A puro corazón, Universidad de Chile venció a Palestino en la agonía y se aferra al liderato A puro corazón, Universidad de Chile venció a Palestino en la agonía y se aferra al liderato

El idilio entre Leandro Fernández y Universidad de Chile sumó otro capítulo. Cuando parecía que la U empataba con Palestino, el ariete argentino anotó el gol del triunfo azul. Fue un grito de desahogo en el Estadio Nacional. Se sacó la camiseta, hizo su tradicional baile e inmortalizó el festejo con sus compañeros con una fotografía. Fue amonestado y no le importó. No era para menos: con el tanto, su equipo sumó tres puntos de oro y sigue como puntero exclusivo del fútbol nacional (ver tabla de posiciones).
Fue el noveno gol del trasandino en el certamen. "Se lo dedico a mi tía Marcela, que falleció. Un beso grande a mis primas y a toda mi familia que lo está pasando mal", dijo más tarde el héroe azul.
Fue un resultado justo. Desde el inicio del cotejo, el conjunto estudiantil buscó la victoria, a ratos con más ímpetu que fútbol. Su primera arma fueron los balones detenidos. En el minuto ocho, Fabricio Formiliano conectó un cabezazo en un córner que pasó cerca del arco rival. Al rato, tras otro tiro de esquina desde la misma zona, Charles Aránguiz remató con mucha rosca y obligó a César Rigamonti a estirarse en el aire para sacar el balón.
Recién en el tiempo extra del primer tiempo, el diezmado cuadro árabe tuvo su primera llegada de peligro con una buena jugada colectiva que Gonzalo Sosa no pudo finiquitar de buena forma.
Así terminó la primera mitad: con Marcelo Díaz tomándose la cabeza con evidentes señales de preocupación por el resultado. Si bien los azules habían sido superiores, la zaga forastera, liderada por el joven Iván Román, se había afirmado. Para ganar, la U necesitaba un envión anímico y más peso ofensivo.
La respuesta vino desde la banca, con los ingresos de Matías Sepúlveda y Lucas Assadi. Encarando y con un juego más frontal, ambos jugadores refrescaron al flamante puntero del campeonato.
Assadi tomó la batuta y articuló la primera llegada de peligro de los azules en el complemento, pero, como en todo el partido, Cristian Palacios careció de fineza para terminar la jugada.
A pocos minutos del final, la pelota golpeó en el palo de la visita tras una serie de rebotes en el área. Está dicho: parecía que el arco del "Tino" tenía un cerrojo y que la U iba a resignar puntos valiosos en Ñuñoa. Hasta que llegó el ansiado gol. Assadi profundizó con Sepúlveda, quien encaró, ganó línea de fondo y sacó un centro que Palacios nuevamente no pudo conectar y le quedó a Fernández. La definición, de manual: control orientado, zurdazo al fondo de la red y a celebrar.
Con el triunfo, la U acumuló siete partidos invicta (seis triunfos y un empate). Los azules nunca bajaron los brazos y obtuvieron su premio. De hecho, Aránguiz terminó tirado en el césped, con señales de estar notoriamente acalambrado. Valió la pena: la U es más puntera que nunca, con siete puntos de ventaja sobre Colo Colo, que tiene dos partidos menos.
"Nos da lo mismo lo que pase con el resto de los equipos, solo nos importa lo que suceda con nosotros. Vamos punteros hace tiempo y si seguimos ganando, nadie nos va a alcanzar", celebró Marcelo Díaz, capitán universitario.
Sufriendo, la U dio un paso gigante hacia el anhelo de volver a ganar un título después de una angustiante sequía de siete años. Y fue a puro corazón. "Este equipo no se rinde en ningún momento", cerró "Carepato".