Identifican más de 1.500 especies de flora y fauna en el corredor biológico Pitao, el más largo del territorio nacional

Los incendios rurales de 2023 en el centro y sur del país no solo arrasaron proyectos familiares y productivos, sino que también afectaron cobertura vegetal que daba cobijo a múltiples especies.
Meses después y como parte de su estrategia de Naturaleza, Conservación y Biodiversidad, empresas CMPC creó el "Corredor Biológico Pitao", una ruta de 140 kilómetros de longitud que abarca sectores de Biobío y La Araucanía, y que se convirtió en el corredor ecológico más largo de Chile.
A un año de su creación, un grupo de investigadores nacionales (de la compañía y externos) realizaron un extenso estudio de monitoreo en el área, por medio del cual identificaron la presencia de un total de 1.574 especies. A juicio de los autores del estudio, los hallazgos indican que el ecosistema está en proceso de recuperación.
Los hongos fueron el grupo más representado, con un 61% de las especies detectadas. Los invertebrados alcanzaron el 20%, las bacterias 13,6% y los vertebrados un 4,7%.
En este último grupo, fueron registradas 13 especies de peces (nueve nativas), ocho especies de anfibios (todas nativas), una especie de reptil (nativa), 28 especies de aves (más de 20 de ellas nativas) y 24 especies de mamíferos (12 nativas).
El monitoreo se hizo en base al estudio del ADN ambiental de la zona. "Este corresponde al material genético que es dejado por los organismos en el ambiente (como pelo, piel, saliva, entre otros) y que puede ser capturado por medio de agua, suelo, sedimento o nieve", explica Alamiro Navarrete, jefe del área de restauración de CMPC.
"Esto permite ir identificando qué especies han pasado por el área en las últimas 72 horas", añade.
Navarrete señala la importancia de la presencia de distintos tipos de especies en la zona. "Los hongos, por ejemplo, se hospedan en el sistema radicular de los árboles, asimilando ciertas sustancias que les son útiles a ambos (...). Las bacterias también son importantes. Algunas hacen que las plantas capten mejor los nutrientes, como el nitrógeno. Entonces hay una simbiosis, una colaboración mutua que juega un papel fundamental en la restauración del ecosistema", afirma.
Como parte del monitoreo del corredor, también se han instalado cámaras trampa, las cuales han registrado avistamientos de especies como el zorro culpeo, el coipo y ejemplares del pato cortacorriente.
La flora también se está recuperando, asegura Juan Pedro Elissetche, ingeniero forestal e investigador de la U. de Concepción, quien colabora en el proyecto. "Vemos que la mayoría de las especies nativas, como el roble, peumo y naranjillo, se están regenerando, algunas incluso de forma natural desde las semillas".
Elissetche añade: "Los resultados dan cuenta de que el ecosistema sí se está recuperando, y aunque el proceso es a largo plazo, los primeros signos son alentadores".
No obstante, el investigador advierte que también han surgido especies introducidas como el pino y el aromo, lo que plantea un desafío. "Por ahora se permite su presencia porque ayudan a proteger el suelo en las etapas tempranas de la regeneración. Sin embargo, más adelante se planea gestionar y controlar estas especies para evitar que compitan con las nativas, una vez que las especies autóctonas hayan crecido lo suficiente", puntualiza.