¿Cuántos muros se tienen que caer?
Jorge Antunes | Montevideo
@|Primero fue el de Berlín y luego se abrieron los telones en Cuba, Nicaragua y más recientemente en Venezuela y todos muestran el mismo espectáculo
Jorge Antunes | Montevideo
@|Primero fue el de Berlín y luego se abrieron los telones en Cuba, Nicaragua y más recientemente en Venezuela y todos muestran el mismo espectáculo.
Un pueblo desbastado, con hambre, reprimido, sin sueños ni esperanzas, sin derechos humanos. En resumen, un desastre.
Esto no sucedió de un día para el otro. Fue un proceso lento pero continuado.
A todos ellos le vendieron la misma "pastilla". Mejores trabajos, mayores salarios y jubilaciones, reducción de la jornada laboral, igualdad de clases y oportunidades, más seguridad, mayor justicia social, bla, bla, bla. ¿le suena?
Y por el otro lado, podemos ver a una pequeña elite o casta, que se regocija en la abundancia y el poder.
Si no me cree, lo invito a realizar un experimento que lo mostrará sin tapujos.
Reúnase con sus amigos a saborear un delicioso café y cuando llegue a su casa, encárguese una porción de pizza a domicilio.
Si el que le atiende en la confitería o quien ejecuta el delivery tiene una preciosa y sonora tonada caribeña, pregúnteles si el sueño de su niñez y juventud era poder autoexiliarse de su querida Cuba o Venezuela y enfrentarse a nuestro frío invierno para servirnos el café y la pizza de nuestra preferencia.
Podrá repetir cuántas veces quiera la prueba; aquí o en Argentina, Chile o donde prefiera y comprobará las similitudes de todas las respuestas.
Por otro lado, fíjese en las excusas que, como un mantra, repite todo ese grupo de elite de estos gobiernos totalitarios. "El problema del país se debe a los bloqueos del infame capitalismo .".
Escuchando esto y cotejando con la realidad del pueblo usted llegará, como yo, a estas irrefutables conclusiones.
1- La ideología comunista es absolutamente "capitalista dependiente".
2.- La demagógica ideología comunista, no es autosustentable.
Por eso, como uruguayos que aún contamos con el poder del voto para hacer valer nuestra soberanía y evitar esta debacle, debemos utilizarlo con mucha responsabilidad y no olvidar que el futuro de nuestro Uruguay, ¡es ahora!