11 años de la Ley de obesidad: retos y oportunidades en el horizonte

¿Por qué resulta pertinente analizar el impacto de la Ley de obesidad en la actualidad? Hace 11 años, se promulgó la Ley 1355 de 2009, la cual define a la obesidad como una enfermedad crónica, no transmisible y prioritaria para la salud pública en el país. A partir de ello, se establecieron medidas para el control, atención y prevención que incentivan la promoción de ambientes sanos, la alimentación balanceada y la actividad física, entre otras acciones indispensables para un oportuno manejo de la enfermedad por parte de los actores y entes involucrados. Luego de un poco más de una década de su promulgación, es clave que analicemos sus efectos y cambios reales en la sociedad colombiana. Y esto resulta más pertinente en la actualidad, en medio de una coyuntura en la que el coronavirus se ha ensañado con los pacientes con obesidad. Precisamente, ¿qué ha dicho la ciencia respecto a la relación entre el covid-19 y la obesidad? A causa del covid-19, el manejo de los pacientes con obesidad se vuelve más desafiante. La obesidad es un factor de mortalidad en los pacientes con covid-19 y el más frecuente en pacientes adultos menores de 65 años hospitalizados por el virus. Además, pueden presentar un cuadro clínico más severo y mayores complicaciones, ya que la enfermedad genera disfunción de la respuesta inmunológica, afecta la reserva cardiorrespiratoria e incrementa los factores de riesgo cardiovascular. Cabe resaltar que las implicaciones del covid-19 han tenido un impacto sobre la vida diaria de las personas que sufren obesidad o sobrepeso. El autoaislamiento, por lo general, conlleva un estilo de vida sedentario y afecta los hábitos alimenticios, así como los programas de soporte psicológico y pérdida de peso se han pausado. Estos dos factores han traído consigo un mayor riesgo de ganancia de peso y de desarrollar enfermedades metabólicas. A su criterio, ¿los 22 artículos de la Ley de obesidad han cumplido con su misión de control, atención y prevención? No podría hablar de un rotundo "no", porque la existencia en sí misma de la ley nos pone en un lugar privilegiado frente a otros países que aún no cuentan con una. Sumado a esto, se han venido desarrollando acciones por parte de instituciones públicas y privadas que, sin duda, han aportado a que hoy sea más visible la importancia de prevenir y tratar la obesidad como enfermedad, tal es el caso del suministro de algunos medicamentos. Sin embargo, aún falta mucho camino por recorrer en materia de prevención y tratamiento. ¿Qué cifras podría traer a colación para detallar la situación actual respecto a la obesidad en Colombia? Analicemos los números. Los resultados de la Encuesta de Situación Nutricional en Colombia (Ensin) de 2010 revelaron que el 51,2 % de la población colombiana manifestaba exceso de peso. Cinco años después, en 2015, esta misma encuesta confirmó la curva ascendente con un 56,4 %, es decir, cinco puntos más durante el periodo en que la ley ya estaba vigente, lo que indica la necesidad de educar y hacerle entender a la gente que la obesidad es una enfermedad crónica y prioritaria para la salud pública del país, y así evitar que las cifras sigan en aumento. Por lo anterior, es necesario que se intensifiquen los mecanismos de prevención y manejo oportuno de esta enfermedad. A pesar de las cifras, la gran ventaja es que no estamos empezando de ceros. Es cierto, transformar un país en un territorio más saludable y consciente implica fuertes cambios a nivel cultural, económico y social, pero no por ello es imposible. ¿Qué se necesita para avanzar en la reducción de las cifras de obesidad? Considero que lo verdaderamente relevante en todo esto es que es fundamental involucrar a múltiples actores que construyan un ambiente más saludable: sector salud, industria farmacéutica, organismos del Estado, comunidad médica, empresa privada, asociaciones científicas, pacientes, cuidadores, padres de familia y sociedad en general. Así las cosas, en Colombia -más allá de la gestión de políticas encaminadas hacia la prevención- es necesario que, además, analicemos en abordaje holístico del tratamiento con el apoyo del sector privado, enfocado en iniciativas y campañas educativas que en realidad cambien la vida de los pacientes. ¿En Colombia existen los espacios para cambiar la vida de los pacientes con obesidad? Colombia ya ha dado un primer paso en esta materia: el programa Clínicas de Obesidad, que tiene como objetivo ampliar el conocimiento de los profesionales de la salud en esta patología y acercar el tratamiento e instalaciones a los pacientes que se encuentran alejados de las principales ciudades del país. Con este programa, ciudades principales e intermedias como Cúcuta, Sabaneta, Pasto, Tunja, Cartagena, Medellín, Bogotá, Cali y Soledad entran a jugar un papel importante en el tratamiento de la obesidad en el país. De forma paralela, se han desplegado campañas de concientización y prevención sobre la obesidad y el sobrepeso. Desde Novo Nordisk, hemos venido generando conciencia de enfermedad a partir de ‘La verdad de su peso’, una plataforma multicanal que, desde la cotidianidad y el contexto de nuestro país, propone temáticas enfocadas alrededor del ejercicio, la alimentación, la mente y el equipo multidisciplinario médico, como las claves para abordar estas patologías. Recientemente, la plataforma lanzó ‘Todo sobre mi peso’, un ‘podcast’ disponible en todas las plataformas digitales. Allí, los oyentes podrán conocer la historia de Lucía, una persona con sobrepeso, quien cuenta sus experiencias, retos y dilemas durante el proceso de bajar de peso. Finalmente, ¿cuál es la importancia que cobra la Ley de obesidad hoy por hoy? En definitiva, la Ley de obesidad es un mapa de ruta que marca el camino que Colombia debe recorrer. Después de más de una década, se hace imperativo implementarlo ya mismo. Si las cifras de los estudios de la Ensin no fueron suficiente alarma, hoy el covid-19 pone a la obesidad y al sobrepeso sobre la mesa, como asuntos que deben abordarse de manera prioritaria.