Índice de riesgo país en el nivel más alto de su historia
Hace exactamente un año, el indicador de riesgo país de El Salvador estaba en 5.29 %, en ese momento era casi tres veces más bajo que el de Argentina, estaba dos puntos menos que Ecuador, levemente arriba que Costa Rica y a un poco menos de dos puntos que el promedio latinoamericano.
Irma Cantizzano
Hace exactamente un año, el indicador de riesgo país de El Salvador estaba en 5.29 %, en ese momento era casi tres veces más bajo que el de Argentina, estaba dos puntos menos que Ecuador, levemente arriba que Costa Rica y a un poco menos de dos puntos que el promedio latinoamericano.
Pero en este último año, ha hecho historia al ser el que más ha crecido en América Latina. Del 26 de abril del año pasado a la fecha el indicador de riesgo país o Bonos de Mercados Emergentes (Emerging Markets Bonds Index, EMBI) elaborado por JP Morgan, se ha cuadriplicado; ha crecido 4.3 veces para ser exactos, llegando al 25 de abril a 22.80 %.
Esta cifra está a 5.26 % arriba que Argentina, es 2.7 veces el EMBI de Ecuador, 5.6 veces el de Costa Rica y 5.5 veces el promedio latinoamericano.
¿Por qué? Aunque los mercados puedan estar siendo afectados por la situación internacional "no es un ritmo que pueda ser comparable a lo que está sucediendo en El Salvador", explica el economista del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (ICEFI), Ricardo Castaneda.
Por ejemplo, el EMBI global pasó de 3.17 % el 26 de abril de 2021 a 3.71 % el lunes pasado.
"No es un tema de volatilidad de los mercados, el único país que ha cuadriplicado su riesgo país es El Salvador, hay un riesgo idiosincrático", dice el expresidente del Banco Central de Reserva, Carlos Acevedo.
Ambos economistas coinciden que la situación del país tiene que ver con una situación interna que se puede resumir en una palabra: "credibilidad" o la falta de ella.
La situación crítica del riesgo que perciben los inversionistas, ante que El Salvador no pueda honrar su deuda empezó el año pasado, pero se acrecentó de sobremanera este año. En marzo pasado empezó a subir y no bajó niveles.
Marzo es una fecha clave, porque es el mes en que el Gobierno había dicho que iba a emitir el "bono volcán". Un bono por $1,000 millones de deuda que iba a ser pagado en bitcóin y que serviría para hacer realidad "Bitcóin City" y para comprar más tokens del criptoactivo; y aunque no iba a servir en un primer momento para honrar la deuda, de haber sido exitoso también abría una fuente alternativa de financiamiento en un momento álgido, donde las puertas tradicionales se han cerrado.
Pero el bono no se emitió y no se tienen avances ni fecha exacta para su salida al mercado y eso ante los ojos de los inversionistas es "incertidumbre".
Sobre todo porque el país no cuenta con fuentes de financiamiento, cerrada la puerta del mercado alternativo, cerrado a la fecha el hecho de lograr un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y cerrada la opción de salir al mercado tradicional porque la tasa que tendría que pagar el país rondaría el 26 %.
"Se cierra la confianza que tienen los inversionistas de que el país, vaya a pagar por mucho que el presidente y el ministro (de Hacienda) estén comprometidos con hacerlo, porque este no es un tema de voluntades sino de realidad", señala Acevedo.
Tampoco existe una estrategia clara y pública de cómo harán para obtener los fondos.
A esta situación se suma en marzo, el régimen del Estado de Excepción y esto agrega el riesgo de que "las reglas del juego de un Estado de Derecho no se cumplan", dice Castaneda.
Para el economista, los inversionistas pueden interpretar que puede salir una ley que exima el pago de la deuda, y el no tener certeza jurídica genera la falta de confianza.
Acevedo agrega otro punto, y es el de imagen. "Internacionalmente el régimen de excepción es mala señal porque el gobierno no tiene buen récord, el presidente tiene una imagen afianzada de ser autoritario, diferente es si Costa Rica aplicara un régimen de excepción... pero si lo pone El Salvador refuerza esa imagen", dice.
Otro de los puntos que señala Acevedo que puede incidir en la percepción de los economistas son los "errores técnicos" que podrían señalarse como "manipulación absurda". Como el que se ha hecho en una presentación gubernamental dirigida a inversionistas (tenedores de bonos) donde comparan la deuda absoluta de los países de la región y el EMBI de cada nación. Claramente la deuda absoluta de El Salvador es menor a la de sus pares como Costa Rica y Guatemala.
"Ese gráfico me llamó la atención, nadie compara deuda con valores absolutos... cuando hacés una comparación internacional lo hacés con respecto al PIB; es una manipulación que va en contra de la norma; ese hecho es una pésima señal para un inversionista que conoce eso, es un absurdo", dice. El PIB de El Salvador es casi la mitad del PIB de Costa Rica y es casi la tercera parte del de Guatemala.
Además de la presentación, sobre este tema ya había insistido en marzo pasado, el ministro de Hacienda Alejandro Zelaya, que arremetía contra el indicador y señalaba "El Salvador tiene casi el mismo nivel de deuda que Costa Rica... y vean el riesgo país de Costa Rica: 455 puntos básicos. No revisan con el mismo criterio económico y fiscal, deberían ser los dos en una evaluación del EMBI".
"Se cierra la confianza que tienen los inversionistas de que el país vaya a pagar por mucho que el presidente y el ministro (de Hacienda) estén comprometidos 100 % con hacerlo, porque este no es un tema de voluntades sino de realidad".
"Si como país no respeta las reglas del juego, el mensaje que le llega a los inversionistas es 'bueno, no va a respetar los contratos que tengan, en un momento dado no me va a pagar la deuda'; eso es lo que los mercados están observando, la credibilidad".