CyberDay de políticos

El CyberDay (que en realidad dura una semana completa) es un evento comercial muy esperado, que ocurre una o dos veces al año, cuando cientos de comercios hacen ofertones y descuentos a quienes adquieran sus productos o servicios a través de la web.
En general la cosa funciona muy bien y hay ofertas muy convenientes.
Pero hay que tener ojo. Como todo en la vida, en medio de los descuentos genuinos se cuelan también algunas ofertas "chantas", que tratan de pasar gato por liebre.
Por eso a veces a uno le llega a la casa un producto bien distinto al que mostraban en la web durante el evento Cyber.
O simplemente el producto no llega, como le pasó a un amigo que compró un manual sobre cómo evitar estafas en internet y el libro no le llegó nunca y luego descubrió que ni siquiera existía la editorial.
Lo bueno es que el Servicio Nacional del Consumidor (Sernac), ha tomado cartas en el asunto y fiscaliza con celo lo que ocurre durante los Cyber y así se ha reducido mucho la existencia de rebajas truchas.
Pues bien, esta semana la política chilena también tuvo su propio Cyber.
Piensen en el ofertón que hicieron los diputados de RN el mismo lunes. Ese día anunciaron que presentarían una acusación constitucional contra el Presidente Boric que, de prosperar, implicaría su destitución.
La oferta era tan chanta que debieron retirarla antes de 24 horas.
Un par de días después, volvió a la escena noticiosa Irina Karamanos, la ex Primera Dama, a propósito del lío de platas del caso Convenios.
Esa reaparición nos trajo a la memoria una compra antigua de CyberDay político que nos dejó en boca la misma sensación que deja la publicidad engañosa.
Durante la última campaña presidencial nos vendieron a Irina como la mujer que acompañaría a Gabriel Boric durante su mandato para ayudarlo a ser un mejor gobernante.
Había sido la tónica en los últimos años. Piensen en la señora Leonor, en Martita, en Luisa y en Cecilia. Fueron fundamentales para Aylwin, Frei, Lagos y Piñera. Sin ellas estoy seguro de que las cosas habrían sido mucho peores. Hoy lo vemos con más nitidez que nunca.
Y por eso nos compramos a Irina. Pero, tristemente, el delivery fue algo muy distinto a lo que esperábamos.
Por eso, ojalá la política tuviese una especie de Sernac, para denunciar allí a los políticos que venden humo, que no cumplen sus compromisos o que hacen ofertones truchos y publicidad engañosa.
Aunque pensándolo bien, lo más parecido a un "Sernac de la política" es la prensa. Ella es la que fiscaliza, vigila, denuncia y exige cuentas a los políticos. Es cierto que no tiene la capacidad de multar o castigar físicamente a los tramposos, pero sí puede generar las condiciones para que opere la sanción social.
Por eso es tan común que los políticos en muchas partes del mundo y también en Chile critiquen, persigan o le hagan el quite a la prensa. Como los comerciantes pillos que tratan de desprestigiar al Sernac.
Ahora que se vienen elecciones, ojo con los ofertones. Y con las maniobras publicitarias. Ya hemos tenido suficientes.