Martes, 29 de Abril de 2025

"Enfrenté a Di Stéfano y Cruyff, pero mi ídolo era Honorino Landa"

ChileEl Mercurio, Chile 16 de diciembre de 2019

Nació en Pamplona y de niño aterrizó en Chile. Se hizo futbolista en las calles santiaguinas, aprendió a tirar paredes con el ídolo hispano y a los 20 años regresó a España, donde acumuló una densa carrera. Firmó en el Real Madrid, cumplió la milicia en el régimen franquista y estiró su retiro hasta veterano. "Vidal no es atípico al Barcelona, le sirve al equipo", dice.

Cada tanto en la charla habla de "la jefa". Cuando Clemente Iriarte Madariaga (73 años) necesita precisar una fecha o refrescar algún dato, recurre a María, su compañera. "La última vez que viajamos a Chile fue 1997, la jefa no se olvida de nada", dice al teléfono desde Navarra.
"Acá estamos, antiguo ya", le cuenta a "El Mercurio" el exjugador que defendió Unión Española entre 1965 y 1966. Padre de tres hijos, abuelo de seis nietos ("una de ellas juega muy bien fútbol"), Iriarte tiene una particularidad: nació en España, se hizo futbolista en Chile, deleitó de imberbe en Unión Española, pero a los 20 años regresó a su tierra natal para seguir una bitácora llena de peripecias, incluido un fichaje en el Real Madrid, colores que jamás defendió.
"A los cinco años llegué a Chile acompañando a mis padres, que llegaron a trabajar a la fábrica de calzados Alas, que tenían unos tíos. Y con el fútbol empecé en el Hispanomericano, en el barrio -vivía en la calle San Joaquín 550, casa 1- y luego en la Unión Española. Por aquellos años lo primero para mí era fútbol, luego el fútbol y finalmente el fútbol. Empecé en la cuarta especial de Unión y debuté en un partido en Viña, incluso hice un gol. Tuve el placer de jugar junto a mi ídolo Honorino Landa, es lo mejor que he visto, difícil encajarlo hoy en día, pero era capaz de driblear desde el mediocampo hasta la portería rival sin problemas".
-Usted jugaba cerca de Landa.
"Sí, bien adelantado, trataba de apoyar al 'Nino', jugar con él era hacer paredes todo el tiempo, cogía la pelota y empezaba a encarar, pim-pum, a gran velocidad. Siempre con paredes, la esencia del juego".
A los 20 años la familia de Iriarte decidió regresar a España y el promisorio Clemente se subió a la tripulación. "Fue todo muy confuso, apenas llegué de regreso me fichó el Real Madrid (campeón de Europa por entonces), yo estaba desorientado y me ceden por un año al Rayo Vallecano, pero luego tuve que ir a la milicia, estaba el régimen de Franco y debías cumplir sí o sí, no había remedio. Yo no entendía mucho, estaban los militares en el poder y yo tenía un rompecabezas en mi mente, solo pensaba en mi familia", rememora.
Hermógenes Rodríguez, integrante del Centro de Investigaciones de Historia y Estadística del Fútbol Español, confirma el lazo de Iriarte y el coloso merengue . "Estuvo bajo su disciplina cuatro temporadas, sin jugar ningún partido de categoría oficial", acota.
Pero el fútbol no se acabó para el jugador itinerante. Terminó reinsertándose en los modestos Oberena y Burgos, para luego recalar en el Real Oviedo. "En España me veían como chileno, era raro, y empecé a ser otro jugador, a actuar más retrasado y así lo hice hasta mi retiro", detalla. Jose Ángel Muñiz, historiador del club asturiano, contextualiza el sello del ex Unión: "Clemente dejó una huella grande en el Oviedo, era un mediocentro luchador, le decían 'pulpo' porque recuperaba muchos balones, abarcaba demasiado terreno, no faltaba a más de dos partidos por temporada, nunca se lesionaba. Era un coloso de físico delgado y flexible, canalizador del juego y prácticamente todos los balones pasaban por sus botas: era el cerebro del equipo".
Iriarte también dejó huella en el Osasuna. Completó 530 presencias en el fútbol rentado de la península (179 juegos en Primera y cinco goles). El semanario Don Balón de España lo despedía en 1983 como el "abuelo" de la Liga.
"Vamos a tocar madera, pero estoy bien por suerte", bromea Iriarte cuando se le consulta por su salud. Vuelve al fútbol y da cuenta que hasta su retiro se dio el lujo de enfrentar a varios de los mejores de la historia. "Me tocó jugar contra Johan Cruyff, pero la verdad yo ya estaba muy 'aprendido', tenía mucha experiencia y sabía manejarme ante estos tipos. También pude jugar en contra de Diego Armando Maradona, gran jugador. Lo mismo Alfredo Di Stéfano en un Madrid donde estaban (Paco) Gento y (Ferenk) Puskas, un zurdo fenomenal, rematador, pero ahí el que mandaba era Di Stéfano, era de toda la cancha, te lo encontrabas en ambas áreas, iba y venía todo el tiempo. Le repito, enfrenté a Di Stéfano y Cruyff, pero mi ídolo era Landa, el 'Nino' está entre lo mejor que he visto", zanja.
-De los actuales, ¿quién le sorprende?
"Acá me llama la atención ver a (Lionel) Messi, como a todos".
-¿Le gusta Vidal?
"Lo he visto, está bien, integra un equipo con un nivel muy alto"
-¿Dicen que es atípico para el juego del Barça?
"No sé que es lo atípico, si funciona es porque la cosa va bien, cada uno tiene un estilo. Vidal no es atípico, le sirve al equipo".
-¿Y usted jugaría en el fútbol actual?
"Yo creo que sí, acá se utiliza mucho los desplazamientos largos y eso se me daba bien, tenía buena técnica, no era de regate, lo mío era el pase, el toque y las paredes que aprendí del Nino, él sí era un artista".
La Nación Argentina O Globo Brasil El Mercurio Chile
El Tiempo Colombia La Nación Costa Rica La Prensa Gráfica El Salvador
El Universal México El Comercio Perú El Nuevo Dia Puerto Rico
Listin Diario República
Dominicana
El País Uruguay El Nacional Venezuela