Messi: "Gracias a Dios nos está pasando todo lo malo ahora"
Todos sabían que llegaba
Todos sabían que llegaba. Por eso, y más allá del madrugón, la sala de espera en el aeropuerto de Ezeiza parecía tomada por un remolino de curiosos, fanáticos y periodistas. Lionel Messi arribó en el vuelo 426 de Air France, que aterrizó a las 7.47. Mientras aguardaba el equipaje, los empleados de las diversas aerolíneas aprovecharon para fotografiarse junto a él.
A las 8.22 traspasó la puerta. Vestía remera negra y pantalón gris. Llegó acompañado por su padre, Jorge, y el kinesiólogo Juanjo Brau, de Barcelona. Le regalaron una camiseta de la selección -nunca se la puso, pero tampoco en ningún momento se desprendió de ella-, posó para fanáticos, empleados de los distintos comercios, remiseros y hasta sorprendidos turistas. Firmó decenas de autógrafos antes y después de dialogar con la prensa. Lejos de poses de divo, en ningún momento buscó tomar distancia con la gente. Al contrario.
A las 8.43 se subió a un BMW 325 ti de color gris y partió rumbo a Arroyo Seco, donde lo esperaban muchos afectos. Con su padre al comando del volante, él se recostó en el asiento de atrás. Como si allí mismo comenzara su terapia; como si no quisiera perder tiempo en la recuperación, tras el agravamiento que sufrió en el desgarro de 4,5 milímetros en el bíceps femoral de la pierna derecha que arrastra desde el 7 de marzo último.
En la charla, si algo quiso dejar en claro es que piensa ser cauteloso con los tiempos de su rehabilitación. Y entregó varios conceptos:
"Estoy bien, no me duele nada; pero todavía está la lesión, así que no se puede forzar la zona."
"Vengo a trabajar para estar en forma lo antes posible. Vine acompañado por un kinesiólogo del Barça, y quiero estar bien para intentar llegar a jugar los últimos partidos de Barcelona. Y, obviamente, para la selección si me toca estar."
"La decisión de venir estuvo consensuada con la gente de Barcelona. Ellos me dijeron que les parecía bien, que no había problemas. En un principio me quedaría una semana, pero eso todavía no lo definimos."
"Me encontraba muy bien, y la ansiedad de querer jugar y de estar con el grupo hizo que yo mismo me apresure un poco. Era difícil estar todo el día con el equipo, pero tenía que entrenarme aparte. Llegó el momento en que me había cansado y quería empezar a jugar."
"Los médicos me tenían que agarrar porque yo quería jugar, me quería largar solo. Ahora estoy acá, tranquilo. Y cuando esté en condiciones, me vuelvo."
"La próxima semana, cuando vuelva, voy a poder estar con el equipo y así podré festejar con ellos y con la gente si nos clasificamos para la final de la Liga de Campeones."
"Siempre dije que escuchar hablar bien de uno es muy lindo, y más cuando esas palabras vienen de gente importante como Julio Grondona. Esperemos que podamos estar ahí, en Alemania, porque para mí también será importante."
"A la selección la veo con muchísimas posibilidades. La Argentina tiene un gran equipo, un gran grupo y, como vengo diciendo, el equipo está con ganas de hacer cosas importantes. Le tengo mucha confianza a la selección y espero que podamos llegar a lo más alto."
"Antes de venirme estuve con el doctor Villani, él me vio. Y con José (Pekerman) hablé sobre la recuperación y de cómo me sentía. Pero estamos todos tranquilos."
"No estoy preocupado, estoy tranquilo. Pero hace bastante que estoy parado. Quiero volver a jugar, porque es lo que más me gusta, pero sé que no me tengo que apurar."
"No me pongo tiempos: volveré a jugar cuando esté bien, pero sin apurarme."
"No me preocupa la cantidad de lesionados que ha tenido la selección; además, creo que vamos quedando pocos. Gracias a Dios nos está pasando todo lo malo ahora, así que esperemos seguir así porque llegaremos de la mejor manera a la última etapa, que es el Mundial."
Aimar recibe el alta "Pablo está muy bien y mañana le darán el alta, por lo que pronto empezará a entrenarse", adelantó ayer Donato Villani, médico de la selección, a la salida del hospital 9 de Octubre, en Valencia, donde hace una semana está internado Aimar con un cuadro de meningitis. Su evolución ha sido muy buena.
Lo más lejos del ruido
Si la intención era apartarlo a Messi de la ansiedad que seguramente lo iba a invadir en Barcelona por la inminente consagración del equipo de Rijkaard, aquí tendrán que protegerlo de los curiosos y la avidez periodística. Ayer, tras aterrizar en Ezeiza se marchó de inmediato a... ¿Rosario? Todos creían que ése sería el destino, pero Messi vivirá los próximos días en Arroyo Seco, una pequeña localidad a 30 kilómetros de Rosario. Allí realizará la recuperación junto con los kinesiólogos Raúl Fernández, de la selección, y Juanjo Brau, de Barcelona. A Buenos Aires sólo vendrá para someterse a algunas evaluaciones médicas.
Pekerman: "No quiero a Messi como un salvador"
José Pekerman siempre buscó cuidarlo a Lionel Messi del ruido mediático. Y ayer, desde Madrid, no perdió la oportunidad para reafirmar el concepto. "Argentina vislumbra ganar el Mundial con Messi, pero yo tengo que ser equilibrado, igual que mi colega Frank Rijkaard, que le ha llevado muy bien en Barcelona. No quiero a Messi como un salvador", señaló el entrenador argentino a radio Onda Madrid.
Y agregó: "Messi tiene compañeros de gran nivel que lo van a ayudar y proteger porque es muy joven. Hay que darle serenidad y apoyarlo. Ya no existen los mundiales de Pelé, Maradona o Beckenbauer".