ICE advierte que, sin este arrendamiento para generación térmica, país se quedaría sin respaldo energético para hacerle frente a los veranos de los años 2024, 2025 y 2026
Un repunte en la demanda eléctrica y la caída en la producción hidroeléctrica llevó este lunes al Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) a abrir de urgencia una millonaria contratación por $140 millones para arrendar plantas de generación térmica a base de diésel.
"De no gestionarse esta contratación, el ICE no se tendría el respaldo energético requerido para hacerle frente a los veranos del 2024, 2025 y 2026″, dice textualmente la documentación del concurso en el Sistema Integrado de Compras Públicas (Sicop) en recepción de ofertas hasta el próximo 6 de octubre.
La medida, sin embargo, impactaría al alza las tarifas eléctricas del país, dado que el contrato estipula que el ICE proveería el diésel necesario mientras operen las plantas y sus costos se trasladarían a los abonados en sus recibos mensuales de consumo.
El arrendamiento y operación de estos equipos se implementaría en cuatro bloques de potencia, cada uno de 36,5 Megavatios (MW).
Tres se instalarían en los terrenos de la Planta Térmica de Moín (Limón) y el último en la Planta Térmica Garabito (en Puntarenas), para un total de 140 MW con los cuales el ICE esperaría garantizar el abastecimiento energético del país durante 2024-2025-2026.
Según los términos del contrato, el ICE teme para ese periodo "una condición deficitaria de generación hidráulica, ya que existe incertidumbre acerca de la duración y los efectos del fenómeno El Niño y el cambio climático", dice textualmente el contrato 2023XE-000022-0000400001 de Sicop.
Tres bloques deberán estar listos para encender motores en un plazo de 90 días y el último en 120.
De los tres bloques a instalar en Limón, uno estaría operativo por un año y los otros por dos años y medio. El bloque en Garabito sería contratado por dos años y medio.
La apertura del contrato por urgencia llega al cabo de varios meses de uso intensivo de generación térmica en plantas propias del ICE a base de búnker y diésel.
Según datos del Centro Nacional de Control de Energía (Cence), esa fuente de generación aportó el 5,8% del consumo eléctrico nacional de 2023 acumulado al cierre de agosto. El año pasado, en el mismo lapso, había aportado solo 1%.
Qué tipo de equipos se instalarán
Según las especificaciones del ICE, las tecnologías aceptables para este contrato que utilizan diésel incluyen turbinas a gas (impulsadas con ese hidrocarburo), ya sean de servicio pesado o aeroderivadas y motores de combustión interna de alta o mediana velocidad. Todos deben tener encapsulado acústico para prevenir ruido externo.
Debido a los tiempos impuestos por el Instituto para la puesta en marcha, las turbinas de gas requiere fundaciones especiales que necesitan más obra constructiva y, por ello, su eventual operación rebasaría los plazos estipulados.
Los motores de combustión interna de media velocidad son equipos de grandes dimensiones que pueden también consumir búnker, pero su instalación también requiere fundaciones y obra civil que consumen más tiempo del previsto respecto a las cláusulas de este arrendamiento.
En cambio, los motores de combustión interna de alta velocidad, son modulares y tiene cierto parecido a contenedores para el traslado de carga. Cada uno, incluye el motor de diésel, el generador y las tomas para el ingreso del carburante y la transmisión de la energía.
En el 2008, el ICE había utilizado este tipo de tecnología de generación de emergencia.
Este tipo de tecnología puede funcionar en módulos en la forma de un conjunto de motores enlazados entre sí sobre un terreno y cada uno suele tener una capacidad de generación de 1 Megavatio (MW). Este tipo de arreglo sí cumpliría los plazos estipulados si un oferente suple 36 unidades por bloque de energía a contratar.
Este tipo de motores de alta velocidad son unidades estándar producidos en masa y de amplia disponibilidad de marcas y fabricantes como Perkins, Cummings, Volvo y Caterpillar.
(*) Noticia en desarrollo