"Sería importante que Álvaro dijera si va a mantener o no" al ministro del Interior, Nicolás Martinelli, porque "para la ciudadanía es una señal: si quiere continuidad o cambio en seguridad", planteó.
El abogado penalista de 40 años que trabajó para un sindicato de policías es uno de los coprotagonistas de este ciclo electoral. "Sería importante que Álvaro dijera si va a mantener o no" en el cargo al ministro del Interior, Nicolás Martinelli, porque "para la ciudadanía es una señal: si quiere continuidad o cambio en seguridad", dijo Andrés Ojeda a El País, y agregó que "la interna de la coalición es una decisión entre renovación y experiencia".
-La seguridad es el tema que más preocupa a la ciudadanía, según las encuestas. ¿Cuáles medidas se deberían tomar en los primeros 100 días de un nuevo gobierno?
-La seguridad ha crecido mucho como materia de preocupación de la gente. Antes si uno sumaba salario y empleo, se acercaba bastante a la seguridad; hoy ya no se acerca más, la seguridad se despegó. Cuando yo camino por ahí la gente lo primero que me habla es de seguridad y me dice muchas veces, por ejemplo, "de qué me vale tener un ingreso mejor si no puedo salir tranquilo a la calle". Yo pisaría el acelerador fuerte a las medidas de la mesa interpartidaria (16 aprobadas en 2023); muchas de ellas las propusimos nosotros. Empezaron, pero deberían tener otra jerarquía. Por ejemplo, al proceso de interruptores (de violencia), que empezó, yo le daría más vuelo y más calor, sobre todo para ver si funciona de verdad. Logramos instalar, sobre todo a través de Diego (Sanjurjo) en el Ministerio de Interior (del que es asesor), el enfoque simétrico entre la prevención y la represión. Pero en materia de prevención tendríamos que profundizar en la saturación de políticas sociales en determinados lugares. Si un niño tiene al papá preso y la mamá trabajando en la venta de droga para poder sobrevivir es muy difícil que no termine en un camino de delito en el futuro. En cuanto a la represión, le hemos dado el liderazgo a Gustavo Zubía. La Guardia Republicana tiene que tener otra utilización. Si queremos tener una Republicana con presencia, también tenemos que aceptar algunos enfrentamientos que pueden llegar a ocurrir. Estamos dispuestos a enfrentar a algunas bandas de narcotráfico que se están generando o creciendo. Estamos hablando de un aumento en la represión, de otra agilidad en las medidas de prevención y otro foco, y de otra firmeza en la conducción, más presente.
-Criticó a Yamandú Orsi y a Álvaro Delgado por nombrar eventuales ministros de Economía, pero no ministros del Interior. ¿Su ministro del Interior saldría del equipo que esta semana presentó las propuestas de seguridad (Zubía y Sanjurjo)?
-Puede ser, cómo no. Cualquiera de ellos sería un gran ministro, sin duda. Pero yo no me quiero atar, porque el día de mañana veremos qué pasa. Lo que sí quiero decir es que ellos no solamente nombraron a un ministro de Economía sin nombrar a un ministro de Interior, sino que no han presentado equipos de seguridad, cuando sí han hecho otras presentaciones. No le han dado a la seguridad la jerarquía que se merece. La gente te habla de esto antes de hablarte del empleo.
-¿Habló con Álvaro Delgado de esto?
-No, no nos hemos visto, estamos en campaña, en un momento de competencia sana y leal. El otro día sí vi que Martinelli (Nicolás, ministro del Interior) dijo públicamente que tenía interés de continuar un año más y sería importante que Álvaro dijera si lo va a mantener o no. Para la ciudadanía es una señal de si quiere una continuidad o un cambio en materia de seguridad. Dijo que Martinelli iba a estar en el equipo de gobierno, pero no vi que dijera que lo iba a mantener en el ministerio. Me parece una definición importante decir respaldo lo hecho 100%, lo mantengo, o entiendo que debe haber algunos cambios y busco a otra persona. El tema es que tampoco vimos cuál es el equipo del cual podría salir esa persona. Ni tampoco vimos el del Frente Amplio. Le preguntan a Orsi por Gustavo Leal y Mario Layera y dice: son parte de un equipo de mucha gente más. ¿Quién es la gente más? Es una definición importante. La seguridad del futuro es moderna, busca atender los problemas que le quedaron a este gobierno, sobre todo narcotráfico y homicidios. Hoy el foco está ahí. Por eso hablo de los interruptores y la Republicana, y también de fortalecer el área de investigaciones.
-Más allá de la seguridad, ¿qué otros aspectos debería atacar con urgencia un futuro gobierno?
-Facilitar el comercio exterior desde un Uruguay que optimice cosas, para que el de afuera se vea más atraído; no solo por más barato, que es lo más difícil, que sea más cómodo venir, que no nos mastique la burocracia. La palabra que elegimos es "optimización", que esto rinda mejor. En una charla con la gente de Unicef me dijeron que Uruguay no gasta poco en pobreza infantil y a mí me sorprendió porque uno habitualmente escucha que acá hay que aumentar. Si yo miro un gasto en un país europeo determinado, es parecido al de Uruguay, solo que con mejores resultados. Es tanto más importante ver cómo se gasta, dónde se come la plata en el medio. El Uruguay tiene una idiosincrasia muy fuerte de que la plata es polvo mágico: yo asigno presupuesto y estoy cumplido. Me preocupa que ante esta alerta de Unicef hablemos de aumentar transferencias sin chequear la cadena de ese gasto. -El Partido Nacional propone destinar US$ 200 millones para bajar 30% la pobreza infantil...
-Yo no soy muy amigo de los números, en el sentido de dar detalles, porque después te embretan. Tomé un consejo de algún político más tradicional que me dijo: "Yo que vos no me embretaría dando números específicos, porque el día de mañana te van a sujetar a un cumplimiento y las condiciones del gobierno que recibís no las conoces". Sí estoy de acuerdo en aumentar las transferencias, no en dar detalle de cuánto, pero con necesaria optimización del gasto. Lo otro que es quizá nuestro buque insignia de la campaña es el plan de salud mental. Universalicemos: a esto debería acceder todo el mundo como todo el mundo accede a un traumatólogo.
-La Coordinadora de Psicólogos plantea que faltan recursos humanos para esto.
-Cuando uno empieza a decir que va a haber más trabajo empieza a haber más gente que se interesa por estudiar. Hay que empezar por algún lugar. Va a emplear a la mayoría de los que hay hoy y se quejan de que no tienen trabajo. También podríamos recurrir a que sea en principio hasta con psicólogos o psiquiatras que no sean uruguayos. Hay herramientas de telemedicina que lo permiten para empezar a dar un servicio y en la medida que Uruguay pueda seguir avanzando y generando profesionales, los seguiremos agregando. El concepto es empezar a que esto sea algo no solamente de acceso más simple, más masivo, sino que también esté en el radar de la gente. Es una inversión en bienestar. -Su campaña es novedosa, distinta. ¿Está armada como la presentación de un candidato o de un producto? ¿Se pensó a Ojeda como una marca?
-Nosotros tenemos el desafío de contarle a la ciudadanía unas cuantas cosas y estamos tratando de hacerlo de manera que le interese a la gente, porque lo peor que nos puede pasar es que no nos den bola. El primer desafío es generar interés. Acá se quiebra la época; la época política cambió. Hoy tenemos un montón de políticos tradicionales quejándose de que la gente no le da bola a la política, como si fuera un error o un problema de la gente. Si la gente se alejó de la política, es culpa de los políticos. El desafío más grande es conectar, que vean a la política como cercana con cosas de la vida diaria que haría cualquier persona. Así como a la política tradicional le llama la atención que hablemos de salud mental o bienestar animal, a la mayoría de la gente en Uruguay estas cosas le importan y de hecho lo dice la nota de ustedes de estos días de lo que implican las búsquedas en Meta (73% de los uruguayos están interesados en mascotas). Nosotros miramos mucho eso porque habla de las preocupaciones ciudadanas. Importa hoy lo que buscás en redes sociales. El que no está con un teléfono en la mano viendo redes sociales es evidentemente un marciano.
-También tienen medido el interés en el fitness...
-Lo vemos, hay claramente un interés creciente por cuestiones de bienestar físico, de wellness, de fitness.
-¿Eso fue valorado a la hora de armar el spot del gimnasio?
-Por supuesto que sí, pero lo que más se valora es que yo no estoy actuando. Tratamos de hacer algo que uno habitualmente hace, que cualquier persona hace y dar respuestas que cualquier persona podría dar sobre temas comunes que logran generar interés. Cuando uno vota a un candidato, las razones son muchísimas, pero la mayor quizás es de confianza en la persona. Importa mucho conocer a alguien, contar quién es tu familia, de dónde venís, qué te pasó de chico, qué dificultades tuviste, cuál fue tu peor momento. Las entrevistas que más se cliquean son las de revelación de cosas personales o íntimas; la gente quiere saber quién está del otro lado.
-Guido Manini Ríos planteó que se tendría que ver de dónde sale "el vagón de plata que se está gastando", que "ningún candidato es Trump", que hay que ver qué amigo está pagando tanta cartelería, tanto spot. ¿Cómo le caen esas críticas y cómo explica el gasto?
-Estoy acostumbrado; igual me llama la atención la crítica, porque hoy estamos viendo un gasto sideralmente más grande de otros candidatos.
-¿Se refiere a Orsi y Delgado?
-Seguro, sí, mucho más. Yo hago mi laburo de recaudación, remo como loco, le dedico buena parte de mi tiempo.
-Manini preguntaba además qué piden a cambio esos empresarios que invierten en la campaña...
-A él también le invierten. Todos los candidatos saben responder qué piden.
-¿Qué suelen pedir los que invierten en su campaña?
-Yo en principio no puedo dar nada; no estoy ni siquiera en el gobierno hoy. Me preocuparía más por personas que todavía ostentan intendencias o el gobierno nacional, que de repente sí pueden tener incidencia y están recibiendo un aporte de un privado. Lo que sí agradecemos y quedamos con un canal de comunicación. "Te voy a atender el teléfono", eso es lo que les digo.
-¿En esta recta final de la campaña está en Montevideo?
-Más que en Montevideo, en los medios. Mucha tele, mucha radio, mucha radio del interior y tele del interior, por teléfono o tratando de ir y volver. Hoy nos rinde más eso que hacer un pueblo a pueblo donde a veces no tenés corresponsales de televisión. Hoy está instalado esto de que nos podemos colar, que hay un candidato que sube y uno que baja, y que estamos a nada de concretar algo que no pasa desde Jorge Batlle.
-Usted ha planteado que ningún colorado sobra, que todos son bienvenidos y entre ellos aparece su candidata a diputada por Salto, Agustina Escanellas, diputada suplente que ingresó a la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande, cargo al que no renunció a pesar de que el Parlamento pidió que revisaran contratos como el suyo. ¿Cómo justifica que Escanellas siga como funcionaria de la comisión binacional?
-No me toca a mí justificar eso. Yo no tengo que dar respuestas por Agustina. Agustina es grande, una abogada de 43 años que tiene gestión en la intendencia, gestión parlamentaria, tiene mucha baqueta política y en el marco de lo que era su grupo político en aquel momento, el de Germán Coutinho, ella ingresó ahí y luego decidió no salir; es un tema de su pasado político, yo lo respeto.
-De su presente, porque sigue siendo funcionaria.
-Es una decisión política de ella y es la ciudadanía de Salto la que va a tener que resolver si la vota para diputada tomando en cuenta esta situación. Es un unicornio encontrar una mujer de 43 años, abogada, con experiencia y que tenga ganas, que entienda de política y tenga hasta recorrido territorial en el departamento. -La exfiscal Gabriela Fossati es una de las personas que se sumó a su candidatura tras haber apoyado en la interna a Laura Raffo. Ella compartió y se están viralizando algunos spots en los que se lo ve usted saludando a dirigentes blancos, y una placa con el escudo del Partido Nacional y su cara. ¿Cómo cree que le cae esto en filas de Delgado?
-No tengo más nada que palabras de agradecimiento con Gabriela. Es un emblema de valentía. Tiene una sinceridad y una honestidad brutal. Nadie la manda ni la controla. Ella hace lo que quiere.
-¿Recibió alguna llamada de alguien del Partido Nacional diciéndole: "Che, esto no"?
-Sí, claro.
-¿Dirigentes de primera línea?
-Sí.
-¿Y cuál es su respuesta?
-Les dije: "¿Les parece que yo tengo algún control?".
-Usted ha planteado una diferencia importante con Delgado en cuanto a que esta no es una reelección, cuando su campaña lo que marca con énfasis es que votándolo se puede "reelegir un buen gobierno". ¿Cómo ve las listas y los spot con Lacalle Pou?
-El primero que usó su imagen fui yo, así que no puedo decir nada. La campaña que hoy Álvaro lleva adelante no es igual a que la llevaba Lacalle Pou en 2019; hoy Álvaro pone por delante su experiencia para evidenciar quizá a los que no la tenemos, que es básicamente lo que Daniel Martínez le decía a Lacalle Pou. La interna de la coalición es una decisión entre renovación y experiencia. Hay que tener en cuenta que a Lacalle Pou sin mayor experiencia mal no le fue. La llave general la encontró bastante rápido. Si soy electo presidente, espero encontrarla no tan lento.