"El holandés errante": el ansiado regreso de Richard Wagner al Municipal tras 11 años

El argentino Marcelo Lombardero se mueve algo inquieto por el palco del Teatro Municipal de Santiago. ¿La razón? Hace siete años que no pisaba el histórico escenario de Agustinas, tras un recuerdo muy poco grato. En 2017 lideró la reposición de "Lady Macbeth de Mtsensk", de Shostakovich, pero una huelga del sindicato técnico lo obligó a ofrecer una versión semiescenificada por el propio régisseur .
"Esa experiencia tuvo una cuota de frustración, con una huelga un poco incentivada por la administración anterior. Había un interés porque ese espectáculo no se diera", señala este artista, que no elude los momentos complejos ni la polémica.
Pero hay más razones para evidenciar algo de nervios en esta entrevista. El martes 29, el profesional tuvo que abandonar de improviso, y por algunas horas, Santiago. Este miércoles - en conferencia de prensa - fue presentado oficialmente como titular de la Coordinación Nacional de Ópera del Palacio de Bellas Artes de México: uno de los escenarios más legendarios e importantes de ese país.
Tras la vorágine que implicó la noticia de este nombramiento, Marcelo Lombardero regresó de manera inmediata a Chile para continuar trabajando en su próximo proyecto. A partir del domingo 17 de noviembre, estrenará una nueva producción de "El holandés errante", de Richard Wagner, después de 20 años que ese título no se daba en el Teatro Municipal (antes se presentó en 1992 y en 1982). "La ópera estaba programada para el 2020, pero se pospuso por la pandemia, y por problemas económicos heredados, a los que ha tenido que hacer frente la actual dirección, se cambió para el 2024. Se entiende la espera, porque se tiene que ofrecer de la manera más adecuada posible", expresa el director trasandino, responsable de numerosas producciones en la historia de este espacio - varias de ellas no han pasado desapercibidas por sus originales y polémicas puestas en escena - , entre otras "The Rake's Progress", de Stravinsky, y "Auge y caída de la ciudad de Mahagonny", de Bertolt Brecht.
"Wagner es el holandés"
Alejandra Kantor, presidenta de la Fundación Richard Wagner de Chile, si bien resiente la notoria ausencia de este compositor en las últimas temporadas líricas del Municipal (ver nota relacionada), aplaude el regreso del músico fallecido en 1883, con "El holandés errante". A su juicio, "es la ópera más adecuada para entrar al universo de Richard Wagner. Una leyenda, un mito, hombres, mujeres y fantasmas completan una trilogía fascinante en el escenario, mientras que en el foso una gran orquesta nos conduce por las aguas nórdicas donde cada siete años recala el Buque Fantasma", señala.
La historia de este título da cuenta de un osado marino holandés enfrentado a un mar embravecido. Jura que lo vencerá aunque tenga que navegar por toda la eternidad, pero termina condenado por Satanás a vagar sin descanso. Eso sí, cada siete años se le concede la posibilidad de bajar a tierra en busca de un amor puro que lo salve.
"Wagner siempre está en sus óperas. En esta obra es el holandés y Senta. El compositor habla de sí mismo y ahí radica su profundidad y complejidad sicológica. Eso también ocurre con Shakespeare: ofrece numerosas lecturas", acota Marcelo Lombardero.
El régisseur adelanta que decidió ambientar la historia en los años finales del siglo XX y que en su propuesta incluirá contundentes elementos de multimedia, pero también el público podrá apreciar una escenografía física. El profesional explica que muchas culturas comparten historias de mares embravecidos y seres míticos. "Ustedes tienen el Caleuche, pero yo no puse un acento en el folclorismo. Aunque la geografía del sur de Chile es muy parecida al mar europeo y sus fiordos, en mi puesta en escena hay un perfume de esa naturaleza, pero no está ambientada en Chiloé. Esto no es el Caleuche fantasma". Junto con ello, añade que su montaje no incluirá intermedios (serán cerca de dos horas y media de duración sin cortes) y que en su lectura es clave saber por qué Senta llega a enamorarse de una figura mítica, de un fantasma. Lombardero cree que su mundo "no la comprende y la ataca. Es un mundo patriarcal y eso me hizo pensar en una historia de violencia y abuso", dice. También considera que el holandés es una construcción propia de la hija de Daland, "está en su imaginación y ella lo que hace es intentar una solución, a través de la repetición". El régisseur se explaya en su lectura y, según él, en el libreto se intuye que su madre se suicidó por razones de violencia intrafamiliar y "la vida de Senta no ha sido sencilla. Para mí el suicidio de Senta no es la redención del amor. Esa es una de las cosas que más detesto del Romanticismo. No comparto esa crucifixión y, en ese sentido, el suicidio de la chica no es una ofrenda, sino un escape".
Marcelo Lombardero concluye que el público va a ver una historia "apasionada, cercana y trágica, donde una vida se pierde por un entorno social violento".
El diseño de vestuario lleva la firma de la artista trasandina Luciana Gutman, partenaire inseparable en numerosas producciones del propio Lombardero. La diseñadora profundiza en torno a su propuesta que incluye, según sus propias palabras, una de las máximas de "Marcelo, que es contar una historia, y acá estamos ante una historia de pescadores y de hilanderas. Hay gente trabajadora y lo que queríamos revelar es este frío extremo que podría ser nórdico o chileno". Gutman agrega que se trata de un cuento universal de personas sencillas. "Acá no está el glamour de 'The Rake's Progress' o el mundo de 'Tristán e Isolda', donde los personajes están perdidos en el tiempo. Esto es mucho más cercano". Luciana Gutman destaca en las prendas el uso de "mucha lana, lanillas, cotelé y algo que me tiene muy contenta de esta producción, y es muy particular, es que quise mostrar el agua en el vestuario: los marineros salen con su ropa empapada. Con mi equipo estuvimos trabajando con látex para mostrar la mancha de agua. Esa mancha que brilla".
En 2022, el argentino Alejo Pérez (1974) - quien fuera director musical del Teatro Argentino de La Plata y hoy es director musical de la Ópera de Flandes - debutó en el Teatro Municipal con la Orquesta Filarmónica de Santiago. Dos años más tarde está de vuelta para alternar, con Pedro-Pablo Prudencio, la dirección musical de este título. Antes de llegar a Chile, a través de un contacto telefónico, señala a "Artes y Letras" que suele colaborar de manera frecuente con Marcelo Lombardero. "Trabajamos en el Argentino de la Plata y en el Teatro Colón. Admiro mucho su aporte, así que cuando surge un proyecto en conjunto, intento despejar mi agenda".
Para Pérez, "El holandés errante" significó para Wagner "encontrar su voz. Por un lado está la influencia de la grand opéra que se plasma en 'Rienzi' de manera muy clara, pero finalmente acá recupera su fascinación por el primigenio impulso romántico alemán y, además, con este título comenzó a escribir sus propios libretos". El músico argentino se reconoce un gran admirador de este compositor. "He dirigido casi toda su obra. Uno de los pocos títulos que me faltaba por hacer era 'El holandés errante'. Es un artista que, una vez que uno se sumerge en él, tiene unas garras tan poderosas que no te libera".
Con respecto a la obra que conducirá en el escenario de Agustinas dice que en la partitura "hay una presentación bastante vertical. Hay una emoción e inmediatamente hay un leitmotiv . También está el elemento sobrenatural y esto, a nivel musical, le dispara a Wagner mucha riqueza, en el terreno de la orquestación y sobre todo en el aparato coral: los marineros del buque noruego tienen elementos vocales que no son convencionales para su época". Para esta batuta también hay una tendencia a desarrollar todos los registros de la orquesta, "con colores más mates o baritonales, lo que le da una plasticidad única y estamos hablando de 1843", cierra Alejo Pérez.