Erika Cruz enfrenta su mayor reto; busca ser reina absoluta

Gabriel Cruz



CIUDAD DE MÉXICO, febrero 4 (EL UNIVERSAL).- Erika Cruz es una mujer que desde pequeña ha sorteado adversidades. El destino le arrebató a su madre cuando tenía 13 años, y a los 15, se convirtió en madre.



Así que subirse al ring de boxeo no la asustó, ya es campeona del mundo y hoy enfrenta su mayor reto profesional, al intentar coronarse como la monarca absoluta de peso pluma, ante Amanda Serrano, dueña de cuatro títulos en la división, suficiente motivación para dar la sorpresa en el Madison Square Garden de Nueva York.



"En realidad no nos enfocamos en lo que dicen (de no ser favorita), solo nos concentramos para esta pelea desde que supimos que la enfrentaríamos. No nos distraemos con nada. Estoy contenta y agradecida con Dios, con mi padre que está conmigo en todo momento y concentrada porque México hará historia", advierte.



Su padre, Guillermo Cruz, aquel púgil que en 1973 venció al mítico "Pipino" Cuevas en la Arena Coliseo es su gran inspiración, pero la promesa hecha a su difunta madre, quien le pidió ser campeona del mundo, es vital en las aspiraciones de la medallista de plata en los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011.



"Sería satisfactorio porque le daría a mi padre un poco de lo que me ha dado. Él sueña con tener a su campeona y si Dios me lo permite lo vamos a lograr. Ojalá las cosas salgan como lo deseamos", valora la "Dinamita".