Viernes, 20 de Septiembre de 2024

Legislación de última hora

ChileEl Mercurio, Chile 7 de mayo de 2024

No podrán eximirse de su responsabilidad las autoridades de Salud, que han llevado a una legislación de último momento.

En la última semana disponible para tramitar la llamada ley corta de isapres, se volvió a reunir ayer la Comisión Mixta en la cual debería llegarse a un acuerdo que le dé estabilidad y sustentabilidad al sistema de salud chileno. Sin embargo, la sesión anterior había comenzado con una serie de preguntas elementales formuladas por distintos senadores, las que no se condicen con el estado avanzado en que debería estar la legislación a estas alturas. Los parlamentarios ignoraban la situación financiera actual de las instituciones que se pretendía estabilizar, con desconocimiento de aspectos tales como el riesgo real que enfrentan las aseguradoras, la dimensión de la deuda indicada por la Corte Suprema, la conducta de sus afiliados en el último año, la inestabilidad probable de los prestadores y muchas otras dudas respecto de la verdadera magnitud de la crisis.
Aunque ya no sorprende a nadie la tardanza en las reacciones del Gobierno, las indicaciones que debían constituir la base de la discusión se conocieron solo un par de horas antes del inicio de la sesión de ayer. En esas condiciones, dada la importancia del debate que se abría, es muy difícil que pueda llevarse adelante un análisis en la profundidad que exige el sistema de salud. La complejidad de ese sistema requiere de un tiempo para el examen de las consecuencias de cualquier medida, además de lo delicado de sus efectos en la salud y la vida de las personas. La lentitud con que ha reaccionado el Gobierno ante la situación de emergencia que viven los pacientes crónicos de las isapres -que son trescientas mil personas, según se ha informado- y la incertidumbre con que están experimentando la crisis los millones de usuarios del sistema privado de atención, parecieran indicar una intencionalidad que no resulta tan extraña si se atiende al programa con que asumió.
La invitación al Colegio Médico a participar en la sesión permitió comprobar la trascendencia de la discusión, pues la representante de los profesionales hizo ver varios aspectos que no parecen haber estado presentes en los planes de las autoridades, al menos no con la relevancia que merecen. Según se desprende de su intervención, es necesario contar con un sistema mixto, puesto que el "Fonasa y el sistema público no están en condiciones de recibir a los pacientes de las isapres". Agregó que el 52 por ciento de las consultas médicas en el país las realiza el sistema privado. Por ello, ante la posibilidad de que fallen las isapres y el país deba enfrentar sus consecuencias, sentenció: "Esto no puede pasar". La crisis de los prestadores que podría seguir a la eventual quiebra de algunas de las grandes isapres, según lo hizo ver la ministra de Salud, ha sido una de las preocupaciones centrales de su ministerio, pero no parece haber inquietado lo suficiente como para haber acelerado la propuesta gubernamental.
Pese a la gravedad de la crisis -o quizá debido a eso mismo-, hay observadores que mantienen su optimismo de que los parlamentarios logren encontrar una solución a la emergencia desatada por el fallo de la Tercera Sala de la Corte Suprema, si bien cada día que pasa resulta más difícil mantener esa actitud. Las consecuencias de un eventual fracaso, que sería principalmente un naufragio del Gobierno, puesto que el Tribunal Constitucional restringió severamente la posibilidad de que los congresistas ingresaran indicaciones, serían sumamente graves para los chilenos. Aún más serios podrían ser los efectos entre quienes ya están acarreando una enfermedad crónica y tienen la necesidad de mantenerla bajo control. Si desaparece alguna isapre y no se logra suplir con un seguro eficaz para ellos, es altamente probable que pierdan la vida, tal como ocurre hoy en las listas de espera donde mueren año a año decenas de miles de personas. El exministro Mañalich ha calculado en unas 40 mil muertes adicionales, evitables, el impacto de un fracaso. No podrán eximirse de su responsabilidad las autoridades de Salud, que han llevado a una legislación de último momento, apurada, que podría llegar a no resolver el problema de fondo, aunque no sean ellos los únicos responsables del eventual desastre.
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