Bienestar también es productividad

Santiago de Bedout
De los 38 países miembros de la Ocde, Colombia es el que reporta los índices más bajos en materia de productividad, así lo constató dicha organización en el reporte que difundió el pasado marzo sobre los datos de productividad durante el 2022. Mientras un trabajador de la Ocde contribuye en promedio US$67,5 al PIB por cada hora trabajada, en Colombia la media de contribución no sobrepasa los US$20. Tal información, que es lo suficientemente reveladora per se, se hace aún más sensible cuando se evidencia que somos una de las naciones que más tiempo trabaja, con un promedio de 2.226 horas al año; cuando en Irlanda, país que lidera el escalafón de productividad de la Ocde, con un aporte de US$162,5 por hora laborada, se tiene una media de 1.657 horas. Ante este panorama, es común que el debate técnico y la opinión pública giren en torno a elementos recurrentes: la política de industrialización, la tecnificación del renglón agricultor, la inversión en ciencia y tecnología, el bilingüismo, la mejora en las pruebas Pisa, la conectividad de las zonas rurales, la conformación de equipos directivos más diversos y la transferencia de conocimientos, todos indispensables e innegociables para elevar la productividad nacional de forma sostenida y estructural. Sin embargo, y pese a la amplia evidencia que existe, rara vez figura la importancia de fortalecer el bienestar y la salud mental de los trabajadores como estrategia para impactar positivamente el rendimiento laboral. Quizás, esto esté motivado por el hecho de que no se trate de un componente tangible, fácilmente medible, y con un considerable nivel de desconocimiento alrededor y falsos imaginarios. Aunque es entendible la tendencia por priorizar factores palpables y cuantificables, como la inversión en tecnología y maquinaria, cada vez es más inevitable desconocer la estrecha relación que hay entre el bienestar y la productividad. De acuerdo con la Organización Mundial para la Salud (OMS), los cuadros de depresión y ansiedad en la población laboral inciden directamente en que el año se dejen de trabajar cerca de 12.000 millones de jornadas a nivel mundial; dato que se pondera en que la productividad global pierda anualmente US$1.000 millones. En ese sentido, la noción de bienestar al interior de las empresas, sobre todo en las que hacen parte de los mercados más desarrollados, ha venido ampliándose hacia conceptos más holísticos e integrales, en los que la salud mental constituye un pilar; una buena práctica que algunas compañías en Colombia ya han empezado a asimilar y replicar, con valiosos hallazgos en materia cualitativa. Por esta razón, en Selia, como startup de salud mental y bienestar, hemos constituido una línea de negocio especializada en ayudar a las empresas a incrementar la penetración de la terapia en sus colaborades. Firmas como Coca-Cola Femsa Colombia, Datacrédito Experian y Starbucks ya están trabajando en esta área de nuestra mano, permitiéndole a sus equipos descubrir el placer de trabajar con bienestar integral.
CEO y cofundador de Selia.