Ante críticas internas, Castillo nombra canciller a experimentado diplomático Óscar Maúrtua

Casi tres días alcanzó a estar Perú sin ministro de Relaciones Exteriores: El Presidente Pedro Castillo tomó juramento anoche a Óscar Maúrtua, excanciller de Alejandro Toledo, para ocupar el cargo abandonado por Héctor Béjar, quien renunció ante una inminente censura del Congreso. El diplomático de carrera tendrá ahora el desafío de dar claridad a la agenda exterior del nuevo gobierno y acelerar la llegada de vacunas contra el covid-19.
Maúrtua (74) tiene una experiencia en el área diplomática de cinco décadas, a diferencia de su predecesor. Se incorporó al servicio diplomático en 1969 y desde entonces ha sido embajador en Canadá, Bolivia, Tailandia y Ecuador, así como secretario en la embajada del país en Estados Unidos y representante de la OEA en México.
El exembajador ya conoce el cargo: Maúrtua llegó a la cancillería en agosto del 2005, durante el gobierno de Alejandro Toledo (2001-2006), coincidentemente también tras la renuncia de su predecesor, Fernando Olivera. Su gestión duró cerca de un año, período en el cual estableció los primeros lineamientos del diferendo marítimo con Chile ante la Corte Internacional de La Haya.
En noviembre de 2005, Maúrtua fue el encargado de confirmar que el expresidente Alberto Fujimori había sido detenido en Chile tras la orden de captura internacional que se había emitido a pedido de la justicia peruana que lo procesaba por diversos hechos. Luego participó activamente en el proceso de extradición del exmandatario.
"Es un cambio importante. Si bien no conocemos qué políticas específicas quiere proponer este Presidente en materia de relaciones internacionales, con Maúrtua tendremos un diplomático con bastante experiencia", dijo a "El Mercurio" Cynthia Sanborn, experta en RR.EE. de la Universidad del Pacífico en Lima.
Farid Kahhat, de la PUCP, estima que la orientación de política exterior del país "no será muy diferente de la que esbozó Béjar en su discurso de asunción del mando", que "iba en la línea histórica de la política exterior peruana, que privilegia el multilateralismo y un regionalismo abierto como principios fundamentales".
La decisión, no obstante, no cayó bien en las filas del oficialista Perú Libre. "Espero que sea una broma de mal gusto que Óscar Maúrtua será el nuevo canciller", tuiteó el congresista de ese partido Guillermo Bermejo, para quien el diplomático peruano es "una persona alineada a la política injerencista de EE.UU." que "no puede representar a un gobierno de izquierda".
"Ahí hay una clara manifestación de que la línea dura de Perú Libre no gusta de la designación y que genera una aparente división en el partido de gobierno", aseguró a este diario el politólogo y director ejecutivo de la consultora Vox Populi, Luis Benavente, para quien Maúrtua, debido a sus antecedentes, puede ayudar "a conectar al gobierno con las clases altas peruanas, porque tiene un perfil muy diferente a los otros ministros".
Polémico gabinete
El nuevo ministro llega en un contexto complejo. Béjar, quien ocupaba el cargo hasta esta semana, se convirtió en la primera baja en el gabinete de Castillo al dejar la Cancillería tras difundirse unas polémicas declaraciones suyas en que responsabilizaba a la Marina de haber iniciado el terrorismo en el país.
Al ser un político más tradicional que Béjar -quien fue fundador del insurgente Ejército de Liberación Nacional (ELN) peruano-, Maúrtua podría darle una mayor estabilidad al actual gobierno peruano, plantearon los medios locales, en momentos en que Castillo ha enfrentado diversas polémicas por sus nombramientos. Además de Béjar, el Presidente izquierdista es cuestionado por la designación como primer ministro de Guido Bellido, investigado por la fiscalía por el presunto delito de apología del terrorismo y cuestionado por sus comentarios machistas y homofóbicos. El ministro del Interior, Juan Carrasco, también estuvo en el ojo del huracán por haber aceptado el cargo sin renunciar como fiscal, mientras que el ministro de Defensa, Walter Ayala, provocó polémica luego de que el almirante retirado y congresista Jorge Montoya le atribuyera haber sido dado de baja por una medida disciplinaria.
Maúrtua también tendrá que enfrentar sus propios desafíos en la Cancillería. Además de aclarar la difusa agenda internacional de Castillo, deberá gestionar la llegada de vacunas contra el covid-19 cuando Perú enfrenta el inicio de una posible tercera ola. El Ministerio de Relaciones Exteriores del país se pronunció ayer sobre el tema, poco antes de que el canciller fuera anunciado, y dijo que continúa haciendo gestiones para "acelerar la entrega de dosis".
Aunque su desafío más inminente será obtener, junto a los otros 18 ministros, la ratificación del Congreso -donde el oficialismo no tiene mayoría- el próximo jueves.