Paremos el bullshit

Son demasiados los que creen que la storytelling es lo único que cuenta para que una idea vuele en tiempos de internet.
Rojas Vade se convirtió en el niño símbolo de estos extraviados. Como una víctima del cáncer, durante más de un año se cultivó una espectacular y altamente eficaz storytelling , mostrando en su cuerpo los efectos del tratamiento, cabeza y cejas rapadas, parches y catéteres, dando entrevistas y manteniendo a sus seguidores en la web informados detalladamente sobre los avances de su enfermedad, consiguiendo donaciones para financiarla y logrando con su relato ser elegido como constituyente y vicepresidente adjunto de la Convención.
Rojas Vade voló lejos, pero no por mucho tiempo, porque insólitamente nunca tuvo cáncer, por lo que su storytelling no tenía conexión con la realidad. El filósofo de la Universidad de Princeton Harry Frankfurt diría que el relato de Rojas Vade era uno más de la plaga de bullshit que nos embiste.
Desde que Frankfurt publicó su lúcido libro "On Bullshit" esta palabra se ha transformado en algo así como un término técnico. No tiene una buena traducción. "Mierda" es su traducción más frecuente de acuerdo con Google. El bullshit comparte algunas características de un excremento, que puede considerarse como el cadáver de la nutrición, lo que queda cuando los elementos vitales de la comida se han agotado, que puede tener una forma más o menos coherente, o puede que no, pero en cualquier caso no constituye un diseño muy pulido.
Frankfurt distingue el bullshit de otros tipos de tergiversación como la mentira. El bullshit está compuesto de afirmaciones aparentemente impresionantes que se presentan como verdaderas y significativas, pero que en realidad son vacías. Su esencia es la falta de conexión con una preocupación por la verdad, la total indiferencia por cómo son los hechos realmente.
Al fabricar bullshit no importa si las cosas que se dicen describen la realidad correctamente, simplemente se escogen, o inventan, en la medida en que las circunstancias lo requieran, para que se adapten a un propósito.
El bullshit no es lo mismo que la mentira. Es imposible que alguien mienta a menos que crea que sabe la verdad. Producir bullshit no requiere tal convicción, por lo que es un enemigo de la verdad más grande que la mentira, de acuerdo con Frankfurt.
En la era de las plataformas digitales, donde la inmovilidad es la muerte, la milenaria storytelling constituye un elemento aerodinámico indispensable para hacer volar una idea, pero no es suficiente. Hechos y decisiones sin relato no movilizan a nadie. Pero tampoco lo hace por mucho tiempo una storytelling de un proyecto que fraudulentamente pretenda estar conectado con la realidad sin estarlo, un relato que sea puro bullshit .