Diversos países reclaman que los organismos financieros como el FMI y el BM, entre otros, sean más inclusivos y desarrollen nuevos instrumentos. La ministra Arbeleche, realizó propuestas concretas.
Existen propuestas concretas en dos frentes: para que la arquitectura financiera global sea más amplia (que alcance a más países) y que se fortalezca el sistema multilateral (hoy en día castigado por el surgimiento de políticas proteccionistas).
El gobierno de Uruguay apoya la idea de que los organismos financieros se actualicen con nuevos instrumentos (como ser, el que establece que los intereses de la deuda estén indexados a indicadores de cumplimiento climático de los países, en una suerte de "a mayor cumplimiento, menor tasa de interés"), entre otras iniciativas favorables a países en desarrollo que propone Azucena Arbeleche, ministra de Economía y Finanzas (MEF).
"Las instituciones multilaterales pueden mover este tipo de herramientas", afirmó Arbeleche en el foro "Hacia una reestructura financiera global", organizado por The Brookings Institute -un think tank político-económico sin fines de lucro, de peso internacional- en Washington D.C.
Arbeleche destacó que hay que trabajar más en los nuevos instrumentos financieros, lo que requiere "acción global", mayor transparencia de las organizaciones, más métricas y "accountability" (compromiso, proactividad) para lograrlo.
Expertos de The Brookings Institute han planteado -haciéndose eco de demandas de diversos países- la propuesta de que los organismos financieros internacionales liberen mejores créditos para acciones de cambio climático, emprendan reformas para que el financiamiento realmente escale, modernicen el cuerpo de sus directores y que logren desarrollar un régimen de impuesto global "más justo y efectivo".
Asimismo plantean que el Fondo Monetario Internacional (FMI) fortalezca su red de créditos focalizándose en recursos líquidos para mercados emergentes y economías en desarrollo.
Los organismos en el foco de cuestionamientos son varios. La Organización Mundial del Comercio (OMC), por ejemplo, se ha debilitado por medidas proteccionistas de algunos de sus miembros y por el bloqueo del Órgano de Apelación del Sistema de Solución de Diferencias.
El Banco Mundial (BM), por su parte, anunció en febrero que prepara una "importante reestructuración" de su línea de garantías (para mitigar riesgos y catalizar el financiamiento privado) que incluirá "mayor simplicidad y ampliación del acceso", según dijo en un comunicado. Esto con el apoyo del Grupo de Expertos del G20 y líderes de empresas.
El objetivo del BM es triplicar la emisión anual de garantías y llevarlas a los US$ 20.000 millones para 2030.
A su vez, los seguros contra riesgos políticos surgieron en este organismo en 2023, como un área clave de interés para el laboratorio para la inversión del sector privado.
"Reaccionar"
Cecilia Rouse, presidenta de The Brookings Institute (quien lideró el Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca entre 2021 y 2023) instó a las organizaciones a "reaccionar", ante las divisiones geopolíticas del mundo y nuevas demandas aceleradas. "Las arquitecturas de gran parte de las instituciones internacionales se crearon hace 80 años, ahora ya no pueden proteger a los países ante los riesgos y amenazas, sobre todo los países en desarrollo", afirmó, enumerando crisis como la pandemia del covid-19 y las dos guerras en curso.
A su entender, la brecha de los organismos abarca muchos niveles, en especial la conformación de sus directorios y las estructuras de sus préstamos y de sus deudas. "Hay más conciencia de esto en los organismos, pero falta el sentido de urgencia", advirtió.
Cuotas
Iyabo Masha, directora del G-24 sobre temas de asuntos monetarios internacionales y de desarrollo, puso foco en lo que a su entender es la base de las reformas: las cuotas de los países.
"Hay que revisarlas. Brasil y China son las economías en desarrollo más grandes y sus cuotas no han incrementado. Llegar a acuerdos sobre las cuotas va a cambiar los liderazgos en los organismos. Con las cuotas habrá más diversidad y más representación de los países en desarrollo. La composición de las directivas debe cambiar", lanzó Masha, agregando que hay que fortalecer también los balances y atraer más capitales a los fondos que manejan los organismos.
De no haber cambios en las cuotas, las soluciones seguirán siendo "segmentadas", afirmó.
En esa línea, The Brookings Institute también propone que el FMI desvincule las cuotas y contribuciones de los préstamos que se les otorga.
"Se necesitan más voces de los países en desarrollo en las organizaciones financieras internacionales, en especial de los países pobres. Se requiere una agenda común, recursos mejor asignados, y promover más conexiones de los organismos entre sí", concluyó el colombiano José Antonio Ocampo, profesor de la Universidad de Columbia, Estados Unidos.