Las regiones, la base al crecer

Rosmery

Quintero Castro
En la construcción de un país equitativo y próspero, es fundamental reconocer y fortalecer el papel de las regiones a través de una autonomía administrativa y fiscal efectiva. Colombia, como nación diversa y rica en cultura y recursos, requiere de un sistema que permita a las Entidades Territoriales gestionar sus propios ingresos y destinarlos de manera estratégica para el beneficio de sus habitantes. Sin embargo, nos enfrentamos a desafíos significativos, como la transferencia insuficiente de ingresos corrientes desde la Nación, que actualmente solo reciben el 20% de los ingresos totales. Para superar estos obstáculos, es propicio una mayor gestión del recurso público, eficiencia administrativa mejorada, planificación estratégica más precisa y focalización en sectores de valor. Esta combinación de factores permitirá maximizar el impacto de los recursos disponibles, impulsando la sostenibilidad de nuestros territorios. Un claro ejemplo de la necesidad de acciones lo encontramos en la región Caribe. A pesar de los avances económicos que ha experimentado el país en los últimos años, los ocho departamentos que la conforman enfrentan desafíos que la distancian del progreso nacional. Según datos del Dane, el ingreso por habitante en esta región es solo un 64% del promedio, y más del 50% de su población vive en condiciones de pobreza, cifra que contrasta con el 37% a nivel nacional. Es alarmante observar que ciudades como Cartagena, Sincelejo y Santa Marta muestran un aumento en el número de personas en situación de pobreza, reflejando la urgencia de implementar medidas efectivas para revertir esta tendencia. Adicionalmente, las micro, pequeñas y medianas empresas, fundamentales para la economía y generación de empleo, han enfrentado grandes desafíos. Según el Observatorio de la MiPyme de Acopi Seccional Atlántico, el 46,3% de los empresarios encuestados a nivel nacional, reportaron disminuciones en indicadores fundamentales durante el último año, siendo las inversiones y la rentabilidad los más afectados con un 53,1% y 55,7%, respectivamente. Al compararse con el 2022, la percepción de disminución se incrementó principalmente en generación de empleo y niveles de producción (8 y 7,9 puntos porcentuales) En este contexto, es crucial entender que el desarrollo se construye desde las regiones. Para romper el círculo vicioso de la pobreza y fomentar un crecimiento inclusivo y sostenible, es necesario enfocar los esfuerzos en áreas clave como la educación. Contar con un recurso humano capacitado y preparado para asumir los retos que lidera el sector empresarial es fundamental para impulsar la innovación, la competitividad y el crecimiento económico. Es hora de tomar acciones decisivas y comprometidas que promuevan una verdadera descentralización, permitiendo a las Entidades Territoriales construir oportunidades para todos.
Directora Ejecutiva Acopi Atlántico.