Su nombre es Glenda Kapstein, la arquitecta de los "espacios intermedios"

Hace treinta años se trataba de un espacio abierto, silencioso, iluminado y ventilado, en las afueras de la ciudad de Antofagasta, a orillas del océano, al que era posible acudir para retirarse en un momento de detención. Encargada por la fundación jesuita Alonso de Ovalle, Glenda Kapstein (1939-2008) proyectó allí la "Casa de Retiro", que según los especialistas constituye la mayor obra de esta arquitecta chilena. Hoy es un recuerdo.
"Ese legado se perdió: la zona donde se construyó se fue urbanizando y la casa quedó rodeada por la ciudad. Los terrenos adquirieron valor, los dueños vendieron la propiedad y la Casa de Retiro se demolió. Es algo que lamentablemente ocurre mucho en Chile", reflexiona Carla Monforte, hija de Glenda Kapstein, e investigadora de su historia como arquitecta.
Parte de ese archivo reunido por Monforte está disponible hoy en una plataforma virtual que pormenoriza aspectos de esta dinámica aunque desconocida exponente chilena de la arquitectura contemporánea. Exhibe un recuento de obras principales en Antofagasta y otros lugares del norte, como la Casa de Retiro (1991), la ampliación de la Escuela de Arquitectura de la U. Católica del Norte (2001), que ella ayudó a poner en marcha, o el Hotel Tulor (2005), en San Pedro de Atacama, con espacios circulares basados en la aldea del mismo nombre.
GlendaKapstein.cl también presenta publicaciones que ella realizó en revistas académicas y de arquitectura junto con una biografía que da cuenta además de su trayectoria en España. "Se tituló en la U. de Chile de Valparaíso en 1967 y al año siguiente estaba en Madrid. Hasta 1979 trabajó allí e integró proyectos con arquitectos de renombre como Ramón Vásquez Molezún o George Candilis", dice Monforte. Los planos de Candilis para la U. Autónoma de Madrid, con Kapstein en el equipo, se encuentran conservados en el Archivo de la Ciudad de la Arquitectura y el Patrimonio de París como parte de un legado.
Ambiente que la rodea
"Fue siempre una mujer muy fuerte, alumna de Ángela Schweitzer, que también era muy fuerte. Ella se abrió paso entre un ambiente de hombres y no le importó esa desventaja. Las mujeres arquitectas eran contadas", señala Claudio Galeno, arquitecto e historiador de la arquitectura. "Ya de regreso a Chile, en los 80 ella fue protagonista y muy reconocida en Latinoamérica. Reivindicaba una arquitectura contemporánea latinoamericana, mirando siempre a su alrededor, el medio ambiente, el territorio. La suya fue una arquitectura de profundo regionalismo, del norte donde ella vivía", agrega.
De allí el concepto de los "espacios intermedios", lugares que no son ni interiores ni exteriores, que ella diseñó como idea propia y proyectó también en un libro con ese título, reeditado hace muy poco. "Los espacios intermedios responden a maneras de cómo se vive en el norte. Y esa idea la aplicó sobre todo a obras como la Casa de Retiro", señala Carla Monforte. "Hace poco descubrí otra obra suya, una de las primeras que hizo como arquitecta recién titulada. Una parroquia en Valdivia, que proyectó en 1967 con motivo de la reconstrucción tras el terremoto. Es muy sencilla, minimalista. Aún existe y la gente allá la quiere mucho", cierra.