El Comercio, Perú
29 de mayo de 2024
Informe. El 94% de este tipo de inmuebles se edifica con maestros de obras sin contar con un estudio de suelos, planos o supervisión profesional. En promedio, más de la mitad de las familias que autoconstruyen pasan 10 años en casas precarias y tardan 16 en terminar un primer piso.
Por juan pablo león almenara
La crisis política y social que atraviesa el Perú suele desviar la atención de lo que afecta directamente a los ciudadanos. Un ejemplo es la precaria situación de las viviendas en las que residen, reflejado en un reciente estudio del Grupo de Análisis para el Desarrollo (Grade).
El área urbana del país cuenta con aproximadamente 6,6 millones de viviendas, una cifra similar a la suma de todas las de Paraguay, Costa Rica y Ecuador.
Del total de viviendas en el área urbana nacional, 4,7 millones (71%) han sido o están siendo autoconstruidas. Este concepto es clave: la autoconstrucción se define como la lenta y progresiva edificación de vivienda en el tiempo sin cumplir todos los requisitos y estándares establecidos por la normativa vigente.
El 94% de estos inmuebles autoconstruidos (4,4 millones) fueron edificados solo por maestros de obras sin estudios de suelos ni profesionales. Esta cifra, diez años atrás, era solo el 70%.
El 68% de los 4,7 millones de viviendas autoconstruidas, casi 3,2 millones, demoraron 16 años en tener terminado un piso (diez en una casa precaria y seis en proceso de construcción). Es decir, casi la mitad del total de viviendas en el país. Recién al año 12 del proceso de construcción, llega el servicio de agua potable; y en el año 22, la pista donde se edificó es asfaltada.
Contrario a lo que se podría suponer, la edificación de una vivienda es un 33% más costosa por metro cuadrado que la construcción tradicional. ?Es una construcción sin planos, sobre la marcha, sin respetar los estándares y la seguridad estructural. Las personas que construyen solo repiten lo que se hizo en otra obra anterior. Hay casas que usan incluso más material del que necesitan porque tampoco existen cálculos correctos?, dijo Álvaro Espinoza, investigador de Grade.
El especialista señaló que esto se debe a la falta de experiencia del constructor, lo que causa un uso ineficiente de los materiales. Además, la construcción lenta y progresiva se ve impactada por el aumento de precios a lo largo del tiempo y la inflación.
Las familias que eligen la opción de autoconstruir invierten alrededor de S/190.000, de los cuales S/44.000 se destinan al terreno y S/146.000 a la construcción en sí misma. El 70% de las familias que autoconstruyen lo hace únicamente mediante ahorros, distribuyendo el proceso en un promedio de 21 etapas, con un gasto promedio de S/6.700 en cada una.
En cuanto a servicios, solo el 32% de viviendas informales cuenta con electricidad (88% en caso de las formales), el 31% tiene servicio de agua potable (87% en el caso de las formales), el 28% tiene alcantarillado (87% en el caso de las formales) y solo el 14% tiene pistas en la calle (63% en el caso de las formales).
Una cuarta parte de las viviendas autoconstruidas son precarias, es decir, aún no cuentan con elementos de material noble. La falta de estudios de suelos en la construcción de viviendas aumenta el riesgo de inestabilidad estructural.
Para tener en cuenta
El estudio fue elaborado por Grade a pedido de ADI Perú (Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios). La metodología de la investigación contempló la Encuesta Nacional de Hogares desde el 2018 hasta el 2022, la comparativa entre los censos del 2007 y el 2017, encuestas a hogares, análisis cuantitativos en 95 zonas de seis regiones del país, entre otros.
