Sábado, 02 de Agosto de 2025

FIFA Gate: ¿En qué están los principales inculpados?

ChileEl Mercurio, Chile 28 de mayo de 2020

A cinco años de la redada en Suiza, cuatro de los involucrados han fallecido. De los sudamericanos, ninguno está en la cárcel, uno fue absuelto y otro porta brazalete. Confeso, Jadue sigue esperando sentencia.

En sus mejores tiempos, Chuck Blazer -miembro de la FIFA entre 1996 y 2013 y secretario general de la Concacaf entre 1990 y 2011 -se desplazaba por el mundo en un jet privado o recorría las calles de Nueva York en una camioneta Hummer.
Con los casi US$ 21 millones que recaudó en sobornos, tenía propiedades en la Gran Manzana, Miami y Bahamas o arrendaba dos departamentos en la Torre Trump: uno para él y otro para sus gatos.
Jack Warner, de Trinidad y Tobago, lo había guiado en su camino. Desde 1986 eran amigos entrañables, pero en 2010 comenzaron las desconfianzas. En lugar de apoyar la candidatura de EE.UU para el Mundial de 2022 -el gran sueño del estadounidense- el trinitario apoyó a Qatar.
Blazer respondió con otro golpe y acusó a Warner de repartir coimas para elegir al qatarí Mohammed Bin Hammam y no a él como presidente de la FIFA. Desde Trinidad y Tobago llegó la vendetta y el escándalo: Warner desnudó el enriquecimiento de Blazer con dineros de la Concacaf que desviaba a las Islas Caimán.
El FBI tomó nota. En 2011, mientras paseaba, Blazer fue interceptado y le ofrecieron dos caminos: ir a prisión por evasión de impuestos o ayudarlos con su investigación de corrupción en el fútbol. Al americano no le quedó alternativa y, provisto de un llavero-micrófono, se convirtió en "topo".
Fue el inicio de la caída de los peces gordos de la FIFA, porque cuatro años más tarde, el 27 de mayo de 2015 y mientras se esperaba la elección presidencial que eternizaría a Joseph Blatter en el poder, la Interpol se dejó caer en el Hotel Baur Au Lac de Zurich y arrestó a 14 directivos. Soborno, fraude y lavado de dinero fueron las acusaciones.
La fiscalía de Nueva York no terminó ahí su trabajo: en total acusó a 42 dirigentes de distintas federaciones por pagar o aceptar coimas por más de US$ 200 millones.
El destino de los sudamericanos inculpados corrió por distintos carriles. Nicolás Leoz , presidente de la Conmebol, murió en 2019, aunque sus últimos días los vivió bajo arresto domiciliario: el delito, recibir US$ 7 millones en coimas. José Hawilla , de Brasil, también falleció. Antes, cumplió presión hogareña en EE.UU. Romer Osuna , el boliviano, murió el año pasado. Y pese a que manejó las finanzas de la Conmebol durante 27 años, estaba libre.
Eugenio Figueredo (Uruguay) goza de libertad provisional, aunque fue acusado de "sobornos entre 2004 y 2015". Peor suerte tuvo con sus propiedades: le remataron un departamento en Punta del Este y una casa en Carrasco.
Juan Ángel Napout , exjerarca de la Conmebol, fue sentenciado a 9 años de cárcel. Probablemente tenga que devolver US$ 3millones producto de sobornos. Rafael Esquivel (Venezuela) fue extraditado a EE.UU., a un centro de detención en Nueva York. Tras pagar una fianza, quedó bajo arresto domiciliario. Debe portar un brazalete electrónico. José Luis Meiszner , argentino, se entregó y está arrestado en su hogar.
Libre, por razones humanitarias, está el brasileño José María Marín , pese a recibir una condena de cuatro años de cárcel por aceptar US$ 6,6 millones en sobornos.
Eduardo Deluca , mano derecha del fallecido Julio Grondona -murió un año antes de que explotara el escándalo-, nunca fue llamado a declarar. Sí sufrió el embargo de sus bienes. Luis Bedoya , de Colombia, se declaró culpable y tiene libertad condicional.
Mejor suerte tuvieron Marco Polo del Nero y Ricardo Texeira : también recibieron coimas, pero amparados en la legislación de su país, que solo extradita en casos de narcotráfico, permanecen en Brasil. Luis Chiriboga , el ecuatoriano, fue sentenciado a 10 años, pero en 2019 fue liberado.
La justicia de Perú fue considerada con Manuel Burga : fue investigado por lavado de activos, pero terminó absuelto.
La historia de José Margulies -un empresario argentino nacionalizado brasileño conocido como José Lazaro - es increíble: pagó una multa de US$ 9,2 millones por fraude y lavado de dineros. También fue inculpado por pagar sobornos por más de US$ 80 millones. En recompensa por soplar, no pasó un día en la cárcel.
Jadue, de la sentencia a los impuestosComo presidente de la ANFP, Sergio Jadue también estaba en el hotel suizo el día de la redada. Pero zafó. Y pensó que para siempre. Pero no: en noviembre de 2015 se declaró culpable y viajó a Estados Unidos para entregarse y cooperar con la investigación: o sea, delatar. Es acusado de recibir cerca de US$ 5 millones en sobornos.
Junto con pagar una fianza de un millón de dólares, ha logrado aplazar la sentencia nueve veces. Su exmujer, María Inés Facuse, declaró hace poco que es muy probable que no vaya a la cárcel.
Sin embargo, el calerano enfrenta otro problema: tiene pendiente un juicio de extradición a Chile por la demanda de Impuestos Internos. Jadue no tributó dineros que llevó al extranjero, a paraísos fiscales. La investigación indica que el expresidente de la ANFP debe mostrar "toda la documentación y antecedentes que tengan relación con las declaraciones presentadas en 2013, 2014 y 2015". Si se comprueba malicia, es probable que el período se extienda a los tres años anteriores.
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