Aplanemos todas las curvas
Como lo han dicho varias de las mentes más brillantes del planeta, lo que necesitamos es fortalecer la ciencia, la solidaridad y la cooperación a todo nivel
Como lo han dicho varias de las mentes más brillantes del planeta, lo que necesitamos es fortalecer la ciencia, la solidaridad y la cooperación a todo nivel.
Obviamente, antes de recoger aprendizajes, tenemos que pasar la tormenta y aun tenemos poco o nada que podamos celebrar de esta inmensa crisis que nos tiene sumidos en la mayor de las incertidumbres. Sin embargo, ya hay reflexiones que vale la pena mencionar en lo que sin duda será uno de los mayores hitos en la historia de la humanidad.
Saint-Exupéry decía que "lo esencial es invisible a los ojos". Hoy lo que resulta esencial a todo el mundo es un agente infeccioso microscópico conocido como coronavirus, el cual nos está permitiendo a su vez que nos resulten esenciales otros aspectos de la vida, muchos de los cuales también son invisibles a los ojos. Quizás el principal de ellos, la empatía con todo aquello que no necesariamente conocemos.
Es sorprendente como en tan pocos días tantas personas hablan con propiedad sobre el valor de "aplanar la curva" para, en este caso, salvar a los adultos mayores y a todos quienes tienen la salud deteriorada. El concepto está tan repleto de distinciones científicas como de solidaridad y de responsabilidad individual. Nos duele la indolencia, la arrogancia, el egoísmo, la falta de cordura, cuando pasa a ser evidente que nos pone en riesgo a nosotros y a nuestros seres queridos. Si simplemente le hacemos caso a lo que nos muestra la ciencia, a partir de ahora también podemos trabajar por aplanar otras curvas. La de la escasez de agua, la del desempleo, la de la destrucción de la biodiversidad, la de la crisis climática, la de la inequidad de género, la de los problemas en los servicios de salud, la del abandono de los ancianos, entre tantas otras.
Hoy sabemos que todo lo que hacemos tiene impacto y se nos está presentando una maravillosa posibilidad de hacernos responsables del futuro y bienestar de los demás. Estamos empezando a ver lo que no es visible a los ojos y de esa forma podemos cuidar incluso lo que no conocemos. Y es que incluso si alguien quisiera aislarse para no contagiarse, va a necesitar un sistema de salud que esté robusto por si quiere resolver un dolor de muelas o una torcedura de tobillo. Todos podemos y debemos contribuir a que los sistemas trabajen para todos y para siempre.
Los aplausos masivos que se escuchan en muchas ciudades todos los días a la misma hora son aplausos al coraje, a la entrega, a la generosidad de personas que en su mayoría no conocemos. Y a su vez, son aplausos a la ciencia, a la solidaridad y a la cooperación.