Nos unimos o nos jodimos

Víctor Muñoz
Actualmente, Colombia enfrenta un período crítico marcado por escándalos diarios que emanan del Gobierno y que afectan profundamente la confianza ciudadana, la estabilidad institucional y el clima de inversión. Estos problemas deterioran la percepción pública, y amenazan la democracia y el desarrollo económico del país. El Gobierno actual ha impulsado una agenda altamente ideologizada, presentando propuestas al Congreso de la República sin buscar consenso y estableciendo líneas rojas que solo admiten sus propias ideas, lo cual ha polarizado aún más a la sociedad colombiana. Esta polarización, alimentada por discursos de odio, victimización, el de "todo vale" y lucha de clases, beneficia únicamente a quienes promueven la división y obstruye cualquier intento de diálogo constructivo. El Gobierno ha llamado a una unidad nacional; sin embargo, es una unidad irreal: ha atacado a los opositores políticos, a los empresarios, a los medios de comunicación e incluso a los ciudadanos que marchan en su contra, todo porque solo le beneficia el sometimiento de los demás sectores a sus ideas. En este contexto, enfrentamos grandes retos en la institucionalidad del país. El Congreso se encuentra sumido en una tormenta política por los escándalos asociados a la UNGDR. Es crucial investigar y esclarecer la situación de aquellos que podrían estar involucrados en actos de corrupción, protegiendo así la legitimidad de esta vital institución democrática. Las cortes, como bastiones de la democracia y la constitucionalidad, han demostrado su rigor durante este período. Pronto enfrentaremos cambios significativos con la designación de cuatro nuevos magistrados en la Corte Constitucional, una decisión que puede influir decisivamente en el equilibrio de poderes. El papel del Procurador General, quien será elegido en el segundo semestre de 2024, es de especial relevancia. Este funcionario tiene la responsabilidad de supervisar a los funcionarios públicos y asegurar la protección de la institucionalidad y la legalidad. La elección del próximo procurador será fundamental para garantizar que continúe el escrutinio adecuado de la administración pública. En enero de 2025, el presidente deberá designar a dos miembros en la junta del Banco de la República y contará con mayorías. En tiempos normales, esto no debería ser motivo de alarma; sin embargo, la falta de rigurosidad técnica mostrada por el Gobierno actual hace que esta sea una cuestión preocupante. Este es un momento crítico para Colombia. Solo a través de la unidad y el compromiso con el diálogo y el entendimiento mutuo podremos superar los desafíos actuales. Debemos dejar las divisiones del pasado entre el Gavirismo, Pastranismo, Uribismo, Santismo y Duquismo. Ahora, o nos unimos o nos jodimos. No es necesario que estemos de acuerdo en cada detalle, pero debemos coincidir en que queremos proteger la institucionalidad, luchar contra la corrupción, fomentar el desarrollo económico y mejorar las condiciones sociales de Colombia. La alternativa es enfrentar consecuencias que podrían ser irreversibles para el tejido social y político de la nación.
Emprendedor, investigador, analista.