Sábado, 21 de Septiembre de 2024

Los ejes y criterios que marcan la cartelera teatral santiaguina

ChileEl Mercurio, Chile 21 de septiembre de 2024

Aunque son distintas las temáticas y estilos que impulsa cada sala para sus montajes, hay cierto consenso en intentar dar espacios, a través de convocatorias abiertas y temporadas más largas.

La diversidad de la programación de obras en Santiago da cuenta de distintos tipos de miradas detrás de la curatoría de cada sala. Aunque existen tantas directrices como recintos, la mayoría coincide en la división de su cartelera entre montajes que llegan a través de convocatorias y producciones o iniciativas que comienzan desde el mismo teatro.
Uno de esos casos es el de Mori y sus cuatro salas. Según su directora, Andrea Pérez de Castro, cerca de la mitad de las obras que presentan nacen de invitaciones directas a artistas, compañías o alianzas para trabajos colaborativos, y el resto llega por medio de convocatorias públicas. ¿Qué es lo que se evalúa en estas instancias? "La calidad, los textos, la producción y qué resonancia tienen con nuestro público; partiendo de la base de que sean artistas profesionales", responde Pérez de Castro, directora de programación de Teatro Mori.
Allí la programación gira en torno a dos ejes centrales, teatro familiar o teatro adulto, pero en esta segunda categoría cada sala tiene su línea editorial propia. Mientras que en Vitacura y Parque Arauco buscan programar comedias de alta calidad, en Mori Bellavista suelen apostar por un teatro más de vanguardia o experimental, mientras que en Recoleta se han especializado en temáticas en torno a las diversidades y también en el formato musical.
En el caso del GAM, su cartelera teatral se divide de una forma similar, aunque también tienen un pequeño espacio para albergar obras internacionales. Además de sus coproducciones, cerca de la mitad de las piezas que exhiben llegan por convocatorias, donde en el último tiempo han tratado de priorizar ejes temáticos como patrimonio, justicia ecosocial y, más recientemente, democracia.
"Uno de nuestros mandatos como centro cultural tiene que ver con poder reflejar el ecosistema actual, porque los lenguajes de la creación artística teatral son diversos. Entonces, podemos tener cosas que pueden ser quizás más populares, cosas que pueden ser más de nicho o más experimentales, y cosas que pueden ser incluso, entre comillas, más comerciales", explica María José Cifuentes, directora de programación y audiencias del centro cultural, sobre las convocatorias, que cuentan con un jurado integrado por profesionales de distintos ámbitos del mundo escénico.
El Teatro Nacional Chileno difiere un poco con esta forma de programar. Aunque también tiene líneas curatoriales temáticas, la mayoría de las obras son propuestas desde la dirección artística del recinto y ellas pasan por un comité asesor, formado por diversas autoridades de la Universidad de Chile.
El Ceina, en tanto, construye su programación teatral mayoritariamente sobre la base de propuestas que les llegan de compañías. Por su vinculación con el Instituto Nacional, uno de los criterios de selección es que los montajes sean aportes en materias como ciencia, educación, cultura y arte. Además, han considerado especialmente las inquietudes que han manifestado los estudiantes del liceo, dándoles espacio a temas como salud mental, identidad de género y divulgación científica.
"El año pasado ellos tuvieron jornadas de reflexión, es decir, una conversación interna de la comunidad de estudiantes del Instituto Nacional, y allí también surgieron temas que de alguna manera nos llevaron a delinear qué contenidos programar", señala Javier Ibacache, director de programación del recinto.
De todos modos, tanto el Ceina como el Teatro Nacional Chileno trabajan en sistemas de convocatoria. Ibacache dice que, en su caso, planean desde el próximo año recibir postulaciones que pasen por un comité formado por miembros de la comunidad del Instituto Nacional. Mientras que el Teatro Nacional inició este año un espacio concursable abierto, que se vio reflejado en el Ciclo Germina y que esperan replicar. "Lo hicimos pensando en compañías jóvenes. Es necesario para potenciar esos trabajos que estén en una de las salas simbólicamente más importantes del país", dice Cristian Keim, director del teatro.
El tema de la duración de las temporadas de cada obra también se ha instalado como una de las preocupaciones en las salas. Luego que la pandemia obligara a ciclos más cortos, porque se habían acumulado muchos estrenos, hoy los espacios escénicos buscan alargar la vida de sus montajes.
"Nosotros no cambiamos la cartelera de todas las salas todos los meses. Nos dimos cuenta de que eso a veces no daba la capacidad que la obra se diera a conocer y le cortaban la temporada", dice Andrea Pérez de Castro, de Mori. María José Cifuentes, del GAM, comparte su opinión y destaca que han buscado programar más reestrenos últimamente: "Hoy día es súper fundamental el aportar a la escena teatral la posibilidad de remontar ciertas cosas y de revivir ciertas obras, y así darle mayor vida a la producción que tenemos a nivel nacional".
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