"Ahora hay mucha gente observando aves, y eso es bueno para la mente, la salud y el alma"

Hasta hace algún tiempo, ser observador de aves en Chile era considerado una excentricidad. Bien lo sabe el ornitólogo Álvaro Jaramillo (55), quien comenzó a mirar con fascinación estos seres alados cuando era un niño, de manera casi innata y frente al estupor de quienes conocían su pasión.
"Mis familiares pensaban que estaba loco. 'Solo las observas, ¿para qué?', me preguntaban. Mi interés nació a los 11 años de edad, mucho antes de que las estudiara de forma más detallada y profesionalmente. Ninguna persona o vivencia me inspiró. Me inspiraron las aves en sí. Cuando empecé había muy pocos observadores de aves, !casi ninguno¡", cuenta.
Hoy, con más de cuatro décadas de experiencia, tres libros publicados y numerosas contribuciones a la investigación científica sobre la fauna aviar, Jaramillo se ha consolidado como uno de los principales referentes de la disciplina en el país.
Y es que la situación ha cambiado notablemente: avistar aves dejó de ser una rareza incomprendida y ha ganado popularidad entre chilenos de todas las edades.
"Ahora hay mucha gente observando aves, y eso es genial, es bueno para la mente, la salud y el alma", afirma el especialista y uno de los speakers destacados del Festival Ladera Sur 2024 (www.festivalladerasur.com).
Durante el evento, que se llevará a cabo los próximos días 15, 16 y 17 de noviembre en el Parque Santa Rosa de Apoquindo (Santiago), Jaramillo realizará una charla donde hablará de su trayectoria profesional y los desafíos que ha encontrado en el camino, así como también una invitación a sumarse a los avistamientos de aves.
Y es que en el cielo todavía se encuentran cosas nuevas. "Este año descubrimos una nueva especie de golondrina, la golondrina de mar andina ( Oceanites barrosi ), algo que era desconocido para la ciencia. Saber que aún hay misterios presentes en estas aves que tienen una ecología tan única es interesante y emocionante", afirma el ornitólogo.
Y advierte que, cuanto más personas se dedican a esta práctica, más fácil resulta también la conservación. Por ejemplo, en Chile, algunas de las especies más amenazadas son el picaflor de Arica y el picaflor de Juan Fernández. "La idea es salvarlas y para eso tenemos que aumentar el hábitat disponible, que es muy pequeño, y eso requiere voluntad, política y dinero".
En el país se pueden avistar aves en cualquier lugar, señala Jaramillo, y especifica que "algunas de las zonas más interesantes son las desembocaduras de los ríos, donde el océano, el agua dulce y los humedales se encuentran cerca. Eso significa que se pueden ver muchas especies en poco tiempo y espacio".
Su ejemplar favorito es el chucao. "Me gusta su canto, sus colores y el hecho de que cada vez que lo oyes es porque estás cerca de un bosque nativo. No tengo que verlo para disfrutarlo, el solo hecho de escucharlo me hace feliz".
-¿Qué consejos le daría a alguien que quiere comenzar con el avistamiento de aves?
"Observar aves es fácil, solo tienes que salir y observar una con atención. Luego, hazte preguntas. ¿Qué está haciendo? ¿Qué especie es? ¿Está aquí todo el año? ¿Es común? Conéctate a internet, usa aplicaciones o compra libros para responderlas. Algunas serán respuestas fáciles; otras, más difíciles, pero en la búsqueda de una mayor comprensión de las aves, su belleza y su canto te engancharán en poco tiempo. Antes de que te des cuenta, te preguntarás cómo podías vivir sin la naturaleza y las aves en tu vida".