Viernes, 17 de Mayo de 2024

Los adultos pueden mejorar su bienestar siguiendo ciertos hábitos infantiles

ChileEl Mercurio, Chile 2 de mayo de 2024

Estos van desde atreverse a hacer muchas preguntas para poder entender más sobre un tema, reír con mayor frecuencia, hasta seguir una rutina de sueño que incluya tomar un baño caliente y leer un buen libro antes de dormir.

A pesar de haber obtenido su título médico en la Facultad de Medicina de la U. de Harvard y una posterior maestría en Salud Pública en Johns Hopkins -dos de las instituciones académicas más prestigiosas del mundo-, Hasan Merali, profesor asociado del Departamento de Pediatría de la Universidad McMaster, en Canadá, señala que algunas de las personas que más le han enseñado no han sido sus pares, sino los múltiples niños a los que ha atendido en 14 años de carrera.
"Los he visto compartir sus galletas cuando están enfermos y hambrientos, jugar apenas les ponen un yeso tras una fractura y entregar las sonrisas y abrazos más grandes que haya recibido. Estos comportamientos me hicieron pensar en cuánto aprendía de ellos", indica a "El Mercurio".
"Los niños pequeños ofrecen lecciones increíbles sobre cómo vivir una vida más feliz y mi objetivo con este libro es compartir esas lecciones con todos", agrega a propósito de "Sleep well, take risks, squish the peas: Secrets from the science of toddlers for a happier, more successful way of life".
Se trata de un libro de su autoría, publicado a fines de marzo de este año y disponible en Amazon, en donde Merali reúne buenos hábitos, comunes entre los menores de cinco años, que ayudarían a mejorar la salud de las personas.
El mismo título del libro entrega una idea: "squish the peas" (aplasta las arvejas) alude a que, "sin importar lo que estén haciendo, los niños tienden a incorporar el juego, incluso en las acciones más básicas, como caminar y comer. Este enfoque lúdico les ayuda a disfrutar más de sus vidas. Si los adultos pudiéramos incorporar más juego en nuestras vidas, seríamos más felices y estaríamos menos estresados", explica.
Otro hábito infantil que el pediatra sugiere imitar es hablar con uno mismo de manera constante. "Me di cuenta del poder del diálogo interno y de cómo lo usan los niños pequeños mientras atendía urgencias: estaba cuidando a una paciente que estaba allí con su hermana Eyshal, de tres años. Eyshal estaba sentada a un lado esperando pacientemente y para ocupar su tiempo estaba haciendo algunas manualidades", indica. Tenía un par de tijeras y, mientras cortaba, "se decía cosas como 'mantente en la línea' y '!ya lo tienes¡'. Hablar consigo misma en voz alta no solo la ayudaba a completar la tarea, sino que también le proporcionaba una función secundaria de motivación para seguir adelante".
Al mirar la evidencia relacionada en adultos, el médico descubrió "que esta técnica es una herramienta increíblemente poderosa que podemos usar para aprender, regularnos emocionalmente e incluso mejorar nuestras habilidades atléticas mucho más rápido".
Tres pasos
Otra práctica que Merali sugiere imitar es hacer preguntas de manera constante: "Con el tiempo nos volvemos más tímidos. Dudamos de consultar por cómo creemos que los demás podrían percibirnos. Incluso cuando reconocemos la importancia de hacer preguntas, a veces todavía titubeamos. Pero debemos preocuparnos menos por esto. Hacer preguntas demuestra humildad, acelera el aprendizaje y lo que es más importante, es una importante herramienta para construir relaciones. Hacer preguntas sobre los demás nos vuelve más amables y es algo muy sencillo de hacer", señala el médico, quien sugiere partir con un '¿cómo te va?' para volverlo costumbre.
Adquirir una rutina de sueño también es un hábito infantil que vale la pena seguir, agrega. "Si hay algo que aprender sobre cómo mejorar la vida, es tomarse el sueño en serio", indica el especialista.
"Y una de las mejores cosas que podemos hacer para descansar mejor por la noche es seguir la rutina de los niños al acostarse. Es un método simple de tres pasos, que si se implementa siguiendo regularmente una hora y evitando las pantallas, puede hacer maravillas por nuestra salud física y emocional".
Esta rutina supone tomar una ducha caliente (lo que ayuda a conciliar el sueño) y luego aplicar cremas. El último paso es terminar el día acompañado de un buen libro.
Por último, en su propio libro, Merali recuerda que una de las características más típicas de los niños es reír.
"Es algo que no solo nos hace sentir más relajados y menos estresados, sino que también nos ayuda a aprender mejor y a desarrollar relaciones. Desafortunadamente, a medida que envejecemos, las investigaciones han demostrado que la cantidad de risas que tenemos cada día disminuye", advierte.
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