadores y otros tantos ciclistas se emocionaron con los triunfos. El reconocido equipo de Los Murciélagos salió subcampeón de Fútbol 5 al caer frente a Brasil en la final, al igual que el seleccionado de fútbol 7 para atletas con parálisis cerebral, que también se llevó la plateada.
Cuando uno ve a un atleta con discapacidad compitiendo, la mentalidad del observador se modifica positivamente. Resulta sumamente inspirador y despierta especialmente el entusiasmo del espectador ver el esfuerzo en acción. Se palpita junto a ellos una emoción diferente: en las vibrantes competencias se plasman con mayor nitidez la pasión y el amor por el deporte cuando un handicap personal plantea obstáculos. Nuestros compatriotas dejaron el corazón y su esfuerzo les valió 107 medallas. Santiago 2023 será el próximo desafío.