Lunes, 21 de Octubre de 2024

La nueva vida de una matrona diagnosticada con cáncer de mama durante su embarazo

ChileEl Mercurio, Chile 20 de octubre de 2024

Virla Palma se enteró cuando esperaba a su tercer hijo. Tuvo miedo, pero aprendió que la enfermedad es compatible con la gestación, que no amamantar no es un fracaso y la importancia de la detección temprana.

La vida de Virla Palma (42) transcurría con normalidad el año pasado. Madre de dos niños de 9 y 11 años, había logrado conciliar su vida profesional como matrona y docente con la maternidad.
Pero durante las vacaciones, embarazada de 19 semanas de su tercer hijo, sintió una punzada en su mama izquierda, diferente a las típicas molestias de la gestación.
"Me palpé y yo misma encontré un tumor de unos cuatro centímetros", cuenta Palma, académica de Obstetricia en la Facultad de Ciencias para el Cuidado de la Salud de la U. San Sebastián (USS).
Su ginecóloga le sugirió realizarse una ecografía mamaria. "Inicialmente pensábamos que era algo benigno, pero después me hicieron una biopsia y el resultado arrojó cáncer ductal infiltrante".
La doctora le explicó que este es un tipo de cáncer de mama muy común y que se origina en los conductos mamarios, los encargados de transportar la leche desde las glándulas productoras.
Para Palma, el impacto del diagnóstico fue profundo. "Lo primero que pensé fue en mi guagua", confiesa, refiriéndose a su embarazo.
"Me preocupaba cómo iba a ser el tratamiento. Siendo la quimioterapia una droga tan fuerte, va a provocar un aborto o va a tener que interrumpirse el embarazo... Eso pensaba yo".
Pero no fue así. Palma dice que este fue su primer aprendizaje, que se puede mantener un embarazo con cáncer de mama.
"Hay poca información y visibilidad sobre el hecho de que el cáncer de mama es el principal tipo de cáncer que se manifiesta en el embarazo. Lo bueno es que si se diagnostica, tiene tratamiento, es decir, que la enfermedad puede ser compatible con el embarazo. Afortunadamente, hoy mi guagua es completamente sana".
Tras el diagnóstico, Palma inició rápidamente el tratamiento con quimioterapia. "El cansancio era tan grande que no tenía fuerzas para levantarme de la cama", relata.
Acostumbrada a llevar las riendas de su hogar y a estar presente en cada actividad de sus hijos, Palma dice que se enfrentó al dolor emocional de no poder seguir con su rutina, y que más allá del cansancio físico, era esto lo que más le afectaba.
"Tuve que decir que no a cumpleaños y actividades escolares, y eso me dolió profundamente", cuenta. Y añade: "Pero con ayuda de mi psicóloga aprendí que tenía que distribuir mi energía para lo que era realmente importante", cuenta.
La matrona dice que hay otro elemento clave que la ayudó a sobrellevar el tratamiento: la espiritualidad. "Para enfrentar un cáncer, uno tiene que estar muy clara mentalmente y eso no siempre se consigue. Yo creo que el espíritu y la mente deben estar fuertes. A veces, cuando no tenía ganas de nada, solo escuchaba música que me diera esperanza y fe".
Esto, dice, fue clave también para enfrentar el siguiente reto que ella sabía que venía: la imposibilidad de amamantar a su guagua debido a la quimioterapia. Como asesora de lactancia, este tema la afectó profundamente, confiesa.
"Tuve que taparme (el pecho) para que mi guagua no lo buscara inmediatamente después del parto, y eso me partió el alma", dice.
Para ella, la lactancia materna había sido un vínculo importante con sus dos hijos mayores, y no poder ofrecer lo mismo a su recién nacido fue un golpe difícil de aceptar. "Sin embargo, me di cuenta de que se puede establecer el apego de otras formas y sobre todo de que no es un fracaso no poder amamantar".
Palma encontró otras formas de establecer el apego y el vínculo con su hijo. "Entre esas, dar fórmula y darla con la misma cercanía y el mismo amor. Otra cosa es que hasta el día de hoy mi guagua duerme encima mío, en mi pecho, y eso es una forma de conexión importante".
Hoy Palma se encuentra en la etapa final de su tratamiento. Recientemente terminó su última sesión de quimioterapia y se está preparando para una mastectomía parcial.
Ella asegura que se siente optimista y llena de esperanza. Y que eso, en gran parte, se debe a que su caso tiene buen pronóstico porque el cáncer fue detectado a tiempo. De allí que uno de los mensajes que busca recalcar es la importancia de la detección temprana.
"El autoexamen salva vidas. Yo sé que tengo un 95% de sobrevida ahora, porque el cáncer se detectó a tiempo. Quisiera que entendieran la importancia de tener la mamografía y otros exámenes al día. Sé que muchas mujeres no lo hacen porque temen encontrar algo. Pero si encuentran algo, mejor que lo encuentren rápido, cuando sea pequeño y se pueda tratar".
Palma dice estar consciente de que la vida después del cáncer implica continuar con chequeos anuales y la posibilidad de una recaída, pero su mensaje es de esperanza.
"Tengo muchas ideas y proyectos. Quiero hacer algún tipo de trabajo social con mujeres que enfrentan el cáncer de mama". También ha decidido que va a iniciar una cuenta en redes sociales exclusivamente para compartir su experiencia y brindar apoyo a otras pacientes.
"Quiero que sepan que el cáncer no es el fin, que se puede encontrar un propósito incluso en medio de la enfermedad", puntualiza.
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