Transición y seguridad energética

Ricardo Santamaría
"Dos años de política energética: ¿Cómo vamos y que falta?". Con este sugestivo título, Anif y el CREE (Centro Regional de Estudios de Energía), impulsaron un interesante foro en Bogotá hace pocos días. Basado en esta discusión y presentaciones, hago las siguientes reflexiones. La información la tomé de las ponencias, pero por supuesto las opiniones son mías. ¿Qué ha sucedido en Colombia en los últimos 30 años en materia energética a partir del famoso apagón del año 91? De acuerdo con la presentación de Tomás González, director del CREE, tres cosas: Nos abrimos en este sector a la inversión privada, nacional y extranjera; Se creó una institucionalidad independiente y técnica para manejar el sector; y se organizó una regulación eficiente en cabeza del Estado como responsable de la política pública. Colombia a lo largo de las últimas décadas ha consolidado un matriz energética equilibrada entre las hidro, termoeléctricas, y más recientemente de energía eólica y solar. En términos de cobertura del servicio de energía, hoy es superior al 90% de todo territorio, tanto urbana como rural. Han pasado tres fenómenos del niño y no nos hemos apagado. En lo que tenemos que trabajar más es en tarifas, sobre todo en los estratos más pobres. Igualmente, tenemos desafíos en calidad. Colombia está cerrando un período de larga sequía, un fenómeno de El Niño que fue severo a comienzos de este año y quedó claro que el país cuenta con respaldo de las térmicas. Dos terceras partes de la energía que produce Colombia viene de las hidroeléctricas, pero sin las térmicas, en cada uno de los fenómenos de El Niño recientes, habríamos tenido racionamiento. En el que acabamos de pasar, la generación fue mitad y mitad entre hidroeléctricas y térmicas. Es un modelo confiable. Hoy tenemos una nueva alerta. La hidrología durante los últimos meses no ha sido la esperada, y nuevamente las termos están trabajando a máxima capacidad. Ya se habla de racionamientos de agua. Por otra parte, de acuerdo con los expertos que hablaron en el foro, la transición energética debe verse, no como acabar con el sector de hidrocarburos, sino en avanzar en la expansión de la oferta energética con mayor énfasis en energías limpias y renovables. Muchos de los proyectos de energía eólica están retrasados, y la solar no funciona en el mayor pico de la demanda de energía que es entre 6 y 9 de la noche. No podemos dar un salto al vacío. La política del gobierno es errática. La transición energética va a ocurrir, pero no puede poner en riesgo la seguridad energética de nuestro país. Sabemos que en el mundo va lenta. Los 10 países que más han avanzado, apenas representan el 2% de las emisiones globales de dióxido de carbono. Debe ser una transición sostenible, segura en suministro de energía y eficiente. Hay que traer estos temas a la discusión nacional.
Analista.