La Calera hace negocio y amarga a Cruzeiro

La Calera estaba destinada a sufrir ante una potencia venida a menos, pero potencia al fin. Y así pareció entenderlo de entrada: jugó para evitar una catástrofe o para impedir el festejo visitante. Jugó a empatar y a buscar el milagro. Consiguió lo primero e hizo su negocio: igualó a cero y sigue segundo en la tabla de su grupo en la Copa Sudamericana.
Manuel Fernández, el técnico de la veteranísima escuadra "cementera", hizo el partido que podía. Ni más ni menos. Se ordenó en dos líneas de cuatro primero, y apuntaló en el epílogo con cinco hombres en la zaga.
También jugó con fuego adelantando su defensa, siempre expuesta a los balonazos a la espalda por su lentitud. Y el resto fue luchar hasta que dieran las piernas.
Las diferencias en la cancha del Ester Roa de Concepción fueron notorias. Cruzeiro, cuyo propietario es "O Fenómeno" Ronaldo, se plantó siempre en campo ajeno, dominó con soltura, pero con poco veneno.
Recorría las bandas casi a su antojo Wesley Gasolina por el flanco derecho. Y por el otro lado, Marlon, ayudado por el ecuatoriano Cifuentes y Matheus Vital, le cargaron la mano a Ferrario, que en la primera media hora vivió pasajes de angustia.
Todos los ataques profundos llegaron por la banda del huérfano Ferrario -con pelotazos o a tres toques- y si en la primera etapa La Calera se fue sin goles en contra fue porque Rafael Elías, alias Papagaio, marró lo imperdible, un centro al área chica con el arco de frente. En otra elevó por el larguero. Más tarde un remate cruzado de Barreal rozó el poste de Ibáñez.
La Calera no llegó una sola vez en la primera fracción. Y Cruzeiro, que hace dos semanas destituyó al argentino Nicolás Larcamón por perder la final estadual ante Atlético Mineiro, arribó a Concepción con resultados poco halagüeños en la Sudamericana: empató sin goles ante la UC ecuatoriana y dejó escapar un 3-0 ante el desconocido Alianza colombiano; y también viene a los tumbos en el Brasileirao, en el que marcha 12° entre 20.
Lo que pasó a poco andar del complemento fue una rareza: gol de La Calera tras uno de los pocos corners con que contó. Se abrazaron, gritaron, pero la posición de adelanto de Emmanuel Gigliotti, autor del milagro, anuló todo.
Y luego el control, otra vez, fue de la "Raposa" desdentada. Dominó de nuevo y La Calera reforzó su plan, sacando a Gigliotti, metiendo a "Catuto" Rebolledo, armando la línea de cinco en el fondo y arriba un solo delantero. Seis minutos después, en un desastre de defensa, el poste salvó la caída tras el remate de Cifuentes. Curiosamente, presa de la impotencia, Cruzeiro hizo crecer a La Calera por algunos minutos: un tiro de Cavalleri obligó un manotazo de Anderson a diez del final. Pero sufrió de nuevo en el epílogo, aunque igualmente le alcanzó para cumplir la tarea: frustrar a Cruzeiro y empatar ante un rival superior.