El rally de Hernán Levy y Felipe Ledermann desde China a Francia en auto de 1928

El viaje será desde Pekín hasta París, en un Ford A Tudor de 1928 color amarillo taxi, con la misión de atravesar 14.200 kilómetros de montañas y desiertos. En la maleta, tres camisas, tres pantalones, y algo de ropa interior; lo más importante es llevar los repuestos, ante posibles averías en medio de la nada. Solo lo suficiente para sobrevivir durante 37 días, a merced de los elementos, cargarán consigo los empresarios Hernán Levy, presidente de Cerámicas Santiago, y Felipe Ledermann, gerente general de ComDer Contraparte Central.
Viviendo la cuenta regresiva hasta el próximo 18 de mayo, Levy y Ledermann se aprestan para el desafío The Peking to Paris Motor Challenge, rally de autos clásicos, fabricados entre 1914 y 1971. Originalmente, la competencia sería en 2022, pero la pandemia y la posterior guerra entre Rusia y Ucrania obligaron a mover la fecha de esta histórica competencia hasta 2024, además de modificar la ruta, que solía pasar por Rusia.
Hernán Levy, como conductor, y Felipe Ledermann como navegante, ya enviaron el automóvil hasta China en febrero pasado. Los postulantes al evento fueron más de 1.200, y se eligieron únicamente a 110, que debieron pagar 50.000 libras por la inscripción. Más de 20 países participarán de la nueva travesía, y los empresarios son los únicos chilenos del grupo. Su automóvil es el sexto más antiguo de todos los que participan, entre los cuales hay vehículos de marca Chevrolet, Bentley, Mercedes Benz, Porsche, Citroën y Jaguar.
Esta es la octava versión de la carrera, cuya primera realización ocurrió en 1907, contando con cinco participantes; el comienzo fue dificultoso en aquella edición, puesto que en China pensaban que los rallistas eran espías. Además, tuvieron que enviar el combustible días antes en camello y guiarse por los postes del telégrafo, al no existir GPS. Pasaron 90 años desde la primera cruzada, hasta que una fundación inglesa llamada Historic Endurance Rallying Organisation (HERO) quiso volver a realizar la carrera en 1997. Hubo mucho entusiasmo, y desde entonces se efectúa cada tres años.
El circuito parte en la Gran Muralla China, pasando por Kazajistán, Azerbaiyán, Georgia, Turquía, San Marino y finalmente Francia. Ledermann ya fue a despedirse de su madre, que vive en el sur, y afirma que "ella sabe que soy inquieto. Voy a estar bien". Como hombre más práctico que romántico, lleva en su celular las fotos con su familia y todos los recuerdos necesarios, priorizando el espacio para las herramientas que usarán durante el viaje.
"El rango etario de la competencia es bien alto, de 65 años y un pelito más", explica el empresario de 55 años, que corrió el Rally Dakar, con el equipo de Gasco, durante cuatro años. Asimismo, su compañero, Hernán Levy, de 76, también tiene amplia experiencia en este tipo de eventos, puesto que participó en el Jeep Fun Race, y ha estado en el rally Las Bodegas (Argentina). Lleva 27 años esperando participar de esta competencia, desde que el príncipe Idris Shah de Malasia le comentó sobre su existencia, cuando se conocieron en Tahití, en 1997.
Desafío y amistad
"Yo soy un facilitador, para que mi amigo cumpla su sueño. Este sueño es de Hernán, y yo soy feliz de ser parte del sueño de mi amigo", señala Felipe Ledermann. Los empresarios se conocieron participando en Desafío de Humanidad, organización conformada por líderes empresariales, sociales y profesionales de diversos sectores.
Juntos se embarcaron en distintos proyectos sociales, como la construcción de un centro para niños en riesgo social en La Pincoya, llamado Misericordia. También tienen un centro para personas discapacitadas y un centro preescolar, ambos en Batuco, comuna de Lampa. Al mismo tiempo, junto a otros empresarios, están planeando construir un colegio, ubicado igualmente en Batuco. "Nosotros siempre hemos querido apostar por la educación, porque es lo que hace crecer a los países y le cambia la vida a las personas", detalla Ledermann.
Los empresarios destacan además la ayuda que han recibido por parte del Club de Automóviles Antiguos de Chile, entidad que durante casi 60 años ha velado por la preservación, conservación y difusión del patrimonio vehicular histórico del país. "Muchos amigos ahí son expertos en los Ford A, que saben mucho de mecánica. Ellos han sido muy generosos con su experiencia", explica el empresario nacido en Temuco.
"Tú haces tu propia carrera. Cada día hay que recorrer entre 400 y 500 kilómetros, e ir cumpliendo distintas pruebas de regularidad y orientación que van sumando puntos. Finalmente, gana quien tenga menos penalizaciones", detalla Ledermann. Debido a la antigüedad del automóvil que conducirán, están ubicados en el sexto lugar de la primera categoría, llamada Pioneers, que cuenta con autos desde 1914 a 1930. Esta es una ventaja, al permitirles comenzar la carrera en el primer grupo.
Cuentan también con equipo satelital, el cual debe estar encendido permanentemente en caso de perderse de la ruta. Un teléfono satelital, GPS y relojes especiales son parte de los enseres que los acompañarán en su viaje. También llevan los implementos para realizar un cambio de aceite a su vehículo durante la travesía.
La convivencia también será un desafío. Pasarán hasta 14 horas al día detrás del volante del antiguo automóvil. Ante cualquier posible disputa, también han generado un protocolo, que consiste en escribir en una libreta cualquier punto de discordia que tengan, para discutirlo más tarde, y no en el momento de mayor efervescencia.
"He visto que este desafío se parece mucho a mi trabajo. He tenido que armar empresas desde cero, y ha sido así, hay que ser muy ordenado y riguroso. Esto ha sido como armar otra empresa", detalla Ledermann. El objetivo de ambos empresarios es terminar la carrera, más que anhelar ser los ganadores. "Obviamente somos muy competitivos, pero aquí somos muy conscientes de que debemos ser cuidadosos con el auto", finaliza el CEO de ComDer Contraparte Central.