Viernes, 26 de Abril de 2024

El reto del siglo

UruguayEl Pais, Uruguay 7 de junio de 2023

Estamos atrapados en un planeta finito, y harto complejo por el funcionamiento de la biosfera.


El lunes pasado se celebró el Día Mundial del Medio Ambiente. Su creación ocurrió en diciembre de 1972 por resolución de Naciones Unidas. Se escogió como fecha el 5 de junio de cada año, recordando el comienzo de la pionera conferencia mundial de ONU referida al ambiente.



Desde entonces mucha agua corrió bajo el puente. Y aunque este medio siglo transcurrido ha servido para posicionar esta visión holística del planeta -con los seres humanos como uno de sus componentes más influyentes en su devenir-, persiste la otra que cuestiona su existencia. El principal argumento sigue siendo que a pesar de los pronósticos catastrofistas, estos no se cumplieron. Prácticamente se reclamaba abandonar el modelo desarrollista extendido por todo el planeta.



La respuesta del mundo científico y de los estamentos políticos de todas las naciones se condensó en el concepto muy racional y verosímil: el desarrollo sustentable.



Desde luego que la conmemoración de "días mundiales" nunca ha sido la solución de ninguno de los grandes problemas. Pero ayudan a fortalecer conceptos en los diferentes estamentos de la sociedad. Por ahí va el camino hacia la sustentabilidad de la humanidad.



Sin necesidad de entrar en mucho detalle de la intrincada trama que caracteriza a nuestro mundo, hay que recordar uno de los pilares conceptuales claves para redefinir nuestro futuro.



Estamos atrapados en un planeta finito por la física, y harto complejo por el funcionamiento de la biosfera. Pero la población mundial aumenta día a día, lo que constituye un verdadero reto para la planificación.



Se ha dicho hasta el cansancio que si la humanidad alcanzara su máxima aspiración que es garantizarles a todas las personas un nivel digno de vida, satisfaciendo todas sus necesidades -co-mo ocurre en las sociedades más justas y prósperas-, los actuales recursos del planeta no alcanzarían en absoluto.



Esta es una realidad incuestionable, que demanda toda la atención.



Hoy somos 8.000 millones de seres humanos. Los pronósticos dicen que en 2050 llegaremos a casi 10.000 millones de personas.



¿Este monumental reto le resta importancia a las preocupaciones ambientales? De ninguna manera. Basta fijarnos en lo que nos está afectando el cambio climático y sus severos impactos sociales, económicos y ecosistémicos.



La famosa teoría de James Lovelock -Gaia-, propone que la Tierra persigue la meta de mantenerse habitable para los seres vivos.



Es un sistema autorregulado que surge como tal, gracias a la acción de la totalidad de los seres vivos que la componen, más las rocas de la superficie (suelo y subsuelo), los océanos, la atmósfera.



¿En qué contradice a la teoría darwiniana? En que los seres vivos no deben adaptarse a un medio físico más o menos inmutable, sino que ambos factores interactúan estrechamente para mantener las condiciones propicias para la vida.



Por lo tanto los seres vivos y el planeta físico no evolucionan en forma separada; ni los primeros se adaptan a la segunda condición.



¡Cuánto tiene la ciencia para descubrir y enseñarnos en el formidable reto de la sustentabilidad planetaria!

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