Exitosa primera caminata espacial privada cambiaría el panorama para viajar al espacio

Al asomarse y contemplar la Tierra desde 700 km de distancia, el multimillonario Jared Isaacman dijo: "De vuelta a casa tenemos mucho trabajo que hacer, pero desde aquí parece un mundo perfecto".
Isaacman y la ingeniera Sarah Gillis se convirtieron ayer en los primeros astronautas que no pertenecen a una agencia gubernamental en completar el primer paseo espacial privado de la historia, al salir con éxito de la cápsula Dragon de SpaceX, situada a 700 km de la Tierra.
Cada uno contaba con cables de 3,6 metros que los unían a la nave, pero que no desplegaron, a diferencia de lo que ocurre en la estación espacial, donde los astronautas suelen flotar fuera para hacer reparaciones.
Por otro lado, Gillis y su compañera de tripulación, la también ingeniera de SpaceX Anna Menon, son las dos mujeres que más lejos han viajado de la Tierra, batiendo la marca de 621 km alcanzada por la astronauta de la NASA Kathryn Sullivan, cuando en 1990 participó en el despliegue de Hubble.
La propia misión Polaris Dawn, que despegó el martes marcó otro hito el miércoles al superar los 1.400 km de distancia de la Tierra, el viaje tripulado más lejano desde las misiones Apolo hace más de 50 años.
Una vez que la cápsula se colocó a esa distancia, completó las seis órbitas previstas alrededor de la superficie terrestre. La misión se internó en los cinturones de radiación de Van Allen, donde llevaron a cabo decenas de experimentos científicos.
El primer paseo espacial realizado por privados se llevó a cabo tras 40 minutos de preparaciones en los que hubo varias pruebas, como la seguridad del dispositivo de sujeción para los pies. Luego se abrió la compuerta e Isaacman salió al espacio, y con él todos los que lo seguían en directo, lo que permitió contemplar una vívida e impresionante visión de la Tierra.
El astronauta iba enfundado en uno de los trajes que se prueban en esta misión con mejoras para protegerlos frente a la radiación y el ambiente térmico extremo del espacio. Pasados 10 minutos, el comandante volvió a la nave y salió Sarah Gillis.
Ambos estuvieron en contacto permanente con la nave durante su paseo a través de los pasamanos y rieles añadidos a la cápsula para este fin.
Aunque solo dos salieron al espacio, los cuatro miembros de la tripulación vestían los trajes presurizados, ya que la cápsula no cuenta con esclusas de aire y, por tanto, en su totalidad fue despresurizada antes de abrir la compuerta para la caminata.
"Me parece genial que haya funcionado todo bien. El espacio exterior es rudo, y los trajes espaciales tienen que estar muy bien diseñados para resistirlo. Me impresiona también que la nave completa haya quedado expuesta a la despresurización, considerando que en condiciones así, muchas cosas podrían fallar", dice Erika Labbé, astrónoma y coordinadora de difusión del Instituto de Estudios Astrofísicos de la UDP.
La caminata espacial privada es el último de una serie de logros de SpaceX, la empresa fundada por el multimillonario Elon Musk y que se ha convertido en una potencia que ha reconfigurado la industria espacial.
La NASA celebró el logro: "El éxito de hoy representa un gran paso para la industria espacial comercial y el objetivo a largo plazo de la NASA de construir una economía espacial estadounidense vibrante", dijo el jefe de la NASA, Bill Nelson, en X.
Otros protagonistas
Cada vez más personas dedican enormes cantidades de dinero para viajar en cohetes privados y experimentar unos pocos minutos de gravedad cero. Otros han gastado millones de dólares para quedarse unos días o incluso semanas en el espacio. Por eso los expertos espaciales y analistas de riesgo dicen que es inevitable que ahora algunos busquen la emoción de las caminatas espaciales, consideradas como una de las partes más peligrosas -por detrás del lanzamiento y la reentrada-, pero también la más conmovedora.
"El hecho de que la carrera espacial cambie de protagonistas (de agencias gubernamentales a empresas privadas) puede significar varias cosas. Por un lado, acerca la figura de el o la astronauta al imaginario común, al menos un poco, porque aún son solo millonarios prácticamente. Pero al mismo tiempo cambia los objetivos de esta, y eso creo que puede cambiar su desarrollo", agrega Labbé.
Coincide Ricardo Demarco, investigador del Centro de Astrofísica y Tecnologías Afines (CATA) y académico de la UNAB, sede Concepción, quien explica que las pruebas y experimentos de esta misión son claves. "Para mí tiene ese plus de que esto lo están haciendo privados. No son las agencias espaciales gubernamentales que están realizando este tipo de actividades, sino que son privados que se han decidido a invertir muchas cosas, no solamente grandes sumas de dinero, son apuestas que van más allá que eso, pero en pos de este futuro que beneficie a toda la humanidad. De esta proyección del ser humano de ir al espacio para llegar a otros mundos y para transformarse en una especie multiplanetaria o interplanetaria. Estos son los primeros pasos de aquello y en este caso SpaceX ha avanzado a pasos agigantados. Por cierto, la NASA también está trabajando con esa visión".
Aunque César Fuentes, astrónomo de la U. de Chile y PH.D en Astrofísica de Harvard, asegura que esta misión confirma la confianza que han ganado los cohetes privados, dice que esto no quita protagonismo a agencias como la NASA. "Estas apuestas privadas van a seguir ocurriendo en ese espacio que va dejando la NASA y otras agencias, pero los problemas más difíciles los va a seguir financiando el Estado estadounidense. Por debajo habrá oportunidades de negocio para empresas que quieran hacer turismo espacial o exploración para mirar algún objeto celeste, pero la inversión de riesgo real la seguirá haciendo el Estado, como en todos los aspectos donde ha habido un gran desarrollo de tecnología".