Los niños migrantes aportan valiosos conocimientos y habilidades a la sala de clases

Un enorme mapa del mundo adorna la entrada de la Escuela Los Trigales de Temuco. Es un adhesivo pegado al suelo sobre el cual los niños caminan libremente. A su alrededor, banderas de distintos países también dan la bienvenida al colegio. Están la de Argentina, Canadá, Colombia, China, Estados Unidos y Venezuela, entre varias otras.
"Las vamos cambiando a medida que llegan niños de distintas nacionalidades. El año pasado no teníamos la de Brasil, pero la agregamos porque recibimos a un estudiante que viene de allí. Queremos mostrarles que los acogemos con afecto", explica Pamela Pacheco, directora de este establecimiento de La Araucanía, donde cerca de 50 niños (de una matrícula de 600) tienen origen distinto al chileno.
La acogida de escolares migrantes es un fenómeno que crece en el mundo. Así lo revelan los resultados de la más reciente prueba PISA, que indican que en el año 2018 el promedio de estudiantes migrantes en los países OCDE fue de 13%. En 2009 la cifra llegaba a 10%.
"Este crecimiento en la proporción de estudiantes con antecedentes migrantes no condujo a una disminución en los estándares de educación en las comunidades de acogida, algo que puede parecer sorprendente, pero solo a primera vista. Si bien es cierto que los migrantes a menudo sufren dificultades económicas y condiciones de vida precarias, muchos extranjeros traen a los países a los que llegan altas aspiraciones en cuanto a educación, además de valiosos conocimientos y habilidades", indica el informe que desglosa los resultados.
En el mismo documento se plantea que si bien la cultura y la educación adquiridas antes de migrar tienen un impacto en el rendimiento de los estudiantes, el país donde se asientan parece tener una importancia que es todavía más significativa.
"La literatura internacional demuestra que cuando les va mal, tiene más que ver con el tipo de establecimiento al que llegan, porque estos pueden tener otro tipo de carencias, como ser colegios con menos recursos y con un montón de problemas asociados. No tiene que ver con ser migrantes", dice Carolina Stefoni, académica de la U. Mayor e investigadora del Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social, COES.
Proyecto en familia
La OCDE también destaca la diferencia que supone llegar a un país que entrega apoyo para aprender el idioma local -a través de tutores especializados, quienes acompañan al alumno durante los primeros meses- versus llegar a una nación que no lo hace.
En su rendimiento influye también que los inmigrantes "suelen estar más protegidos por sus familias; hay un proyecto migratorio familiar que hace que el niño esté más estimulado para ir al colegio, un proyecto que apunta a que (en su nuevo país) les vaya bien", agrega Stefoni.
Pablo Roessler, responsable de estudios del Servicio Jesuita a Migrantes, comenta que según sus propias investigaciones, la escuela "es uno de los espacios de inserción más importantes que tienen las familias migrantes en Chile. Por ello muestran una clara motivación porque sus hijos no solo accedan a ella, sino que también aprendan, para así tener mayores oportunidades futuras en la sociedad de recepción".
Mientras que Pamela Pacheco dice notar en las familias migrantes "una responsabilidad grande, porque respetan las normas y participan en las actividades", Carolina Stefoni agrega que suelen "cambiarse de país para tener una vida mejor. La educación la entienden como una herramienta necesaria para ello".
En Chile no siempre resulta fácil, eso sí. Según la especialista, el acceso a clases todavía es difícil para quienes llegan a mitad de año.
Además, aún hace falta capacitar de mejor forma a los mediadores culturales, quienes no siempre están especializados en la labor de "poner en juego ambas comprensiones del mundo (la del país de origen y del que recibe) para que se puedan entender los códigos y la cultura del otro". Por ahora, suele ser común que la persona que cumple este rol sea alguien que domina dos idiomas, como creole y español, pero que no está entrenado en el tema.
El ejemplo de JobsEn 1954, Estados Unidos abrió sus fronteras a un inmigrante sirio.
"Su hijo, Steve Jobs, se convertiría en uno de los empresarios más creativos del mundo, logrando revolucionar seis industrias en total: los computadores personales, las películas, la música, la telefonía, las tabletas y las publicaciones digitales. La historia de vida de Jobs parece un cuento de hadas, pero está firmemente arraigada en la realidad", indica el informe que elaboró la OCDE a propósito de los resultados de PISA 2018. La historia del fundador de Apple se explicita para dar cuenta de que "estos estudiantes que logran superar la doble desventaja de la pobreza y los antecedentes de los inmigrantes tienen el potencial de hacer contribuciones excepcionales a sus países de acogida".
EN CIFRAS4,4%
de la matrícula escolar representan en Chile los niños extranjeros. La mayoría (94.811) está en la educación pública, seguida de la particular subvencionada (cerca de 56 mil).
78%
de los extranjeros mayores de edad viviendo en Chile califica como bastante o muy amistosa su relación con los chilenos, según la encuesta Voces Migrantes.
5,5
es la nota con la que los inmigrantes evalúan a las escuelas del país, según la misma encuesta, que pidió calificar distintas instituciones con notas del 1 al 7.
14
puntos menos promedian en la prueba PISA de Lectura los escolares extranjeros en Chile en comparación con los estudiantes nacionales.