Lunes, 20 de Mayo de 2024

El sedentarismo infantil puede producir daño cardíaco prematuro, pero el ejercicio lo revierte

ChileEl Mercurio, Chile 8 de mayo de 2024

Los niños que pasan alrededor de seis horas al día inactivos presentan un agrandamiento del corazón a partir de la adolescencia, según concluyó un estudio europeo. Esta afección aumenta el riesgo de muerte.

La ciencia continúa descubriendo los efectos nocivos que puede tener el sedentarismo durante la infancia.
Esta vez una investigación europea concluyó que el sedentarismo infantil se asocia a un agrandamiento progresivo del corazón, efecto que empieza a ocurrir en la adolescencia.
El estudio, producto de una colaboración entre las universidades de Bristol y Exeter (Reino Unido) y la U. de Finlandia Oriental, se basó en un seguimiento a los casos de 1.682 personas desde los 11 hasta los 24 años.
A todos se les rastrearon sus movimientos por medio de acelerómetros, así como la estructura y función de su corazón a través de ecocardiografías.
"La decisión de estudiar el vínculo entre el estilo de vida sedentario y el daño cardíaco prematuro se debe a que el comité de expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que preparó la guía actual de actividad física de la institución identificó una falta de evidencia sobre este tema y pidió encarecidamente a la ciencia que pudiera responder dudas al respecto", comentó a "El Mercurio" Andrew Agbaje, investigador de epidemiología clínica y salud infantil de la U. de Finlandia Oriental, quien lideró el estudio.
Varios de sus trabajos previos, señala, ya habían comprobado que la falta de movimiento en la infancia aumentaba significativamente el colesterol y la insulina alrededor de los veinte años. Esta evidencia se suma a otros efectos del sedentarismo señalados por la evidencia reciente, como aparición de obesidad y diabetes tipo 2 en etapas tempranas.
En este nuevo estudio, Agbaje y su equipo descubrieron que pasar un promedio de seis horas por día en actividades sedentarias durante la infancia, como jugar en dispositivos móviles, se asoció con un agrandamiento progresivo del corazón desde la adolescencia hasta la adultez.
Peso saludable
En concreto, los científicos vieron que específicamente el 40% del crecimiento del órgano en ese período es atribuible al sedentarismo. El estudio demostró además que este efecto es independiente de la obesidad (niños con un índice de masa corporal normal pueden verse igualmente afectados) y el estado de la presión arterial.
El aspecto preocupante de los hallazgos es que el agrandamiento del corazón es una lesión que aumenta el riesgo de sufrir ataques cardíacos, accidente cerebrovascular y muerte prematura, señalan los autores del trabajo y médicos locales entrevistados.
"El agrandamiento del corazón ocurre porque se acumula grasa allí, lo que altera la función cardíaca y a la larga va a producir compromiso de los vasos sanguíneos que irrigan este órgano, además de otros problemas coronarios que antiguamente eran cosa de adultos, pero que ahora se están viendo de manera más precoz", comenta Cristián Clavería, cardiólogo pediátrico de la Facultad de Medicina UC.
El experto añade: "Estos resultados reafirman que el sedentarismo repercute precozmente en la vida pediátrica y es capaz de producir una serie de trastornos, alcanzando a muchos órganos, entre ellos al corazón".
Bernardita Lopetegui, cardióloga pediátrica de Clínica Universidad de los Andes, dice que los hallazgos son "relevantes y novedosos". La especialista comenta: "Realmente debe interesarnos muchísimo que diferentes estudios están apuntando a que el sedentarismo por sí mismo genera riesgo cardiovascular y que esto ocurre desde la infancia. Este conjunto de reafirmaciones son muy importantes".
Sin embargo, una buena noticia es que la nueva investigación también comprobó que el ejercicio físico es capaz de revertir el efecto de la hipertrofia cardíaca.
Así, se determinó que una media de tres a cuatro horas diarias de actividad física ligera (ver recuadro) reduce en 49% el aumento de la masa cardíaca. Sin embargo, se vio que mientras más intenso era el ejercicio mejor era la función cardíaca.
"Esto nos está diciendo que todos los niños deben adoptar un estilo de vida que incluya el ejercicio físico como una actividad habitual", dice Agbaje.
Lopetegui coincide. "Es muy relevante haber determinado que el corazón puede volver a su tamaño normal con el ejercicio, es decir que el daño no es permanente, sino que se puede prevenir y revertir inculcando este hábito de vida saludable a los niños".
Moverse más"La actividad física ligera se refiere a ejercicios sencillos que rompen nuestro sedentarismo sin sudar ni ir al gimnasio", aclara Agbaje. Algunos ejemplos, señala, son juegos al aire libre o en el patio durante el recreo, pasear al perro, andar en bicicleta, o dar un paseo caminando por un parque. "Practicar jardinería con los padres o participar en un partido informal de fútbol o baloncesto también están incluidos en esta categoría", asegura.
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