Viernes, 20 de Septiembre de 2024

Quiénes son las familias Lessmann, Puntous Gildemeister y Baumann, los socios tras Automotores Gildemeister

ChileEl Mercurio, Chile 11 de abril de 2021

Fue en los años 80 cuando Ricardo Lessmann dio con una oficina coreana en Chile, cuando en ese entonces, como ejecutivo de una compañía especializada en minería y maquinaria agrícola, buscaba unos equipos. Pero allí conoció el icónico Hyundai Pony, y tras aproximaciones iniciales incluso en la Fisa, en marzo del 86 les llegó un fax para ir a Seúl a negociar el acuerdo. El resto fue crecimiento, llegaron a vender US$ 1.500 millones al año, pero las deudas que acumularon -y renegociaron- antes de la pandemia les pasaron la cuenta. Ahora las familias socias quedarán con menos del 10% de la compañía. Jessica Marticorena

Días clave enfrenta Automotores Gildemeister, representante de Hyundai en Chile. El viernes último, a las 11 horas, se realizó la junta extraordinaria de accionistas, que dio inicio al proceso de reorganización para reestructurar la deuda de la firma, bajo el Capítulo 11 del Código de Quiebras de Estados Unidos. Los accionistas aprobaron cambios a los estatutos, que permitirán la conversión y recompra de acciones, entre otras materias, para luego acogerse, con el apoyo de los bonistas, al  Chapter 11.
Bajo la modalidad de prepackaged -o preempaquetado, es decir, que cuenta con el apoyo de los tenedores de bonos-, el proceso de reorganización, que la compañía espera concluir en no más de 60 días, producirá dos efectos significativos en la empresa: permitirá reducir su deuda en más de US$ 200 millones -de un total de US$ 600 millones- y activará un cambio relevante en la estructura de propiedad, modificando sustancialmente la arquitectura bajo la cual hasta ahora se ejerce el control.
En la firma conviven tres familias socias: los Lessmann, los Puntous Gildemeister y los Baumann, con 30%, 45% y 25% de la propiedad, respectivamente. Ellas controlan la compañía a través de la sociedad Minvest. Ricardo Lessmann (69 años) es la cara visible y oficia de presidente y CEO, mientras las demás familias están representadas en el directorio, integrado por Gabriel y Bruno Puntous Gildemeister y Manuel Baumann, hijo de Hans Dieter Baumann. En la mesa directiva las decisiones se toman por unanimidad.
Aunque la marca coreana Hyundai es el buque insignia de Gildemeister, Minvest agrupa, además, a Fortaleza -que comercializa las marcas Mahindra, Geely, Brilliance y Baic-; a Maquinarias Gildemeister, que vende equipos y maquinarias para distintas industrias; Amicar, empresa de financiamiento automotriz; Seminuevos Gildemeister, que opera en el mercado de vehículos usados; Comercial Gildemeister, que comercializa la marca Mini, y RTC, que importa y distribuye repuestos para vehículos y camiones. El grupo está presente en Chile, Perú, Uruguay y Costa Rica, y tuvo una fallida incursión en Brasil, mercado del cual se vio obligado a salir en 2015, a solo tres años de iniciar operaciones allá.
En su mejor momento, Gildemeister llegó a vender más de US$ 1.500 millones al año. Pero también acumuló una deuda superior a los US$ 700 millones, que los socios tuvieron que renegociar entre 2015 y 2016. En ese momento, el fondo estadounidense Elliott Investment Management se convirtió en accionista minoritario de la firma automotriz. Elliott, además, hoy es acreedor de Gildemeister, y en el proceso que se acaba de iniciar, el acuerdo con los acreedores implica que estos capitalizarán las deudas con propiedad de la compañía, razón por la cual Elliott se quedará con el control de la empresa chilena. Aunque tras el cambio de propiedad Lessmann seguirá como presidente del grupo.
Tras la conversión, las tres familias controladoras, indican cercanos, se quedarían en conjunto con mucho menos del 10% de la propiedad. Lessmann, afirman conocedores, podría incluso "perder toda su participación". Por eso, en estos días el empresario ha tenido días agitados y se ha visto más estresado de lo habitual, describen conocedores.
El común denominador: el origen alemán
Las tres familias socias históricas de Gildemeister tienen algo en común: el origen alemán. Esa raigambre germana favoreció que confluyeran en la compañía, completando hasta hoy más de 30 años de sociedad. En 2004 constituyeron el holding Minvest, para gestionar las distintas unidades de negocio del grupo.
El arranque de lo que hoy es la compañía lo dio Lessmann, en julio de 1985. En esa época el hoy presidente de Gildemeister estaba a cargo del área de maquinaria industrial de la firma que entonces estaba en manos de la familia Puntous Gildemeister, y que se especializaba en la minería y en la importación de maquinaria agrícola.
Durante la búsqueda de unos equipos, un trabajador de la empresa le sugirió a Lessmann visitar una oficina de unos coreanos en Santiago, pues quizás sabrían de la maquinaria. Lessmann y otros trabajadores partieron a la oficina de Hyundai Motor Corporation a consultar. Ahí vio estacionados unos Hyundai Pony, un modelo estrella de la coreana. Lessmann se mostró interesado en traerlos masivamente al país, pero los coreanos no estaban convencidos.
Al tiempo, Lessmann se enteró de que ejecutivos de la marca estarían en la Fisa. Ahí, decidió contactarlos, y los asiáticos le pidieron una propuesta. Mientras la preparaba, el ahora CEO de Gildemeister les enviaba a Corea todos los meses vía courier un informe acerca del mercado chileno. Así fue como en marzo del 86 recibió un fax informándole que lo esperaban en Seúl para negociar un acuerdo.
Viajó acompañado de unos ingenieros. Cuando volvieron a Santiago, hicieron el primer pedido y habilitaron un local chico en el sector de Las Rejas, donde Gildemeister tenía maquinaria industrial. Pero un coreano que llegó a inspeccionar el lugar le recriminó que esa no era una instalación acorde a la importancia de la marca. Raya para la suma, Lessmann tuvo que arrendar en la Alameda una instalación diez veces más grande, y en octubre de 1986 hicieron una gran fiesta para lanzar con bombos y platillos la marca con versiones de camionetas, el Pony y el modelo Stela. Fue el inicio del despegue de la marca coreana en Chile, que llegaría a convertirse en la segunda más vendida del mercado local.
Lessmann no lo hizo solo. Los Baumann, quienes habían llegado a Chile desde Alemania el año 80, ya se habían sumado a la compañía. Ambas familias se habían conocido en actividades propias de la colonia alemana en el país. De hecho, Hans Dieter Baumann acompañó a Lessmann en su primer viaje a Corea, porque de joven había vivido en ese país. En ese entonces, ambas familias tenían, en conjunto, un 25% de la propiedad. El resto estaba en poder de los Puntous Gildemeister. En 1991, Ricardo Lessmann tomó el mando ejecutivo, aunque no tenía el control de la propiedad.
A fines de la década de los 90, los hermanos franco-alemanes Bruno, Gabriel y Raymond Puntous Gildemeister llegaron a Chile a hacerse cargo de los negocios de su familia, que había fundado Enrique Gildemeister Möller. Hoy tienen la participación mayoritaria en la automotora y además manejan otras empresas. Con su madre, Elna, formaron Hansa. Bajo ese paraguas gestionan participaciones en diversas industrias, lo que incluye un campo en la Cuarta Región, dedicado a la producción de paltas y cítricos como mandarinas, ciruelas, duraznos, naranjas y limón, que exportan principalmente a Europa y Canadá. También tienen una planta de cecinas en la Región de Los Lagos, la que si bien en un inicio fabricaba productos gourmet, con los años se reconvirtió en proveedora de una marca propia de una cadena de supermercados a nivel nacional. Más al sur, en Punta Arenas, la familia posee una planta de agua embotellada de la Patagonia, que comercializaba a restaurantes exclusivos de Santiago, Nueva York y Dubái, pero cuya producción la pausaron tras el estallido social y la pandemia. La familia, además, tuvo una importadora de muebles de diseño para hogar y oficinas, que vendieron hace unos años, y aún mantiene un portafolio variado de inversiones inmobiliarias, distribuidas entre las regiones Cuarta, Quinta, del Biobío y Metropolitana.
Los hermanos Puntous también son activos de manera individual y algunos han explorado su propia veta emprendedora. Raymond es socio director de ProQuantic, una empresa de consultoría especializada en estrategia y gestión de riesgos de negocio. Gabriel, por su parte, es gerente de Know How, empresa que provee servicios y tecnologías de la información, mientras Bruno integra la Corporación de Adelanto de Farellones.
Los Baumann, además de Gildemeister, no tienen participación relevante en otras empresas; tampoco Lessmann, que sí posee inversiones financieras y de renta inmobiliaria, que maneja a través de Inversiones Millacán y Sociedad de Inversiones Millacoa.
Las nuevas generaciones se han incorporado con mucha gradualidad a Gildemeister. Un hijo de Ricardo Lessmann, Cristóbal Lessmann, quien en 2010 estuvo a cargo de la oficina que el grupo maneja en Shanghái, hoy es gerente de Automotores Fortaleza. La familia Baumann, en tanto, tuvo por 10 años un integrante a nivel ejecutivo en el grupo. Manuel Baumann fue gerente comercial de Fortaleza y antes, director ejecutivo de Seminuevos. Hoy, Baumann es CEO y fundador de SkyQuest, una empresa que provee servicios con drones para topografía e industrias como la agricultura, inmobiliaria, energía y minería. Por el lado de la familia Puntous, la participación en Gildemeister está a nivel de directorio.
Las tres familias socias tienen en común el origen alemán. En 2004 constituyeron el holding Minvest, para gestionar las distintas unidades de negocio del grupo. Pérdidas al 2019 sobrepasaron los $61 mil millonesAunque Automotores Gildemeister es una compañía cerrada y aún no presentaba -al cierre de esta edición- la documentación en Estados Unidos, en el marco de la reorganización financiera, en Chile documentos en tribunales dan cuentan del deterioro de los resultados de la compañía.
En un juzgado de Letras de Santiago de 2020 la propia empresa revela sus estados financieros de los últimos tres años, dando cuenta de que en 2017 perdió $10.650 millones; en 2018, estas pérdidas subieron a $45.135 millones; y en 2019 saltaron a $61.080 millones.
Otro documento judicial da cuenta de que la distribuidora en Chile de Hyundai, en junio de 2019 tenía 1.062 trabajadores, pero a enero de 2020 esa dotación se había reducido a 876 empleados. La firma explica que el estallido social y la pandemia continuaron "mermando la capacidad económica de la compañía", y solo al mes de mayo de 2020 efectuó otras 196 desvinculaciones más.
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