Domingo, 19 de Mayo de 2024

El Niño golpea a Costa Rica: Riesgo de racionamientos eléctricos en América Latina

Costa RicaLa Nacion, Costa Rica 7 de mayo de 2024

Ecuador aplicó apagones de hasta 10 horas al día en algunas zonas del país, mientras que Colombia estuvo a punto de tomar medidas similares

Costa Rica no escapa al impacto que provoca el fenómeno climático El Niño en diferentes países de Latinoamérica, los cuales han enfrentado dificultades para atender la demanda eléctrica al depender de la generación hidroeléctrica.

El Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) anunció este lunes la activación de un protocolo para eventualmente aplicar racionamientos eléctricos, una situación que no se daba desde el 2007.

Esa situación la experimentó Ecuador en abril pasado, cuando la población lidió con la suspensión del servicio durante al menos 10 horas al día, mientras que Colombia estuvo al borde de tener que aplicar cortes. Esto sucede en dos países sudamericanos que son potencia en el recurso hídrico.

En el caso de Ecuador, el pasado 17 de abril se anunció un plan de racionamiento de energía de hasta 13 horas en algunos lugares, con un promedio de ocho horas a escala nacional en distintas ciudades y zonas según factores de consumo.

Además del fenómeno El Niño y de la crisis climática, el gobierno del presidente Daniel Noboa mencionó también un boicot como causa de la falta de energía.

Entretanto, en Colombia surgieron preocupaciones en las últimas semanas de abril por la posibilidad de racionamientos debido al bajo nivel de los embalses, siendo que el 66% de la energía proviene de hidroeléctricas. Aparte, hubo escasez de agua potable en Bogotá.

La situación genera discusiones sobre una potencial crisis energética en la capital para el año 2026. Por esta razón, el presidente Gustavo Petro, le pide a la población "no lanzar las campanas al aire" y tener conciencia sobre el gasto eléctrico ni desperdiciar el agua potable.

El presidente del Grupo Energía Bogotá (GEB), Juan Ricardo Ortega, alertó sobre esta crisis, anticipando que los racionamientos podrían comenzar ya en 2025 si no se construye la infraestructura necesaria rápidamente.

Ortega subrayó la importancia de que las líneas de transmisión estén operativas para 2026, ya que Bogotá depende en gran medida de la importación de energía debido a la insuficiente producción regional.

Además, advirtió que, de no estar en funcionamiento para entonces, Bogotá podría enfrentar una falta de capacidad para satisfacer su demanda energética. Estas advertencias resaltan la urgencia de tomar medidas para asegurar el suministro eléctrico de la capital colombiana en los próximos años.

El Niño, agravado por el calentamiento global, también afecta a Panamá en materia comercial, pues el Canal experimentó una baja considerable en su nivel hídrico porque la sequía afectó los lagos (Gatún y Alhajuela) que abastecen a este paso marítimo, el cual recibe el 6% del tránsito mundial.

En Honduras, si bien no se han presentado inconvenientes en la producción de energía hidroeléctrica, la Secretaría de Gestión de Riesgos y Contingencias (Copeco) informó de que una ola de calor podría afectar el abastecimiento a partir de este martes y hasta el 15 de mayo.

Consecuencias de El Niño

El fenómeno de El Niño en América del Sur tiene una serie de consecuencias significativas. En primer lugar, se registran pérdidas agrícolas y pesqueras debido a condiciones climáticas adversas, lo que afecta negativamente la producción y exportación de alimentos.

Además, se limita la generación de energía, ya que las condiciones climáticas desfavorables pueden reducir la disponibilidad de agua para la producción hidroeléctrica.

Otra consecuencia importante es el aumento de los incendios forestales en algunas zonas, exacerbados por las condiciones climáticas secas y cálidas asociadas con El Niño. También se producen inundaciones en diversas áreas, como resultado del aumento de las precipitaciones y el desbordamiento de ríos.

El fenómeno se asocia con la disminución del nivel de los caudales de los ríos, lo que puede tener un impacto negativo en el suministro de agua para uso doméstico, agrícola e industrial.

La baja presión atmosférica y la presencia de tormentas tropicales son otros efectos característicos de El Niño, que pueden implicar daños adicionales en la infraestructura y la población.

Finalmente, el fenómeno altera las condiciones ambientales en los ecosistemas marinos, lo que puede afectar la biodiversidad y la productividad de los océanos, con posibles repercusiones en las actividades pesqueras y la conservación de especies marinas.

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